domingo, 26 de junio de 2011

ENCUENTRO CAFA, MAYO 2011

¿Cómo le resuena este punto 9 de nuestro folleto de la santidad a la CAFA?
• ¿A qué le impulsa a la CAFA

Fátima: Después de leer los textos en la oración, y el punto 9, siento que el Señor me dice como CAFA, que somos peregrinos en la fe como Abraham. Por eso la fe es el verdadero camino para la santidad. La CAFA está llamada a morir para Resucitar y mediante la resurrección ver los frutos de la santidad en la entrega por los demás.
La CAFA es Santa por su manera de vivir compartiendo la fe que le ayuda ir madurando en el proceso de entrega al Señor que nos hace sentir nuestra identidad como hijas e hijos de Dios en el amor. Si nos quedamos solo en juntarnos y compartir sin darnos a conocer la obra que el Señor hace en nuestro interior por la fe, no hay crecimiento espiritual.
El Espíritu del Señor Resucitado invita a la CAFA a dejarse llevar por su novedad; reconocer, captar y asumir lo nuevo que nos muestra como pequeño resto que vive en unión de corazones.
La CAFA, es animada, impulsada por Espíritu del Señor a peregrinar como elegidas, elegidos de Dios para vivir en la santidad desde su pequeñez y debilidad donde el Señor nos va transformando en su Resurrección.
Siento mucha paz y esperanza como CAFA porque a Dios le pareció bien que su Hijo Jesús nos llene de su amor y de su luz para reconocer que somos necesitadas de Él para nuestro crecimiento personal y así ir madurando en nuestra fe que nos lleva a la Santidad.

Digna: Agradecida al Señor por este espacio de oración, de intimidad con Él, por su Palabra que reconforta, anima, impulsa a seguir peregrinando en la fe, en su seguimiento. “El amor de Dos ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo”. Y que esta gracia de seguimiento a Jesús en comunidad es para todos lo que Dios llama, como dice el texto, es para todos sus descendientes, no solo para sus hijos según la ley, sino también para aquellos que por la fe son hijos suyos. La gracia es para todos. “Ser uno con el Hijo como CAFA”. Permanecer en la fe en comunión con el Hijo por el Espíritu Santo que ya ha sido derramado en nuestros corazones.

Noemí: a través de Romanos 4 Primeramente el Señor me llevó a agradecer por el don de la fe que le regaló a la CAFA, y yo por intermedio de la CAFA enriquecerme de ésta gracia así como Abrahán y otras personas fueron viviendo la fe, él confió y esperó en el señor por eso le dio la gracia de ser justo. Creo firmemente que debemos de seguir agradeciendo y abriéndonos a la gracia del Espíritu para que esa experiencia de la fe viva sea realidad en cada momento, y en lo concreto de nuestras vidas y entre nuestros Hnos. Me uní a través de la oración para pedir la gracia de la apertura como CAFA y de seguir dejando serle al Señor en nuestras vidas y de ir compartiendo nuestra fe. Agradecer y reconocer la presencia del Espíritu a través de nuestro Bautismo y de sentirnos Hijos inmerecido de ésta gracia. También reconocí que por medio de la fe llegamos a experimentar en nuestras vidas la promesa de Dios que es real o sea él es fiel, por tanto nos comparte para que lo vivamos desde allí como CAFA.

Teresita: en la oración me llegó mucho, que gracias a nuestros padres, nuestros antepasados, por el Bautismo participamos de la vida divina de Dios y nos entrega su Espíritu de Cristo Jesús – el Único Santo.
Así también, la CAFA es fruto de la fe de muchos hermanos y hermanas, que contra viento y marea supieron mantenerse en pie, porque creyeron en la promesa sin ver nada.
La CAFA llamada a celebrar la memoria viva de la fe de los que los precedieron, de los presentes y de los que vendrán.
Llamada al sobrecogimiento y al anonadamiento, porque la gracias que se le entrega es gratuita e inmerecida.
¿A qué le impulsa a la CAFA?
A la corresponsabilidad, a ayudarnos a tomar conciencia de todos los talentos que Dios nos ha confiado, preguntarnos como CAFA, cómo los estamos multiplicando: el amor gratuito (no solo entre nosotros sino entre los hermanos y hermanas que Dios nos ha regalado), la comunión en el espíritu, la CAFA como escuela de santidad, las parcelas a cultivar, las nuevas hermanas y hermanos que se han acercado y los que viven en las diásporas…Otros que se han alejado…
Y así como somos frutos de tanta gente, colaborar, sentirse canales de gracia para otros a pesar de nuestra pequeñez, de nuestra incoherencia y limitaciones. Y que éstas no nos impidan de dejar obrar a Dios en nuestras vidas.

Norma: Todo este cap.4 de la carta de Pablo a los Romanos me ayudó mucho. “La fe es el verdadero camino a la santidad, porque la fe da lugar a la gracia de Dios…”La fe le dio fuerzas a Abrahán. Dios se lo tomó en cuenta para hacerlo santo. Abrahán esperó contra toda esperanza. La fuerza está en el Señor y que cuando Dios promete, Dios es fiel a su Palabra. La fe es un don de Dios que regala a la comunidad. La CAFA, escuela de Santidad, es favorecida con este don y camina en fe y en comunidad.

Reina: “La fe es el verdadero camino a la santidad. Por la fe de nuestros padres llegamos al Bautismo. “Por el bautismo, fuimos sepultados junto con Cristo para compartir su muerte, y, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, también nosotros hemos de caminar en una vida nueva.” (Rom. 6, 4), resuena con la vivencia de la CAFA, acogiendo la misericordia del Padre y en continuo agradecimiento por la gracia de la fe, se deja conducir y nos impulsa a transmitir esta vivencia.

Carolina: Experiencia de gratitud honda por la gracia de la fe que se nos ha concedido con nuestro bautismo así como también en la vivencia CAFA de manera tan gratuita, inmerecida. En mi caso, esta gracia aconteció aun cuando no estaba siquiera en condición de pedirla. Nuestra inserción en la vida en Cristo por la fe y el crecimiento de esta semilla es por obra y gracia del Espíritu Santo. La CAFA es una continua experiencia palpable de vida en el Espíritu de Cristo, gracia extraordinaria, donde se nace “sin unión física, ni deseo carnal, ni querer de hombre, aquí se nace de Dios” (Jn1, 13).
Durante la preparación de este encuentro venía viendo la vital importancia de la fe en la vivencia de nuestra identidad CAFA, escuela de Santidad. No podemos entrar en ninguna de las otras parcelas, o ninguna de las dimensiones de la santidad sin la fe. La fe en Cristo puerta de entrada para la divinización. Sólo por la fe podemos dejar que Cristo viva en nosotros y administre en nosotros las obras del Padre. “Por la fe estamos en paz con Dios” experimentamos al Espíritu de Dios derramado en nuestros corazones, percibimos y somos testigos de la acción del Espíritu en nuestra propia vida, la transformación de nuestro pensar y sentir en el de Cristo.
Con relación a la segunda pregunta ¿A qué nos impulsa? La CAFA como escuela de santidad, como contexto comunitario, es impulsada a dejar que el Espíritu desarrolle en nosotros la vida en Cristo.

Pausamos para recoger las mociones que nos quedan después de escucharnos

• La CAFA es un contexto de experiencia de fe, un contexto de crecimiento en la vida en el Espíritu de Cristo. Sentimientos de paz, de gratitud. Disposición de escucha y acogida. Impulsada a permanecer en la fe, en la comunión con Cristo en Dios y con los hermanos. Atenta, en discernimiento.
• La CAFA es un contexto donde se palpa la obra de Dios. Regalo de Dios que permanece en la peregrinación. Espacio de crecimiento, donde me siento acogida en mi pequeñez, en mi debilidad. Un contexto de experiencia del amor de Dios.
• Fuerte experiencia comunitaria de vida de fe. Seguir confiando, reconociendo en lo concreto la fidelidad de Dios.
• Me recoge mucho los textos del Resucitado. Cómo se manifiesta en comunidad. Admiración por la eficacia de su Palabra, cómo toca; y esta gracia, no queda aquí, llega a otros. Agradecimiento al Señor por su vida que ha sido derramado en nuestros corazones. Admiración por la acción de su Espíritu. Animada a seguir peregrinando en la fe, en comunidad con los hermanos y hermanas. Gracias Señor.
• La CAFA es fruto de la fe porque alguien creyó y acogió y nos enseña a acoger esa novedad. Dios nos impulsa a transmitir esta vivencia.
• La fe único camino de santidad. La CAFA llamada a vivir de la fe.
• Se me recoge la CAFA como una vasija transparente. Transparentar tantas gracias derramadas, para que otros disfruten esa presencia en lo cotidiano, que se difundan estas gracias a través de los diferentes canales donde nos encontremos. Dejar que la gracia vaya empapando, regando, dando frutos. Estar atenta para que tantas gracias derramadas vaya dando vida.

