miércoles, 14 de diciembre de 2005

CRISTO EN LUCHA CON SU IDENTIDAD Y MISIÓN

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió de las orillas del Jordán y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. En todos esos días no comió nada, y al fin tuvo hambre.

El diablo le dijo entonces: "Si eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan." Pero Jesús le contestó: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan."

Después, el diablo lo llevó a un lugar más alto; en un instante le mostró todas las naciones del mundo, y le dijo: "Te daré poder sobre estos pueblos y te entregaré sus riquezas, porque me han sido entregadas y las doy a quien quiero. Todo será tuyo si te arrodillas delante de mí." Pero Jesús le replicó: "La Escritura dice: Adorarás al Señor, tu Dios, y a El solo servirás."

Entonces, lo llevó el diablo a Jerusalén, lo puso sobre la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí para abajo; porque dice la Escritura: Dios ordenará a sus ángeles que te protejan. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropiecen tus pies en alguna piedra." Pero Jesús le replicó: "Dice la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios."

Habiendo agotado todas las formas de tentación, el diablo se alejó de él, para volver en el momento oportuno.

Lucas 4, 1 - 13