martes, 21 de agosto de 2007

El Padre siempre trabaja

Querid@s tod@s:

El mes pasado les compartía el gozo del Reinado del Padre en mí.
Continúo experimentando con fuerza, ese reinado del Padre en mí, débil y pecadora,
que me hace entregarle mi vida en alabanza y actitud de admiración humilde y agradecida, asumiendo los anhelos del Espíritu, que se me están manifestando en estos tiempos:

En el despojo de todo lo que es deseo de relación afectiva con el Señor, desde mí, para entregárseme en la intimidad del “amor de fe,”
un movimiento interior del Espíritu que me lleva a entregarme amorosamente al Señor en la entrega amorosa al herma/o y un dárseme en la intimidad el Señor, en el amor del hermano/a.

En ese movimiento interior, se me va fortaleciendo y ahondando la intimidad con el Señor;
la identificación con El;
la relación en El, con su Padre;
las “dimensiones”de la Encarnación;
el amor hasta el extremo por mí y por todos.

Y se me va dando, un ir “gustando” el amor “abajado;”
el despojo de poder en los sentimientos y deseos, en las pequeñas cosas del día a día,
en una vida oculta entre los pequeños, los no valorados, marginados, de los que nadie se recuerda y con los que nadie cuenta.
Deseos, no desde mí, de sufrir en Jesús y con El.

Por aquí van los anhelos del Espíritu en mí,
conduciendo mi vida,
convirtiéndola en un canto de alabanza y agradecimiento,
al experimentar el Reinado del Padre en mí debilidad, y ser de pecadora,
porque sigo siendo el mismo barro.

Cuento con las oraciones de todas/os
Un abrazo M.ª Carmen