sábado, 25 de junio de 2011

ENCUENTRO CAFA, ABRIL 2011


Diosnel: Al ver las gracias que se hacen vida en nosotros siento y vivo desde la interiorización la gracia fundamental de la presencia de Dios en cada uno. Soy CAFA y todo a la vez, llevo esta gracia y vivo desde ahí. Tomo conciencia de esta gracia, caminando con Él. Mayor conciencia con mi familia, especialmente en este tiempo de muchos enfermos. A veces me levanto a las dos de la mañana para atender a los enfermos y las tentaciones están ahí, pero me siento agradecido al Dios Trinitario. En cada acción de gracias siento que es una acción del Espíritu Santo como CAFA en mí.
Siento alegría y presencia de Dios en nosotros, también siento cuestionamiento, gozo ante la presencia de Dios en nosotros. Doy gracias a la CAFA por esta presencia en cada uno, por hacerme consciente de que Dios está en cada uno de nosotros. Gracias.

Digna: para mí fue corto este tiempo, me quedé desde la lectura gustando interiormente el compartir de cada uno de los miembros. Era el Señor hablándonos desde la vivencia de su obra en cada uno, mucha admiración de esta obra de Dios en la CAFA. Me admiraba de como Dios respeta nuestra libertad, no nos fuerza para entrar en su vivencia, sino nos invita. Mucha paz, descanso, sosiego en Él. Gustar tantas gracias recibidas.
Sentía de nuevo esta comunidad tan regalada por Él, su presencia, habitada por El. Llamada a estar atentos a no caer en el protagonismo. Se nombraba la llamada de atención, estar vigilantes, no caer en esa tentación. Colaborar con el Señor, hasta que Cristo diga que es Él quien vive en nosotros. Colaborar, dejarle a Él totalmente que nos conduzca en el día a día, en la comunidad, en la escuela y llevar esa presencia suya. Eso se nota en el día a día, con los hermanos, los niños. Me invitaba a seguir colaborando desde la apertura, como decía el compartir de muchos. Me dejó un gusto interior el volver a leer todas las vivencias, ver como Dios obra en cada uno y cada una, una sensación de pequeñez. Nuestro Dios se ha fijado en este pequeño resto porque a Dios le pareció bien. Agradecida al Señor por pertenecer, ser miembro de la CAFA como comunidad. Me quedó gustando, centrándome de nuevo en las vivencias del compartir de mis hermanos.

Ili: la lectura fue de mucho gozo. Las gracias que cayeron, me sentía ubicada en mi lugar, la CAFA. Un regalo, sentirme bien en esa casa, espacio. Ser uno con el Misterio Trinitario, uno en mí y en nosotros ¿Cómo lo vivo en el día a día? Después de leer y dejar resonar, sentía un asumir una nueva misión, esta gracia se expande y no a través mío, es la gracia de la CAFA. Ser Escuela de Santidad nos lleva a otras estructuras: el ISEF, lo de Fátima con las hnas. Vicentinas, el trabajo en el barrio, las Teresas, nos regala estructuras. Esta gracia de ser uno con el Señor alcanza a muchos. Ésta es la Escuela de Santidad, sin saber, sin caminos previos ni establecidos. El amor de Dios descubrimos y llega. Alegría interior de que Dios está haciendo su obra, esto me queda.

Cristino: lectura reposada, tranquila, volver a refrescar lo escrito. Al principio veía si me quedaba en una parte, luego fui leyendo desde una lectura pensada. Después de leer todo, con la CAFA pedí la gracia de poder nombrar la vivencia de cada día ¿cómo estoy viviendo estas gracias día a día? Me vinieron tres gracias. Una, la unidad en el Espíritu, la vivencia en el día a día, reconocer que vivo intensamente esto, en el trabajo, en la misión, en la casa y no lo vivo solo, sino como CAFA. Tomar conciencia de la gracia de sentirnos administradores de la Gracia.
Otra gracia CAFA, vasija de gracias; no individual, lo veo con más intensidad. La CAFA vasija y ubicarse ahí, certeza profunda. Y la tercera gracia la CAFA Escuela de Santidad. Tomar conciencia de esta escuelita, gente débiles y desde ahí es la escuela de fe de aprendizaje, desde la debilidad. Personas pecadoras, pero ahí está la fuerza de Dios. Sentía el momento corto, pero me sentí bien, muy agradecido.

Marisa: al volver al leer la recogida me impresiona la gracia como CAFA, Escuela de Santidad, aprender a ser administradores de las obras de Dios. Dejarnos conducir por el Espíritu de Dios. Mirar el día a día a partir de esto. En la interiorización, el Señor nos fortaleció en la comunión, la gracia de la comunión más profunda desde el interés por el otro. Me quedaba el deseo y vivencia de Dios, el Amor gratuito que recogía todo.

Sara: me ayudó mucho la lectura de las experiencias de cada uno en el compartir. Sentía mucha sintonía y fui dejando resonar en el corazón estos compartires y confirmación de muchas gracias, que la CAFA recibe. Contemplar a la CAFA sencilla, acogedora, que se deja conducir y está en camino. Salió fuerte la Escuela de Santidad, estar en permanente aprendizaje de la vida de Cristo. Abiertos a lo que Dios nos regala, a la fidelidad de Dios en la CAFA. Y esto lo que nos hace fieles, comunión en la universalidad, se va extendiendo. La gratuidad y la comunidad que se alimenta en el amor. Me sentía más fortalecida. Sentí paz y acogida a estas gracias. En el día a día me impulsa a dejar hacer al Señor en mí.

Reina: al releer, al retomar me remitía al encuentro de la CAFA y me quedaba mucha paz, serenidad. Experimentar los tres días de compartir, sentidos y vividos. Retomando desde ahí veo que el Señor me llevó por ahí. Fue una gracia reconocer la Escuela de Santidad. Me ayudó a dejar resonar que implica, desear y entrar en esta gracia. Se me une a este tiempo de cuaresma, de conversión y pedí la gracia que Él conduzca.

Teresita: me ayudó mucho la lectura, hizo brotar gratitud y sobrecogimiento ante las gracias. La mayor gracia en la vida diaria, el Espíritu Santo donde nos llamó porque le pareció bien. Todos, pertenencia de Él, pequeños para aprender a amar y ser amados gratuitamente. Dejar que Cristo, el único santo viva en nosotros y administre las obras. Necesitadas de permanecer en él y ser luz donde nos llame. Tomarnos en serio y colaborar con las gracias recibidas. Empecé con las primeras interiorizaciones hacia la oración como CAFA.
La CAFA no se reduce a esta vasija, se va extendiendo. Me encontraba con un río de gente en la misión que estaba realizando. Es una gracia que no merecemos, aceptar que es obra de Dios y no nuestra.

Mary: gratitud al Señor, no pude estar en la interiorización. Un regalo al retomar el compartir. La vivencia más fuerte es que yo no salí nunca de esta CAFA, estuve desde el principio, me fue trayendo por etapas. El Señor ha hecho nacer la CAFA, es obra de Él, le agradecía la fidelidad de Dios que le dio vida, algunos llegan, otros salen pero sigue poniéndonos en caminata de fe. No estoy sola, ni siquiera con mis hermanas de comunidad, la fuerza que tiene la presencia de todos ustedes. Nos va llevando al seguimiento de Jesús a las familias, congregación y todo esto genera comunión, que se mantienen en el tiempo, no somos nosotros es Él, algo que se me escapa estoy tocando. Dejar a Dios ser Dios, llamada latente. También el que sea en mí y en nosotros, desapareciendo nosotros.
El Señor hace camino para que se historice la gracia. Sentirme administradora y colaboradora. Soy administradora inútil, de pequeñez y debilidad. Cuando yo no puedo él puede y esta vivencia es de la CAFA. El Señor me ha hecho experimentar y gustar. Es un aprendizaje en mi comunidad local que se amplía en la CAFA grande. Le daba gracias por sentirme una parte pequeñita en la CAFA, esto es luz para la iglesia paraguaya. La presencia de Fide me muestra lo macro, donde estamos, estamos en comunión. Le doy gracias al Señor.





jueves, 23 de junio de 2011

INTERIORIZACIÓN CAFA - 11 al 13 de MARZO 2011

Compartimos la vivencia CAFA de este último tiempo.

