lunes, 21 de junio de 2010

COMPARTIR CAFA - JUNIO 2010

VIVENCIA DE LA CAFA DEL REGRESO DE ETEL A LA CASA DEL PADRE.
ÚLTIMAS CARTAS DE ETEL A LA CAFA

Asunción, 31 de enero de 2010
Vida en el Espíritu: Pequeñez, debilidad. Mi nada
Queridos/as Carlos, CAFA:
Fui orando y deseo compartir con Uds. lo vivido desde hace un tiempo. Dios es Fuente de Amor y Misericordia, EL me mantiene no sé cómo. Creo en El, confío en Dios.
Creo que no me engaño al decir que amo a Dios, y amo a mis hermanos, sigo aprendiendo el difícil lenguaje de amar a todos/as, sin mirar cómo es, qué me hace o no hace. Amar sin esperar nada, nada ¡CUÁNTO CUESTA AMAR A LA MANERA DE DIOS! Con facilidad me descubro que estoy esperando un reconocimiento, alguna recompensa. Le digo, Señor sólo en Ti está al amar simple y naturalmente, en Ti, de Ti brota, o eres Fuente, Agua que corre eternamente, el Sumo Bien, la Suma Bondad. Así de mil modos mi alma alaba y engrandece al Señor. Cuando no sé orar (o no pude hacer en la mañana) dejo que el Espíritu ore en mí-Rom8,26_27
En estos días leyendo el texto del Sembrador, sentí fuerte impacto, me identificaba en Mc. 4,18 cuando Jesús dice: “Otros la reciben como entre espinos, las dificultades ahogan la Palabra” Imploré al Señor se compadezca de mí y me haga tierra buena, todo mi ser necesita de una conversión profunda, volverme a Su Majestad, al Soberano con todo lo que El puede hace en mí y de mí, soy nada y nada yo puedo.
Saben de mis luchas (ya no quiero hablar de ellas, creo que se cansan de escuchar). Con ansias profundas siempre deseé: Que EL TODO sea el que oriente mi vida y descansar sólo en El, no esperar tanto de los otros.
Estoy acompañada de la enfermedad, vivo sola. A la soledad que siento y al dolor, les digo, mis amigos, que son mis hermanos, mis compañeros, ellos están conmigo casi día y noche. Por momentos todo me cuesta, voy presentando en la oración, a la Fuente del Amor, cada una de las cosas que siento, pienso y anhela mi alma. El conoce lo más recóndito de mi corazón. Imploro al Todo que haga Uno Su Espíritu con mi espíritu, y esto se va realizando lentamente, al ritmo del Espíritu. Llega un momento en que todo dolor, soledad y, abandono de todos desaparece, quedamos El y mi espíritu, en paz, sosiego, calma, silencio infinito, íntima serena alegría. Sobrecogida ante Su Misericordia por mis miserias, necesidades, mi nada, llorando de emoción porque solo El puede traer la calma después de las grandes tempestades que azota a esta ”barquita”, que al parecer navega sola por la gran marea. A Jesús desfigurado por el maltrato le presento mis penas, la fe me dice que está, aunque no Lo sienta.
La muerte también es mi amiga, la amo y la deseo, no la temo, dialogo con ella; mil veces pido perdón cuando me deseo la muerte, no quiero que Mi Amor y Soberano se enoje conmigo. Ante el pensamiento que El se enoje, sufro terriblemente, porque soy cobarde, siento miedo ante situaciones que peligran la falta de una mayor salud física (parálisis) Sl 142(141) Oren para que Dios aumente mi fe, necesito.


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Asunción febrero del 2010.

