Mis queridos hermanos (as) peregrinos (as):
El Señor me invita a compartirles mi hoy.
Son muchas las gracias que El va derramando en mi vida, especialmente la gracia de experimentar su amor fiel, que, aunque en medio de tentaciones, debilidades y luchas El sigue obrando, para que vaya centrando todo mi ser en El.
En medio de tantas fragilidades sigo peregrinando sostenida por el Señor, animada por su Espíritu.
Mis tentaciones en este tiempo se han dado con diversas expectativas que debo ir "soltando día a día": una de ellas era la CAFA. Me había acostumbrado a ver cada mes un compartir de la CAFA, pero han pasado dos meses y nada; un día en mi oración el Señor me invitaba a entregar la CAFA, al hacerlo han brotado mis lágrimas, pero junto a ellas daba gracias a Dios por la CAFA, por todo lo que ella nos ha ido entregando, experimentaba una gran comunión con ella y un orar por todos, para que sigamos peregrinando en fe radical, dejándonos conducir por el Señor.
En un segundo momento el Señor me invitaba a entregar a Carlos, instrumento fiel del Señor, de su Espíritu, porque también he estado esperando sus correos, que personalmente me ayudan y me animan. He llorando de gratitud al Señor por la vida de Carlos y me invitaba a orar por su próximo viaje a Paraguay.
Mis queridos hnos. (as) les quiero compartir también que nuestra comunidad sigue su formación en la fe, seguimos compartiendo la Palabra, la cual nos hace mucho bien, nos ayuda a confrontar nuestra vida religiosa para centrarla en Jesús. Es impresionante lo que Dios va obrando en los corazones sencillos de nuestras hermanas filipinas.
También hace un tiempo que acompaño a dos laicas consagradas, vocación que el Señor ha abierto en nuestra Congregación, ellas siguen con gran ánimo su formación en la fe y el orar con la Palabra de Dios.
En nuestra comunidad tenemos encuentros con jóvenes en discernimiento vocacional, poco a poco ellas van aprendiendo a orar con la Palabra y a compartirla.
Mis queridos hermanos (as) oren por nosotras (os) por todos estos grupos que el Señor va abriendo, somos una pequeñita semilla pero ahí está El, con su gracia. Oren por mí para que le deje obrar a su modo, a su ritmo.
Gracias por toda esta comunión en el Espíritu del Señor.
Con cariño y agradecimiento les abraza en Jesús: S. Mónica