CARMEN: Me ha costado recoger porque siento que las últimas vivencias que he tenido me han distanciado de esta experiencia CAFA. En la última interiorización había captado muy fuertemente cómo la vivencia de Jesús Hijo en total acatamiento, docilidad, disponibilidad y obediencia radical era una realidad en nosotros. Y así nos vivimos. Pero después en el día a día cuando se me presentó la oportunidad de la concreción fue difícil acoger y vivir desde este espíritu. He pasado un tiempo de mucha oscuridad, lucha y prueba que me perturbó, me distanció de esta experiencia por mi rebeldía. Hasta que llegó nuevamente el “día de la salvación”, el tiempo favorable en el que a Él le pareció bien rescatarme. Por eso he deseado mucho esta interiorización como un espacio que vuelve a ubicarme en sintonía con la comunidad y en comunión de amor y disposición.

NORMA: me resonaba la CAFA pequeña, sobrecogida por el Señor, escuela de santidad que nos enseña a depender de Él. El Señor nos conduce, nos anima nos hace una en la fe. El congrega a sus apóstoles y nos enseña a depender de solo de él. Me llegó la experiencia de Ma. Del Carmen: La CAFA misionera en los lugares de nuestro apostolado, ser testigo de la fe de cada uno de nosotros, es enviada desde del amor de Dios. La CAFA es enviada porque ya aprendió que la vida de Cristo es lo que tiene que llevar al mundo. Igualmente me anima ver como Dios actúa aún a pesar de nuestras debilidades y limitaciones. Me llegó porque se cumple esto que llevamos a Cristo y la gente lo capta y nos dice, esto que Jesús está en uno. Sentía también que el Señor cumple con sus palabras: No he venido a llamar a los santos sino a los pecadores”, porque a pesar de la pequeñez de la CAFA obra en ella. Es el lugar donde el Señor nos llama para entregarnos gratuitamente. Viví fuertemente esa experiencia CAFA en el capítulo, en el reencontrarnos aquí. La CAFA presente en mi vida.

MARIZA: me venía eso de Mc. 4, “La semilla que crece por sí sola”. El Señor estuvo trabajando desde lo que nos hizo: pertenencia suya. Certeza que el Señor vive en su comunidad demostrada en el amor, la fraternidad, la comunión. La semilla brota de cualquier manera y crece sin que la comunidad se dé cuenta. La comunidad experimenta gozo, paz y gratitud.

LAURA: Tuve dos momentos, en el primer momento me dispuse para que oremos, percibí alegría en mi ser y automáticamente nos sentimos mirada como CAFA y acompañadas por Etel, María, Ali y junto a ellas nos dispusimos a mirar el obrar del Padre en el Hijo para nosotros en este tiempo. Fue gozo puro. Era nombrar y escuchar lo vivido en este tiempo desde nuestro ser uno en el espíritu, gozamos desde ese amor grande que nos asombraba y desde lo que El puede hacer si nos disponemos. Mucho gozo y agradecimiento. En el segundo momento habiendo retomando el material de la última interiorización nos resonaba las reiteradas veces del llamado del Señor a estar con constante discernimiento y ser fiel al amor. Oíamos en ecos y nosotros sobrecogidos ante el dimensionar la sintonía interior de: seamos fieles al amor, la gran responsabilidad de vivir en el amor. Fructificar el Reino es despojarnos, donarnos en gratuidad, abrirnos a lo nuevo, a lo diferente, a la diversidad. La CAFA disponible no tiene miedo de compartir lo que tiene. Tiene la certeza que El Espíritu obra y va donde quiere, la CAFA solo quiere complacerle. Quedamos en silencio, en paz y descansados en la comunión trinitaria. Me quedó corto el tiempo.

DIOSNEL: experimenté la fidelidad de Dios Trinitario en la CAFA. Es una experiencia de sentirme CAFA en todo momento. Ante realidades y dificultades El nos concedía la paz, serenidad, alegría. En presencia de todos los hermanos y hermanas me experimenté comunidad, no sentí jamás la soledad, sino la presencia comunitaria. Quizás no supe expresar mi alegría pero me resultó gratificante el encuentro CAFA en Ytu. Esa misma paz siento regalar a cada persona que se relaciona con nosotros. Cuando Laura me compartió su experiencia con los religiosos en la Argentina, me pregunté si hubiera tenido esa vivencia si no estaba en la CAFA. En el retiro en SSMM viví y experimenté el amor gratuito de Dios, gran misericordia del Padre sacándome toda expectativa personal, el ser apóstol y llamado a ser luz y sal. Doy gracias porque me siento uno con ustedes y me siento CAFA.

DIGNA: me sentí comunidad CAFA en comunión con El. Me venía paz, serenidad. Somos una comunidad feliz en la misión que marca la diferencia donde está, aunque no diga nada, marca por sí sola esa presencia del Señor en ella. Una comunidad mirada con ternura por el Señor, que se deja enseñar por Jesús. Experimenté una con una fuerte experiencia de ser comunidad que está en diferentes misiones y allí donde está ya sea en la parroquia, el consultorio, la escuela, el barrio, es comunidad feliz y vive la misión desde el gozo. Sentí muy fuerte la comunión como CAFA en el Espíritu de Jesús, comunidad enviada y amada con ternura y mirada por El. La CAFA no puede hacer nada por sí misma si no permanece en El, su misión y vida es desde esa centralidad en El.

MAXIMO: lo que más me llegó desde la lectura espiritual del material es esa administración de las obras de Dios desde la fidelidad y el texto de Jn 14, 10: creer que Jesús está en el Padre y obra a su manera. Me quedé en eso de que la CAFA corre peligro de adueñarse de la viña, al mismo tiempo que me quedé en lo que fue mis EE últimos, mi vivencia de relación con la CAFA. Por más que veía que era fundamental, había siempre excusas, veía el protagonismo de mi vida y misión. Últimamente estaba con muchas cosas y vi que el protagonismo no estaba siendo del Señor. Por allí me quedé. Dejarle al Señor hacer es lo que tocaba mucho con mi experiencia de EE. También surgió algo de la CAFDE, no caminó porque cada uno buscaba su propio interés.

CRISTINO: tuve dos momentos. Por la mañana la experiencia de sentirme disperso y necesitaba una oración más centrada, me fui a la capilla y me solté en el Señor, nombré todo lo que traía en mí, me hizo bien. Tomé conciencia de cada uno de ustedes, vi la CAFA como vasija, lugar de gracia. Me centré. Descansé en el Señor suelto y dispuesto a comenzar el proceso de estos días. Por la tarde el volver a leer me pareció interesante la pregunta: el verme y ver la CAFA en esta vivencia. Sentía que viví este tiempo sin mucha conciencia, muchas cosas han pasado en el día a día, trabajo, cansancio, decepciones, momentos de adueñarme de procesos, reconciliación, muchas cosas. Ahora al tomar conciencia me da mucha admiración al ver que hay unidad en toda la vivencia en la gracia concedida en la interiorización. Se quedó en mi esto de ser administradores de las obras del Padre y en eso se fue presentando como flashes de vivencias que no suelo tener mucho, la unidad entre todos los miembros de la CAFA. Fui viendo la vivencia común que el Señor me ha regalado con la CAFA. Ha sido mucha conexión con personas y comunidades. La pertenencia en la comunidad y la acción concreta de llevar juntos incluso el trabajo. Siento como un regalo el haber visto eso. Me fue llevando a ver toda la vivencia: vacaciones, trabajo, dar ejercicios con las ODN, unidad profunda en el trabajo con Laura nos encontramos frecuentemente con las personas que acompaño, me venía también Elisa, redes que se fueron historizando en el estar juntos, administrar juntos esta obra del Padre. Red de comunidad. Tomar conciencia de esta gracia y sentir seguridad en el Señor. También tuve momentos fuertes de adueñarme del caminar y la pronta rectificación. Nadar en el amor incondicional de Dios Fiel. Momento de descansar, abandonarme y admirarme de la obra de Dios en este tiempo.