Queridos/as Carlos, CAFA:
Estoy de nuevo ante una intervención quirúrgica de columna, será la tercera (dije que ya no dejaría que me operen), la primera no salió bien, o no se hizo el injerto o no prendió, donde tuve fractura y aplastamiento (L3, además con osteoporosis), la segunda fue para retirar la barra que tenía, esta tercera porque dos vértebras más se van aplastando, eso hace que la columna se me vaya encorvando, estoy viendo materiales para implante pedicular, es muy costoso. Como los pobres de espíritu confío que Dios me dará lo que necesito. En un momento desconfié, ahora confío plenamente. La intervención quirúrgica es para que los órganos que están en peligro no sean perforado: los nervios, médula y otros. No hay otra alternativa, es unánime la opinión de los profesionales, y no conviene esperar mucho, puede ser tarde, estoy con esto desde octubre.
Esta y otras situaciones me fueron poniendo en “larga oscuridad”, profundas desolaciones, depresión (digo yo) que sólo Nuestro Dios sabe; le grito a Jesús Crucificado, en Su Amor El mismo me abraza cuando desfallezco, me reconforta y da seguridad.
Puedo decirles que unas veces oro con la CAFA, unida a todos los santos, la creación toda. Y otras, cuando la desolación se hace intensa, olvido que soy CAFA, me pongo ante Su majestad y desahogo mi pena como si Dios no supiera de mí, así siento mi torpeza ante El. Luego experimento Su inmensidad, yo como un puntito en El, los Ojos Inmensos de Dios, veo que sonriente me mira, quedo descansando en Su Pecho, llorando de íntima emoción, de agradecimiento, de Algo que no acierto a decir qué es. Experimento de nuevo la armonía con todo lo creado, la Iglesia triunfante, la CAFA.
Querida CAFA o Carlos, los que se encuentran cerca y en dispersión, pido oración, necesito como Uds. no se imaginan, alaben y engrandezcan conmigo al Todopoderoso porque en los momentos de prueba le digo: “Gracias Señor, esto no puedo decirte que no, Tú puedes en mí”
Dije: “¿Qué busco al compartir?
_Que tengamos que enriquecernos en la Fe, Esperanza y Amor.
_Que en cada etapa de la vida nos preparemos para lo que vendrá (las enfermedades, las incomodidades, el dolor que traen los años) El cotidiano tampoco nos prepara para las etapas de la vida, no hay pastoral de los enfermos, de la ancianidad que de hecho son del deterioro.
_Comparto porque somos CAFA, y la Gracia la tenemos por la Comunidad, en ella maduramos en la vida del Espíritu, gracias a ella aceptamos los Proyectos del Padre preparado por siempre, El nos va madurando en Su Hijo muy Amado. Amén.
La oración, las pruebas ofrezco por todo el mundo, por los que tiene fe y por los que no tienen. Unida a todos/as en el Dios que es Amor con ternura, gracias y abrazo en Jesús y María, oremos y pido oración, Etel.



ORACIÓN DE LA CAFA

1Pedro, 1. 3-9 iluminó la recogida de nuestra vivencia en torno a la Pascua de Etel.

Compartir de la CAFA

DIOSNEL: Hoy en la ausencia carnal de Etel, ya se quedó y quedará con nosotros su presencia espiritual de la que fue con nosotros ella. Sentí y siento mucha paz y gozo por ella al saber y ver que ella ya no está aquí, pero que con seguridad desde nuestra fe, ella está con el Señor mediando por esta que fue y será su comunidad. Hoy mirando y meditando su vida pasada, fue toda una enseñanza para mí lo que significa fe radical, su dependencia radical de su Dios, tanto material como humanamente sin importarle jamás el futuro a pesar de sus ocupaciones que generaba su humanidad a ella misma. De verdad que conciente o inconcientemente su fe le daba ánimo a seguir con su vida sometida al querer de Dios. Creo de verdad que ella fue nuestro ejemplo de cómo viviendo para el Señor, para ella absolutamente no le faltaba nada. Su fe radical le hacía tener absoluta confianza en el Señor y vivía su día a día regalando lo poco que tenía a los más necesitados.

Como mi hermana de comunidad, fue y será un ejemplo de lucha, que confiada en el Señor, el Señor le dio alcance hasta en su forma de morir. Su cruz fue sufrir por la vida religiosa y por los pobres, por quienes hizo lo mucho desde la oración y desde su caridad humana.

