martes, 18 de mayo de 2010

Pascua de Etel

Queridas hermanas y hermanos:

Todo este tiempo he estado pensando y meditando en la vida y la muerte de Etel. No esperaba que su encuentro con el Señor fuera tan pronto. Pero Dios tiene sus caminos para todos nosotros. Yo la amaba como una hermana y compañera en nuestro seguimiento de Jesús. Estuvimos muchos años colaborando en el servicio del Señor: desde que la conocí al llegar a Paraguay por primera vez en 1985 hasta la última Interiorización que di en marzo del 2009 donde ella estuvo presente y muy participativa. Estoy con gozo en el Señor por la felicidad eterna que ya comparte con el Señor resucitado y a la vez con lágrimas en los ojos por la pérdida de mi hermana que mucho me acompañó y animó a peregrinar en la fe y a continuar a pesar de todos los obstáculos que encontrábamos en el camino, sobretodo incomprensiones de muchos que veían con rareza nuestro modo de seguir a Jesús en radicalidad.

Tenía necesidad de compartir mi sentir con ustedes, pues ahora el Señor ha cambiado mi vida y me ha puesto a acompañar EE.EE. personalizados pero sin nadie que desee en esta comunidad abrir su corazón a sus hermanos; estoy intentando a ver si algo de fe logramos compartir; recen para que el Señor nos dé éxito en este emprendimiento si es de su agrado. Por lo demás todo es trivialidad por acá. Me sostiene lo vivido, el amor que les tengo a todos ustedes en el Señor y que no disminuye a pesar de la distancia y los años y la presencia constante del Señor y su Madre en mi vida; fuera de eso no sé si pudiera sobrevivir en USA.

Con amor entrañable en Cristo Jesús,
Carlos