ELISA: Pasé en la mañana un momento muy lindo, sentía que Dios me está metiendo en algo grande. Me está haciendo partícipe de algo que me supera. Salía mucho el ser administradora de sus misterios. Ante esta frase y la experiencia de cada uno de ustedes, sentía un gran asombro, admiración, alegría y esperanza. También siento mucha alegría por el hecho que está comunidad no es una comunidad cerrada ni encerrada en sí misma. Es una comunidad enviada al mundo para llevar el regalo de la vida en Cristo. Esto me fascinó muchísimo, las experiencias de cada uno me llevó a comparar esta comunidad como el resto de Israel y yo me siento indigna pero agradecida por este nuevo regalo del Señor a través de ustedes. Me llenaba de emoción y esperanza constatar que en medio de este mundo tan acelerado que nos ofrece algo superficial, sin embargo en medio de esta realidad, el hecho que haya una comunidad que busca tomarse en serio su compromiso de cristiano, me llenaba de gratitud. Esta mañana en la oración veía que subía en la barca con Jesús y sus apóstoles, supuestamente subía para descansar, pero ahora el Espíritu me hizo tomar conciencia para qué subía a esta barca de la CAFA. Eso me emocionaba mucho. Sentía mucha alegría al experimentar que la comunidad está basada en la centralidad de Jesús y ese es su fuerte y esa realidad me entusiasma, alegre y compromete. Sentía este regalo de estar aquí como una gracia muy grande para mí. Quiero aventurarme con Cristo y la ayuda de cada uno de ustedes.

FATIMA: sentí un poco de nostalgia de cómo nació toda esta experiencia CAFA. Esto de salir al exterior y creer que no se tiene el contexto para vivir. Recordé la experiencia de Chile en la que caí en la cuenta que lo que yo quiero vivir no tengo que esperar, no tengo que justificar que mi hermana no vive, sino acoger y dar desde el Señor lo que tenga. Al llegar en la comunidad de Asunción y compartir lo que es la CAFA sentí como que el Señor ya me preparó para vivir esta experiencia. Hay cosas que me resuenan en cada experiencia personal que iba leyendo: como administradores se nos pide que seamos fieles. En la oración sentía que el Señor no me estaba dando a conocer algo nuevo, sino un reconocer hasta qué punto en mi experiencia se estaba dando esta realidad. También reconocí que fui guardando esta experiencia hasta encontrar un lugar donde vivirlo. Me metí en la oración de cada una tratando de ser fiel al Señor en cada oración. Lo que hice fue ofrecerme al Señor, estar disponible, que me vaya mostrando con ustedes cómo vivir esto. Me quedé en disponibilidad, apertura para ir caminando y descubriendo el caminar como CAFA.

NOEMI: me gustó la oración de la mañana, el ir a un lugar aparte para estar con Él. Me sentí confrontada y animada para continuar y seguir en este caminar. Me impactó mucho la búsqueda constante de la voluntad de Dios y el discernimiento constante. Me sentí agradecida al Señor y el que ya con anterioridad me haya preparado para esta experiencia. Ser pertenencia de Dios al igual que la CAFA y unida a esa experiencia de comunión que me saca de mi egoísmo y de mis miedos a compartir, a arriesgarme. Es un semillero de oportunidades que El me regala. Somos sus administradores, somos Uno con el Padre. Se ve esa intimidad, quizás sin claridad pero acogiendo la voluntad de Dios que no es nuestra. La CAFA que recibe el Espíritu de Jesús. Es un compromiso grande el estar aquí. Agradecí al Señor por sus detalles conmigo.

TERESITA: Pude ver a la CAFA reconocida como misterio de amor, propiedad amada del Padre, donde se revela los secretos del Reino a partir del Hijo, en disponibilidad a la voluntad del Padre, se fortalece en el amor, comunión en el espíritu en la desapropiación, atenta en continuo discernimiento para no adueñarse de la gracia. La misión de la CAFA es llevar la vida de Cristo al mundo. Me dejó paz, alegría y esperanza la oración.

ILI: experimenté acogida profunda al material, un gusto, una suavidad de ir acogiendo la vivencia CAFA. Siempre con distracciones con respecto a mi quehacer y desde allí me tocaba esto de ser administradores de las obras misteriosas de Dios. Lo que pasé, lo que estoy viviendo, la incertidumbre en el quehacer. Sentí esa sintonía tan grande, acogida que es dejar que el Espíritu de Cristo vaya esclareciendo esta manera de vivir, que vaya haciendo sus designios. CAFA una en El y dejar al Señor ser uno en nosotros. Captar esa es la obra. Momento de gusto y de entender interiormente el obrar de Dios, acatamiento del obrar en mí y en nosotros.

REINA: me quedó resonando cuando iban compartiendo lo de la CAFA como escuela de santidad. Por dentro eso me llamaba la atención y daba un gusto interior, algo de eso es lo que yo estoy buscando, necesito. Con eso sintonizaba.

CAROLINA: fue una oración de mucha suavidad, paz, sentirle a la CAFA abierta, atenta en discernimiento, confiada y segura en Cristo, El nos alimenta y conduce. Nos introduce en el misterio de amor trinitario. Me sentí en comunión con todos, con Etel, con los hermanos de la diáspora y con cada uno de los que estamos aquí. Sintiendo que Él que nos hace uno en el Espíritu de Jesús, Él es el protagonista.

SILENCIO ORANTE PREGUNTANDONOS: ¿qué queda del compartir de cada uno?

• Gratitud honda, confianza grande con la certeza que el lleva El proceso de la CAFA. Ver que El nos convoca, une en su Espíritu y nos va configurando en El con el Padre y por eso digo Gloria y alabanza a Él.
• Se me hace evidente la fidelidad del Señor con su presencia haciéndonos uno en el compartir, mucha sintonía, que completa mis sentimientos. Es un regalo inmerecido.
• Agradecimiento y confirmación de la centralidad de Jesús en la CAFA.
• Admiración y gratitud al Padre por sostener a la CAFA en sus brazos y que pueda descansar en El.
• Certeza profunda en el Señor ya al igual que la parábola de la Viña El va llamando en diferentes horas y todos reciben la misma paga. La gracia de Dios está en todos. Gratitud al Señor y alabanza a su nombre. Es Él quien escogió a su comunidad, a todos y cada uno. El es el que llama y convoca por pura gratuidad.
• CAFA es una comunidad viva que se alimenta de ese amor trinitario y también me queda que la CAFA es enviada a llevar al mundo la vida de Cristo y esto deja en mí gratitud para con Dios, asombro, alegría, paz.
• Agradecimiento por la identidad CAFA reconociendo su gratuidad, experiencia de comunión.
• Siento una CAFA consolada, ubicada dentro del proceso, descansada, confiada en el Señor y eso produce paz, alegría gusto espiritual, desafiada.
• Me queda gratitud al Señor, sintonía con cada una y ganas de seguir rezando.
• Mucha alegría porque la CAFA es escuela de santidad, por eso acoge la voluntad de Dios, existe unidad de espíritu en cada uno de los miembros de la comunidad.
• Me resuena eso de Jn. 15: ustedes son las ramas y yo la vid, entroncados en El para vivir desde la fe y permanecer en El para dar frutos en abundancia. Estamos en diferentes momentos y dejar que vaya podando aquello que no es de Él.
• Certeza de la comunión en el Señor que además de ser espiritual es material. El compartir me deja en sintonía grande, la CAFA una en el Señor. Me viene la imagen de un atleta que está por salir: “en sus marcas, listos, ya…” está esperando ese ya del Señor para el impulso. Mucha comunión en esa experiencia.
• Gratitud por esa invitación de continuar en el dejarse hacer y conducir por El. Confianza, desapropiación.
• Permanezcan en mí donde se me sintetiza el centrar la vida en Cristo, ser administradores de la gracia, vivir en discernimiento y la misión de llevar la vida de Cristo como regalo al mundo.
• Fidelidad de Dios en nuestra vida, como nos mantiene y sostiene en su amor.
• Me resonó y llamó la atención la experiencia de la fidelidad de Dios, me suena como que por allí está la clave. Sale con mucha intensidad ahora.

SABADO 12
Oramos con el texto de Jn. 1, 1- 18 dejando que resuene en nosotros a la luz de lo compartido el día anterior.