Hoy Señor quiero dar gracias por quien fue la vida de Etel en nuestra comunidad y en mi vida, quien nos enseñó a través de la fe radical, el amor a la vida religiosa, el amor a los pobres y a sus hermanos. Como Diosnel sentí de ella el amor de una madre a su hijo en adopción.
GRACIAS, SEÑOR.

LAURA: “Alégrense, aunque por un tiempo quizá le sea necesario sufrir varias pruebas”(1Pe 1, 6)
Me dispuse en oración con el rostro de Etel a mi derecha, lugar en el que generalmente estaba.(reflexioné sobre lo que es el lugar de la izquierda) y luego le pedí la gracia al Padre que me de la oportunidad de experimentarme hermana, no decirle tía Etel y con la CAFA, nos pusimos junto a ella, con la certeza de que con ella el Señor tenía una predilección particular…(así decía varias veces) y que nos conceda recibir el fruto de ese misterio, que deje su sello en nosotros.

Vivimos un recuento de todo lo que de hecho al inicio de la mañana recordamos, en situaciones concretas y ella con el rostro radiante (como de la Pág. Web) todo eso hablaba de lo que ella en su carta nombraba como el difícil lenguaje de amar a todos (yo sentía amar a todo) Sus obstáculos e incomprensiones ( La iglesia como jerarquía, los sacerdotes del clero, su gran preocupación, su familia) todos comprendíamos, aunque no encarnecidamente, más que testigos de sus luchas con la enfermedad, más que enfermedad su soledad.

Después de mostrarnos el Señor sus huellas cristificantes en Etel; la CAFA recogía la llamada última: apostolado y como fondo le tenemos a Pedro, la entrega del amor encaminado en el dolor, la soledad, la impotencia la limitación. El (Jesús ) y ella (Etel) han llevado al Padre consigo lo nuestro… y cada quien presentaba en conciencia su humanidad; yo me detuve en la experiencia de habernos acercado a ella, en la última interiorización, estando en la cama y el sentir de algunos que la Interiorización era para que el Espíritu sea el centro y no Etel; que de veras a mí me costó escuchar…más por lo que en su carta dijo, no tenemos pastoral para la tercera edad, de la enfermedad, de la ancianidad o como ella nombra para “el deterioro”
Quedamos en silencio y finalmente el Señor nos nombraba: Acoger, acompañar, dar, cuidar lo que sea, como sea en El; orantes.

Al final recojo desde lo que recibimos como CAFA, el testimonio de vida de Etel, fue una radical pobreza regalada, una vida austera donada. Y a mí me evocó nuestra promesa de matrimonio, pobreza-riqueza; salud-enfermedad; alegría- tristeza,… y los votos de la vida consagrada pobreza, castidad y obediencia; ella fue ejemplo de ambas promesas; fue y es memoria de la vida consagrada en el difícil lenguaje de Amar. Quedé emocionada agradeciendo el tenerle a mi derecha y hoy entre y encima de la CAFA… se nos adelantó en toda la dimensión de esta expresión (de esto ella estuvo siempre confiada)

DIGNA: Bendito sea Dios… que se puede vivir desde el abandono y la confianza total en Dios, como Papá; vivir una entrega generosa sin escatimar nada. Que todo es relativo en la vida, que al final lo único que queda es la fe, el amor y la esperanza.

Me deja una gran Paz, un amor profundo y la palabra mujer de oración, muy Mariana, hija amada del Padre que la hizo UNA con su Hijo Jesús crucificado. Amor profundo a la Iglesia, a los consagrados/as, a la CAFA, su comunidad.

EMI: “Por la fe, experimentamos la salvación” Unida a Dios sólo, dentro de toda su debilidad, ella tenía su morada en Dios, creo que la santidad que vivió es gracia y purificación hasta probar en lo profundo el amor y la fidelidad que tanto buscó vivir. Creyó en la promesa de Dios, suya es su herencia, Él le concedió su deseo mayor, se hizo una con El en su amor y dolor por los suyos a quienes amó hasta el extremo.