CRISTINO: comencé con mucha distracción, sin ganas de orar, me distraje varias veces. Leí la experiencia de ayer, sin mucha novedad interior, me puse como CAFA, fui leyendo otra vez, leí el Evangelio. Estuve como 45’, salió en mí el invocar al Espíritu y así poco a poco mi interior se fue soltando. Sentí que el Espíritu me centró en el versículo 17 y así me fue atrapando, me sonaba el antes y ahora: Antes: Dios nos había dado la Ley por medio de Moisés, un antes de la CAFA, tiempo de vivir de la Ley; y Ahora por Cristo llegó el amor y la fidelidad. Me centré y dejé empapar por el AHORA, vi a la CAFA en el ahora, centrado en Jesús, con la postura de postración, admiración, sin Palabras, acogiendo la voluntad de Dios, envuelto en el Totalmente Otro. Me dejé impactar por los rostros de cada uno, en silencio. Me sentí y sentí a la CAFA envuelto y cobijado por el Amor de Jesús en donde descansa seguro, enraizado, centrado en la fidelidad de Dios. Esa fidelidad que proyecta. CAFA que se descentra de sí y se centra en la fidelidad de Dios y permanecí largo rato. De a poco se presenta Jesús crucificado como expresión de esa fidelidad de Dios. Como CAFA amamos juntos a Jesús crucificado, momento intenso, experiencia de libertad. Me venía que ya pasó el tiempo de distraerse en lo superficial, ahora solo centrarnos en la fidelidad de Dios. La oración fue con paz, suavidad, admiración, de ubicación en el Hoy de nuestro caminar.

CARMEN: el texto fue para mí como un remanso en el que pude sentir que el Señor nos confirmaba en la vivencia que nos regala, vivencia en la que nos revela al Padre y nos hace partícipes de su vida en plenitud. Acogí en paz con la conciencia de estar frente a un misterio grande de amor. Experimenté un gran sobrecogimiento al captar la vivencia de Cristo como regalo para la CAFA. Me gocé al ver como de “esa plenitud suya todos recibimos una sucesión de gracias y favores”. Encontré sintonía con la frase: “hemos visto su Gloria” ya que realmente El nos ha regalado ver su obrar y actuar cotidiano en nosotros y nos ha revelado al Padre.

CAROLINA. Al leer el texto el Señor me iba confirmando en esto: que la vida en comunión con Cristo es luz para los hombres, todo lo que surge de esta comunión con Cristo es luz y esta es la CAFA. En la CAFA nuestro nuevo nacimiento es por la fe, que nos hace hijos e hijas de Dios, por iniciativa de Dios y no por deseo humano. “En Cristo está la plenitud del amor y la fidelidad, El nos comparte esta plenitud suya en una sucesión de gracias y favores”. Por último también vi como por Moisés se nos dio la Ley, un acercamiento de los hombres para entrar en la santidad de Dios, pero esto falló, esclavizó y por Cristo nos llegó el amor y la fidelidad que nos hace participar de la santidad de Dios. Me llegó esto de ser Hijos y poder llamar a Dios, ABBA, Papito. Con este sentimiento y con este contenido que me dio el texto, entré en un profundo silencio, sobrecogimiento, en comunión con el Espíritu de Cristo. Mucha consolación, paz, gratitud, regalo inmerecido vivenciado en la CAFA.

LICHI: primero comparto la oración de ayer en donde el Señor nos dice que “todo es para ustedes” y como moción la comunión, Vida trinitaria en el misterio de amor. Experimenté muy fuerte la vivencia de la comunión en el Espíritu. Y esta mañana me llegó eso de que de su plenitud hemos recibido gracia tras gracia. Vida trinitaria consolación y confianza.

LAURA: recibimos todos un deseo de la CAFA de mantenerse en una oración de postración. Se nos nombraba la actitud de la CAFA, enséñanos tus caminos Señor, unidos a Mateo ante la invitación del Señor. La CAFA permanece atenta, disponible, sabe los pasos vividos en la promesa del amor. En silencio contemplamos a Juan y paralelamente a nosotros. Y pudimos reconocer la confirmación de nuestra identidad (nada llegó a ser sin El) y misión (la CAFA da testimonio que la luz brilla en las tinieblas, testigo del amor de Dios). Conforme caminamos como parte del mundo, a donde quiera que vayamos preguntan quiénes somos y por todo lo nombrado ayer podemos decir que somos la voz que grita en el desierto. Con alegría reconocemos que el Verbo se hizo carne en nosotros por pura gracia, por la osadía arriesgada de haber sido introducidas sin siquiera entender o captar la aventura de la vida en el espíritu corresponsablemente. Cómo nos juntamos, cómo el Señor nos convocó en la CAFA sin unión carnal (vida consagrada, intercongracionalidad, diversidad) ni querer del Hombre (ejemplo Ultimo de Elisa, casi todos empezamos por confusiones, resistencias o ignorancias y podemos decir que la experiencia de ser conducidas desde el rescate constante nos da la identidad de nacidos de Dios. Quedamos con agradecimiento, alabando descansamos sonrientes, éramos muchos.

MAXIMO: tuve dos momentos fuertes. Un primer momento de no poder nada, de nosotros no sale nada, el Señor es el que va marcando. Y otro momento de orar con el texto. Al inicio en la primera lectura aparecen los dos personajes de Moisés (Ley) y Juan (luz). Sentí fuertemente que la CAFA no puede quedarse en vivir la ley ni ser testigo de la ley. Sentía muy fuertemente eso de que Jesús vino a su propia Casa, acampa entre nosotros y somos Hijos, nacimos de Dios, no de la carne ni la Ley. El hacerse carne entre nosotros y la Gracia de vivir en nosotros. Jesús es la luz en la CAFA, es el Padre en Jesús el que hace, nosotros no podemos hacer nada. Es mucho más que ser testigo y vivir de ese don amoroso de la gracia de Dios. No hay otro camino para nuestra vida. La verdad, como mostrar nuestra verdad, vivir de su plenitud, de ese don amoroso a través de Jesucristo. Acogí en fe lo que el Señor va mostrando a la CAFA.

DIOSNEL: hemos escuchado muchas veces la fidelidad del Señor y hoy leyendo el capítulo se me hacía que la CAFA es un misterio y un misterio grande el estar integrando la CAFA. Ayer sentí la presencia del Espíritu trinitario y hoy leyendo lo certificamos en los versículos, 14 y 17: en El está la plenitud del Amor y la fidelidad. Ahora por Cristo llegó el amor y la fidelidad. Le siento a la CAFA poseída por el Espíritu. Sentimos presente su obrar en nosotros. En lo hondo siento que Jesús está en la CAFA y la CAFA hace su opción por Jesús. Confiamos en la plenitud del Amor de la fidelidad de Dios. Sentí recogimiento y disposición de acatar las mociones del Espíritu.

ELISA: comencé mi oración recordando nuestro compartir de ayer y me salía con fuerza la afirmación de la centralidad de Jesús, la comunión y también el regalo de ser administradores de los misterios de Dios y la fidelidad de Dios. Me dispuse a leer varias veces el texto de Juan y siempre que leía me llamaba la atención la parte de la luz y me quedé orando con el versículo: 4 al 9. Y allí el Espíritu me confirmaba que Dios es el que da vida a la CAFA. Veía a la CAFA iluminada con una luz muy potente que era esa vida, que era Dios y también me venía la imagen de los apóstoles en Pentecostés recibiendo la luz del Espíritu que les fortalecía para dar testimonio de la verdadera luz, Sentía mucha alegría al ver a la CAFA iluminada con esa luz. Sentí alegría porque yo misma me sentía ubicada en la nueva comunidad, iluminada con esa luz y enviada para dar testimonio de esa verdadera luz por todos los rincones por donde estamos dispersos los miembros. Esta gracia tan grande confiada a la CAFA necesitaba de mucha humildad, de ahí la necesidad de estar siempre en discernimiento, atentos para no caer en la tentación de creer que brillamos por nuestra propia luz. Cuidar que toda la Gloria sea para Dios. En todo momento sentí alegría, fe profunda que sintonizaba con la naturaleza que me refrescaba con el viento. Sentí paz y ánimo en el Señor. Gocé mucho en el Señor.

ILI: el Espíritu me llevó a entrar en la comunión de amor y a agradecer por la fidelidad de Dios en la CAFA. Me llegó mucho eso de recibir gracia tras gracias y en ella por Jesús contemplamos a Dios, esa Gloria del Señor. Eso me producía agradecimiento profundo, la sensación era sentirme cuidada, fortalecida. Sensación de estar en el vientre protegida. Es una experiencia de sentirme CAFA en la Trinidad, muy cuidada y estar allí, en la comunión de los santos.

NORMA: resonó en mi interior eso de ser escuela de santidad. Experiencia de búsqueda de la voluntad de Dios. Existe para dar vida y Dios le muestra su Gloria a través del Hijo Único. Este pequeño rebaño sigue a su Señor en dependencia total de tal modo que solo quiere vivir la voluntad del Padre que le da vida y la creó. Dispuesta a vivir en radicalidad permanente. También vi en la oración la imagen de Cristo crucificado mostrándonos el amor hasta el extremo y regalándonos su vida. Sentí paz, alegría por ese amor llevado hasta el extremo.

FATIMA: me llegó la lectura de hoy. Antes de ahondar recogí la experiencia de ayer y al traer a la memoria me quedé con los primeros versículos. Me queda que el mismo Dios en su Hijo se hizo uno con su Hijo. La morada de Dios es la CAFA. La CAFA lo reconoce a su Dueño que es el mismo dueño en su Hijo. Me brotó dar gracias a Dios por su fidelidad y la respuesta de la CAFA a su Padre. Somos pertenencia del Señor y nos unió en el Señor. Nos une su amor que nos hace hermanos y hermanas. Siento que la CAFA lo acoge con disponibilidad, gratuidad. La experiencia final de la oración ha sido recoger cada rostro de los que estamos aquí y sentirme unida a todos por el Amor de Dios en el Corazón del Hijo. Me quedo en eso de que en la Palabra somos nosotros y nosotros en El.

MARIZA: oración de contemplación que me llevó a experimentar un profundo silencio, contemplar la unión de la CAFA con Jesús, tomar conciencia de estar ante el Todo Otro y experimentar gozo, la felicidad que el Señor regala. Tiempo de mucho descanso.

NOHEMI. Me llegó esto de que desde el principio era la Palabra, experiencia de sentirme pertenencia. Todo se hizo por medio de Él, nada se llegó a hacer sin Él, me hizo sentir una en la CAFA. Sentí la predilección del Señor al ser acogidos por Dios Padre así como somos. Encontrar vida, una vida diferente que se hace carne, se hace realidad al compartir. Una vida que va más allá de nosotros y nos llama a dar testimonio. Agradecí al Señor y deseé seguir con ese dinamismo de dejarme hacer y conducir por El.

DIGNA: la oración fue un permanecer junto al Señor como CAFA, agradecida por el tiempo de oración como comunidad, no me sentí sola sino que somos todas en Él. Del texto me llegó “de la plenitud todos hemos recibido una sucesión de gracias y favores. Momento de acogida, de querer hacer su voluntad como comunidad y permanecer en el Señor.

REINA: me tocó el versículo: el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su Gloria. Sentía que iluminaba lo compartido ayer. De nuevo me venía el rostro de cada una. Reconocer a ese Jesús que habita en cada una y se hace carne. Me quedaba fuerte eso de reconocer su gracia, sus dones, su gloria en la CAFA. Me ayudó a sentir una sintonía profunda en todo el proceso, que habita en mí y se va haciendo.

QUE NOS QUEDA?

• Gratitud y agradecimiento porque el Señor nos dio un texto que recoge el momento de la CAFA.
• Fidelidad de Dios en la CAFA porque somos su pertenencia.
• Al escuchar a cada uno siento una gran alegría, gozo profundo y sobre todo escuchando a las que por primera vez comparten con nosotros siento como si ya hace tiempo comparten.
• La experiencia de ser Morada en la Trinidad.
• CAFA como casa donde se vivencia todo, como moción siento consolación, alegría profunda en el Espíritu.
• Opción preferencial del Padre con la CAFA.
• Me queda la sensación de que todo va encajando, se va asentando. Y mucha sintonía en el Espíritu en el compartir de cada uno.
• También siento esa sintonía en el Señor y me da alegría de que la CAFA es la Casa de Dios.
• Me queda la frase: Dios pone su tienda en la CAFA y la CAFA es pertenencia de Dios.
• Me queda agradecimiento en el Señor, mi corazón se queda tranquilo y sosegado.
• Me queda admiración de cómo Dios habla a través de cada uno con mucha sintonía.
• Me queda agradecimiento, comunión y reverencia.

DOMINGO: oramos con el número 11 de la hoja de la santidad: “Escuela de santidad es el contexto en el que progresivamente el hombre aprende a que sea Cristo quien viva en él y a administrar en Cristo las obras misteriosas del Todo Santo.

LAURA: tuve tres momentos de oración. En el primer momento preparé la oración con los textos y me quedé profundamente dormida. Lo primero que dije: ésta soy yo y me presenté a la CAFA no siendo responsable, me siento aceptada por ustedes aunque al principio me violenté y luego al sentirme CAFA me acepté. Luego me dispuse a merendar. En el segundo momento habiendo recogido los textos sentía que se adaptaba a nosotros la identidad de injertados, creemos en la vida, vivimos en lo concreto la diversidad de dones y servicios. Aprendimos a conocer el camino siguiéndole a El como Vida y esperanza. Juntos en comunión sentí que era una CAFA examinada y confirmada en el amor. Reconocí la acción del misterio del amor. Sentí también cuánto ha amado la CAFA. Antes de tener la gracia del amor gratuito le hicimos mucho sufrir al Señor hasta aprender a amar a su manera, acogí el caminar en el misterio de amor. Nos asentamos en esto de sabernos amando. Esta mañana sentí fuertemente como CAFA la gracia recibida que lo único que podíamos era postrarnos ante El. Saborear la riqueza de la convivencia en la diversidad. Tiempo de ver la trascendencia del espacio de la escuela, nada faltaba: el alumno, el Maestro. Nos sobrepasa… momentos de compartir desafíos, problemas de salud, de comunión con Etel antes y después de la enfermedad, Carlos, los grandes momentos de tranca y resistencias personales, espacios gratuitos de descanso, vacaciones. Sin palabras solo celebramos con profunda seriedad la responsabilidad que trae consigo este aprendizaje. Este es el lugar donde fuimos testigos de cómo administrar este amor.

ELISA: me fue un poco difícil esta oración y al mismo tiempo muy fuerte. Al terminar la oración de ayer me di cuenta que había dos momentos en mi oración. En un primer momento me quedé mucho tiempo en esta frase: que la persona llamada a la santidad, requiere un contexto de aprendizaje hasta que Cristo pueda decir en ella, ya no vives vos, soy yo quien vive en ti. Esa palabra es la que me golpeó mucho, me penetró. Porque me sentía muy pequeña ante este desafío y me parecía que estaba tan lejos de este ideal. En un suspiro preguntaba a Jesús, pero cuándo será? Y estaba así en silencio y continúe y allí encontré lo que para mí era el segundo momento, la respuesta del Señor que me decía con la cita de Lucas, no temas pequeño rebaño porque a tu Padre le ha parecido bien darles a ustedes el Reino. Y allí me sentí ubicada en esta nueva comunidad, en la CAFA, junto a cada uno de ustedes y en ese momento se me desaparecieron los temores y sentí muchísima gratitud al Señor por la CAFA, por elegir a la CAFA como escuela de santidad y también mucha gratitud por llamarme inmerecidamente a ser miembro de ella. También me quedé mucho tiempo en silencio y así se me fue la tarde. Para concluir mi oración me fui frente al santísimo para presentarme ante El y presentar esta nueva comunidad. Sentí mucha paz al tomar conciencia que es el mismo Espíritu de Dios quien irá haciendo su obra en mí desde esta comunidad, por eso me abandoné en sus manos y quedé descansada. Me di cuenta que encontraba una gran sintonía con lo que yo realmente estaba buscando.

CARMEN: el material de la oración ha sido como una síntesis preciosa de la vivencia CAFA de este último tiempo. Me gustó mucho y sintonicé con esta Escuela de santidad que el Señor nos regala. De un modo especial resonó esta frase: “hasta que Cristo llegue a decir: ahora ya no vives vos, soy Yo quien vive en ti”. Me impresionó mucho porque es el mismo Cristo quien nos dice que vive en nosotros, quien vive en la comunidad. Una vez más el Señor nos confirma que esta comunidad está formada por el querer de Dios y es a la CAFA a quien regala su Reino porque así lo quiere. Esto produjo gratitud ante el Todo Otro que así se manifiesta. Una imagen que me acompañó es el de ver a la Comunidad totalmente suelta en Jesús y dejándose llevar en un remanso de paz, con mucha suavidad.

DIOSNEL: en la oración de la tarde sentí mucho agradecimiento a Dios por la CAFA porque fue ella la escuela donde fuimos comprendiendo el misterio del amor del Padre hacia nosotros en Jesús. Nos regaló la fe cuyo primer acto es el bautismo, sentirnos injertados en el Espíritu del Padre diciéndonos: “estos son mis hijos amados” y a partir de allí tenernos en cuenta y juntarnos en esta escuela de santidad y enseñarnos su misterio para que la CAFA fuera de su agrado. Para eso nos tuvo mucha paciencia y nos sostuvo por un largo trecho para comprender su amor a la CAFA. Nos hizo uno en Jesús y se constituyó en nuestro centro vital. Sentimos su amor y presencia. El es nuestra guía, nuestra luz, el conduce nuestra CAFA y en la peregrinación nos concede ser sus apóstoles con el Sello de la CAFA, haciéndonos sentir uno con Jesús al Padre. Unidos a El por el regalo en la fe, nos sentimos capaces de seguir peregrinando, solo porque es nuestra fortaleza y porque conduce a la CAFA como pequeño rebaño. La CAFA hoy abre su corazón a más. Tantas cosas sentí ayer de tarde que me falta recordarlo todo. Quiero dar gracias por el amor inmerecido de Dios a la CAFA.

CRISTINO: me hizo mucho bien el volver a mirar y entrar en esa escuela de santidad. Refrescar, a medida que fui leyendo y fui diciendo sí a las confirmaciones de lo que es la escuela de santidad. En mi interior fui diciendo Amén. Y comencé con el regalo del Señor de contemplar la inscripción en la escuela, los que se inscriben en esa escuela y los compañeros y compañeras de la escuela. Me fue fuerte el contemplar mi nombre, nuestro nombre, escritos con la sangre de Jesús. Con la tinta de la sangre de Jesús. Pasé un momento fuerte al ver que en la presencia de Jesús, María y los santos se realiza la inscripción de nuestro nombre con la sangre del Cordero. Sentí mucho agradecimiento al ver las gracias dadas, el bautismo, el peregrinar en la fe. En este peregrinar en la fe se hace más explícita la pertenencia a la comunidad. Ahora el vivir en comunidad en este estilo de CAFA, el crecer juntos, cuidarnos y acompañarnos mutuamente. Y así la certeza del Espíritu, el acompañarnos en este caminar que no es individual, sino un seguimiento en comunidad. Hay una unión profunda y un cuidarnos, “ñangareko pa oñondive”. Gustoso el tomar conciencia del pequeño rebaño, rescatado en esa identificación con Cristo crucificado y resucitado. Esta mañana se coronaba esto con el corazón agradecido por la vida, todos los gestos de anoche, los mensajes, llamadas. Sentirme parte de una comunidad mucho más grande.

DIGNA. Me tocó mucho el ver a la CAFA orando a su Señor, en total apertura, disponibilidad. CAFA habitada por Él, pertenencia suya. Ya no busca otra cosa que la voluntad de Dios. Me tocaba profundamente esta escuela de santidad, que sea Cristo quien obre en nosotros. Sentí que nuestro Dios se ha fijado en nosotros por pura gratuidad, porque así le pareció bien. Me tocó esto que Dios nos llama a ser santos como El es santo. Quiere compartir con nosotros su santidad y que cada vez El crezca en un proceso continuo de conversión, que estemos dispuestos a que el haga la poda. La CAFA no tiene otro camino que dejarse hacer por su Dueño y Señor. No tiene otra salida más que dejarse hacer por El. Dios llama a la CAFA a la santidad. La CAFA se siente agradecida y feliz, el contexto es comunitario, la gracia de la vida de Cristo es dada a la CAFA. Solo el Espíritu esclarece los profundos misterios de Cristo. Sentí un gusto interior grande de esos ratos de encuentro con el Señor como comunidad.

ILI: fui a la oración un poco decaída, me vino un desasosiego. Me tocó el título: escuela de santidad, contexto donde el hombre aprende progresivamente que Cristo es quien vive en El y administra las obras del Todo Santo. Sentí que éste era el ejercicio: aprender a dejar a su Espíritu que me enseñe. Dejar que el Señor me muestre. Me dejaba arrastrar por el texto y esta sensación que es el Espíritu quien escudriña las profundidades del amor, acoger la vida desde los dones de cada uno. Sentí al Señor entregando su luz al mundo desde lo que cada uno es y desde la CAFA luz. Era un agradecer al Señor por captar interiormente que ese es el ejercicio, ésa es la escuela: ir sin saber, uno aprende. Ha sido una oración sosegada en el Señor. En otro momento de la oración también fue sin ninguna claridad, ni luz interior, un vacío, una oscuridad, pero me experimentaba como CAFA sin miedo, sin desconfianza, una soltura grande en el Señor en esa nada. CAFA acogiendo esa oscuridad. Los dones otra vez aparecían, El da a quien quiere, como quiere. Sentía un llamado grande a la humildad, escucha y confianza. El trabaja, estamos en una escuela, allí aprendemos. Con confianza que él irá mostrando.

LICHI: me tocaba y resonaba esto de ser fe peregrina, y el dinamismo interior de la CAFA escuela de santidad, contexto comunitario donde el señor nos conduce a vivir como El. Marcados por esta escuela de santidad y no por nuestros procesos personales, salir de mi yo para aprender a vivir como peregrinos. En un segundo momento sentí dificultad, dispersión, sueño. Me toca esto de progresivamente el hombre aprende a dejar que Cristo viva en él. Acogida profunda de la santidad que el Señor nos regala.

NOE: ayer aprendí a sentirme unida a cada uno como CAFA. Me tocó esto de ser escuela de santidad. Sentí como algo suave y cercano, es el contexto en que progresivamente el hombre aprende a que sea Cristo quien viva en El. Experiencia de santidad que el Señor puso en mi camino a través de mis hermanas. El Señor tuvo ese detalle, el da en el momento oportuno esa gracia a quien a Él le parezca. Me sentía impotente ante esta experiencia, me parecía inmerecida. Agradecí con paz, alegría, comprendí que a través de esa experiencia de fe compartida me hace salir de mí misma. Yo me sentí dueña de esta vida, y ahora veo que tengo que salir de mi misma. Me unía a esta llamada a la santidad siendo hija amada de Él. Llamada a testimoniar esa experiencia gracias a la fe, vivir la experiencia de la fe amando. No encuentro otro espacio como éste, en donde uno encuentra vida y sabe celebrar.

TERESITA: me ayudó el tiempo prolongado y la orientación ya que me dio seguridad para ahondar el texto. Sentí como CAFA mucha gratitud, anonadamiento, gozo sereno, silencio, acogida, dejar que el Espíritu ore en la CAFA, solo Él puede esclarecer los designios misteriosos de Dios. Contexto comunitario donde aprendemos a despojarnos para que Cristo sea quien viva en nosotros. Solo desde esta vivencia la CAFA podrá ser administradora de las obras misteriosas del Todo Santo. La CAFA se siente pequeña, sobrecogida, agradecida. Como María permanece repitiendo “hágase en mí”.

MARIZA: experimenté mucha sintonía con esto de crecer en la escuela de santidad. Resonaba en mí el contemplar la pequeñez de la CAFA ante el Señor y experimentarnos injertadas en Él. Ser consagradas al Señor, peregrinar en Él como comunidad. Permanecer en El. Me impresionaba que la vida santa es totalmente otra de lo que el hombre pueda alcanzar. Experimenté sobrecogimiento, acogida y disposición interior, que se haga su voluntad. Experimenté confianza en El y me sentí agradecida por todo lo que El nos regala.

MAXIMO. Momento de acogida del punto 11. Dejé que cada frase vaya siendo acogido en lo más hondo como CAFA. Lo que más sentía era esto del título; el contexto donde progresivamente vamos creciendo. En ese peregrinar llegar a decir como Pablo, yo no soy quien vive, es Cristo quien vive en mí. Esto no como deseo sino como una realidad. También que todos los miembros de la CAFA podamos decir eso. Pero esto no está en nuestras manos, es el Espíritu quien va obrando, no podemos nada. Surgía que la CAFA no sabe nada, no entiende nada, esa es nuestra realidad y allí hace el Señor su obra confiando plenamente en El. Vivir en Cristo, la CAFA vivenciando a Cristo, no solo seguirle sino El en nosotros y nosotros en El. La vida de Dios santo se hace vida en nosotros en Cristo y las obras del Dios santo se hacen vida en nosotros. El otro punto que me llegaba era esto de discípulo aventajado en la santidad que da testimonio del Padre. La CAFA es mucho más de los que estamos acá. Pero somos miembros que tenemos nuestros procesos personales y comunitarios. Los miembros tenemos que dejar que esa gracia obre para que podamos ir despojándonos de todo lo que no sea Cristo en nosotros. Esto y todo lo anterior define el comienzo. Nuestra identidad y misión como base y corona. Solos no podemos vivir sino que necesitamos del otro. Descansaba en eso que es el Espíritu quien va haciendo y creer en fe que es así.

NORMA: en el momento de compartir en la mañana sentí arder mi corazón como presencia fuerte del Espíritu y ya a la tarde en la oración me llegó eso de “Señor tú tienes palabra de vida eterna y nosotros en la CAFA sabemos y creemos que tú eres el santo de Dios”. Somos conscientes que El debe ir creciendo en nosotros y nosotros disminuir. En esta escuela de santidad, escuela de transformación permanente en el Espíritu, dejarnos conducir por el Señor que penetra en nuestra ser. La vida del Dios santo se hace vida en nosotros en Cristo. El Espíritu da a cada uno como quiere y pone sus dones al servicio de la Iglesia. El amor que reina en la CAFA es fruto del Espíritu que proviene del mismo Dios que nos va transformando en verdaderos discípulos. Sentí esa comunión profunda entre nosotros y con Etel. Sentí su presencia entre nosotros. Terminé la oración con esta palabra: ya no soy yo, es Cristo quien vive en mi. La presencia del Espíritu nos invade a cada uno.

REINA: comencé la oración con gratitud y sentí una profunda sintonía con lo compartido a la mañana. La oración fue una repetición de la experiencia de la mañana. Sentí esa llamada a la escuela de santidad. Sintonicé con cada uno. Dejarme gustar internamente, acoger y sentir que Dios me llama a esto y me invita a integrar esa escuela. Me siento ya dentro. Me venía fuerte al recoger, mi motivación. Era algo que el Señor me quería mostrar, humanamente no quería venir, me resistía. Pero ahora descubrí profundamente que solo Dios me trajo, no vine no por mí ni por mi esfuerzo, sino por gracia de Dios, porque su Espíritu es quien me conduce a esto. Mucha gratitud, sintiendo que Dios me enseña a acoger que es Él quien conduce, no soy yo.

FATIMA: leí varias veces el número 11, pero de alguna manera me volví a los otros números. Agradecí al Señor porque me trajo en una CAFA donde ya había adelantado el camino y ahora el Señor me trae aquí. Veo el obrar del Señor en el caminar de la CAFA, para mí eso es novedad. El Señor nos tiene preparado en la peregrinación un regalo. Tome el texto de Jn. 6, 67-69: nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo de Dios. Eso acogía profundamente. Le dije al Señor, nosotros creemos y sabemos que eres el santo de Dios. También acogía lo del evangelio de estos días, que Dios viene a sanar a pecadores, y veía que el Señor también con mis limitaciones me acoge en la CAFA y me alimento con la fe de mis hermanos. Otro momento de la oración: 1Cor 12, 6: unidos por los diferentes dones recibidos. Cada uno podemos aunar nuestra fe con dones concretos y recibidos. Estos días los vivimos en comunión de amor a través de las cosas sencillas en las que estamos unidos: La alegría de todos, el unirnos para el festejo, el disfrutar y eso de palpa desde la fe. Creer en la capacidad que cada uno recibe de los dones para poner al servicio. Nuestra identidad ya está hecha en Dios y escrita por Él y la misión es llevar adelante. Me brotó agradecimiento al Señor por nuestra fe, por el llamado a vivir la santidad, nos definimos por la fe, este amor hay que saber mostrar, asumir mi humanidad como es.

CAROLINA: la orientación de la oración me dio tranquilidad para la oración. Me centró y llenó esto de escuela de santidad es el contexto en que progresivamente… Sentía que este primer párrafo condensaba la experiencia de la CAFA como escuela de santidad. Admiraba la sabiduría de Dios que se nos entregó como algo nuevo en la definición de la santidad. La santidad de la que podemos participar los seres humanos en nuestro Dios. Lo del contexto comunitario como contexto de aprendizaje progresivo donde dejamos que Cristo viva en nosotros por la fe y donde dejamos que Dios obre. Me invadía sentimientos de pequeñez, sobrecogimiento, mezcla de admiración, confianza. Decir a quien vamos a ir, en qué otro contexto encontraremos esta gracia. Decir solo Amén, hágase y dejarnos hacer en esta escuela de santidad. Me quedé en silencio, en contemplación, en sintonía con el texto y en el Espíritu, en ese ardor del Espíritu y dejar que el Señor siga asentando en nosotros su obrar. Dejar que el señor siga asentando en nosotros esta identidad de escuela de santidad.

RESONANCIAS: ¿qué queda después del compartir?

  • La CAFA que se deja enseñar en esta escuela de santidad y a la vez se deja conducir por Cristo, emerge de las profundidades. Dejar que Cristo crezca y que vayamos disminuyendo.

  • Sentimiento de paz, suavidad, admiración por la obra de Dios en la CAFA y la visualización de una CAFA pequeña dócil, sobrecogida ante el misterio. En una sucesión de gracias y favores…
  • Agradecimiento profundo al Señor por este regalo de la CAFA como escuela de santidad, en donde el maestro es el Espíritu y por eso la necesidad de apertura al Espíritu para dejarnos conducir por El.
  • Al escuchar a cada uno sentí sintonía grande y profunda que me llena de alegría y confirma la presencia del amor entre cada uno. Gozo hondo, felicidad que procede de Dios en esa escuela de santidad.
  • Siento que ha habido reconfirmación y en otros confirmaciones en este caminar escuela de santidad y todo lo expresado con mayor conciencia, claridad en esta gracia que estamos llamados por pura gracia. Moción espiritual de suavidad, paz, despojo, descanso en el Señor y en esta gracia que se nos ha dado.
  • Conciencia de la CAFA de su pequeñez, debilidad, no puede nada por si sola y es el contexto donde va aprendiendo a dejar a Dios ser Dios y mucha sintonía con todo el compartir. Suavidad muy grande.
  • Fortalecimiento de nuestra escuela de santidad, mucha gratitud y acogida de su obrar.
  • Mucho agradecimiento por el contexto donde se vive lo que es nuestro centro y a través de la humilde acogida se va revelando su protagonismo. En nosotros CAFA más El, CAFA llamada a la pequeñez y humildad. Desde esa incapacidad vaya siendo El en nosotros.
  • Mucha paz y admiración y abierta a adentrarme despacito en esta escuela de santidad. Atraída por ello y con gusto. Me deja mucha paz.
  • Me deja gratitud por esta escuela de santidad que hizo gustar y por este pequeño grupo escogido por el Señor que aprende progresivamente a que El sea en nosotros.
  • Contexto de aprendizaje comunitario y acogida a la llamada a la santidad que el Señor nos ofrece.
  • Mucha admiración por esta obra de Dios expresada en cada uno sintonía en el Espíritu, CAFA escuela de santidad, sentimientos de pertenencia, aprendizaje.
  • Mucha paz, sintonía con todo el compartir y confirmación que el Señor va fortaleciendo el sentido de cuerpo.
  • Acogida de lo que es la escuela de santidad como contexto en el que vayamos creciendo y peregrinando en esa identificación con Cristo. Me recoge eso del apasionamiento hacia la santidad, que estira. Que podamos sentir ese apasionamiento de la santidad de Dios en nosotros. Acogida, confirmación de lo que es la escuela de santidad. Paz, alegría honda, consolación.
  • Escuela de santidad, el Maestro el único santo de Dios que nos introduce a los designios misteriosos del Padre y la CAFA se deja enseñar, conducir, moldear para que sea Cristo quien viva en ella y ella en Cristo.

martes, 7 de junio de 2011

"Padre, ésta es la vida eterna: conocerte a ti..." (Jn 17,3)




Queridos hermanos y hermanas de la CAF en dispersión
LA foto de arriba es una de las manifestaciones que los cristianos egipcios han realizado unos días atrás. Ellos reclaman un país donde se viva la justicia sin discriminacion de religión. Recemos para que cesen las violencias y muertes producidas por los disturbios interconfesionales.

En cuanto a mi vivencia de estos últimos tiempos, quisiera compartir con ustedes un poco la recogida de mi útima oración. De esta manera podrán seguir conmigo el quehacer de Dios en mi vida y misión personal y como pueblo santo.

Recé con el texto de Jn 17, 1-11. Me detuve en esta palabra PADRE, y acogí profundamente esta vivencia de Jesús. Me llegó también el proceso de santidad que Dios realiza, la comunión entre todos sus hijos.
Me sentí motivada y animada a continuar con la misión encomendada tal como Dios Padre lo desea, en Cristo Jesús. Me resonaba interiormente el dar a conocer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, siendo apóstoles entre los cristianos de oriente y occidente y siendo testigos del Amor de Dios Padre entre los musulmanes.

Personalmente me sigo sintiendo llamada a aprender el árabe, confiar mi persona y mi familia al Señor, asumir mi responsabilidad en la comunidad y prepararme en el acompañamiento de EE.EE. en este contexto nuevo.
Cuento con sus oraciones.
Abrazos
Fide