Doy gracias a Dios por su vida compartida en estos 16 años que la conocí, con quien compartí su dolor por la Iglesia, por sus familiares. Por su entrega generosa por los últimos, los encarcelados. Siempre luchó por la justicia y siempre le ha dolido en el alma la injusticia y el abandono. Por su generosidad para conmigo y las MIC, doy gracias a Dios y por mi fe la siento viva, unida a la TRINIDAD.

LICHI: Al disponerme en la oración, experimento en lo profundo la certeza de su presencia, de estar en la presencia de la Santísima Trinidad en compañía de todos sus santos, entre ellos encontrar y contemplar a Etel, compartir con ellos la comunión en la fe y permanecer en silencio gozando de esa vida plena. Acoger el canto agradecido por la vida de Etel, su entrega radical y participación de la vida del Señor, de su Misterio Pascual, entregándose con confianza. Alegría interior, paz, su cercanía e interés por cada uno. Reconocer su vida como don para la CAFA, me anima y fortalece.

SARITA: Alabanzas y gratitud a Dios por el testimonio de vida de Etel, vivida en radicalidad en Cristo Jesús. Experimento profundo gozo al unirme en el compartir de hermanos/as de su proceso de continua búsqueda de la voluntad del Padre y fe probada; en relación a esta experiencia me tocó hondamente la frase del texto “…su fe saldrá de ahí probada, como el oro que pasa por el fuego…el oro desaparecerá, pero la fe permanecerá hasta el día en que se nos revele Cristo Jesús.” Lo que he admirado de ella desde que la conocí, es su fortaleza, perseverancia en sus convencimientos, total dependencia de Dios, que poco a poco le fue configurando en su amor. Su presencia en la comunidad la siento viva. Comunión en el Espíritu.

ALICIA: Te doy gracias Señor por la vida de Etel:
Por su amor a Jesús y a los pobres,
Por su confianza total en el poder y misericordia de Dios que la llevó a vivir desprendida de los bienes materiales.
Por su búsqueda constante de un más que la llevó a sufrir con paciencia hasta identificarse con Jesús crucificado…
Doy gracias porque ha recibido la salvación y hoy goza de la vida llena con Jesús resucitado y siento que nos presenta al Padre como compañeras/os de camino, Amén

MARISA: “…El oro ha de desaparecer; en cambio, la fe que vale mucho más, no se perderá hasta el día en que se nos revele Cristo Jesús. Entonces será motivo de alabanzas, de gloria y de honor para Dios.”
Al contemplar la vida y la muerte de Etel, la experiencia es, con ella alabar a Dios. Su rostro transmite alegría, paz, consuelo y comunión en la fe. Recordarle, conversar y dejarnos sentir su vida, es recoger, nombrar: la fe radical despojada, el seguir a Jesús cueste lo que cueste, ser amiga y compañera de la alegría, el descanso en la fe, la fidelidad y el dolor, la soledad y la confianza en la fidelidad.
En esa comunión profunda con Etel resucitada, la CAFA alaba y glorifica a Dios por la vida compartida con ella y por hacernos partícipe de su nueva vida.
Etel que siempre fue una mujer buscadora de la voluntad de Dios, la CAFA y como Iglesia solicitamos su intersección que el Espíritu del Resucitado nos fortalezca en la fe, en la búsqueda del Reino. Muchas gracias Señor. Muchas Gracias Etel.

PAOLA: En esta oración captaba cómo el Señor tiene compasión por la CAFA, cómo en su mirada amorosa la contempla, para compartir la vida de su Hijo, esa identificación, configuración a través de la fe.
Experimentaba la iniciativa del Señor, que se determinó en ella y la introduce en un caminar en fe que se va concretizando en el día a día. Captaba la invitación del Señor de acoger la gracia costosa del Misterio pascual, pasión y muerte y a través de ella la resurrección, una vida más allá de todo, experimento que el Señor nos prepara ante el sufrimiento, el dolor, el pecado y poder mantenernos firmes en el Señor que nos sostiene. Recogía actitudes de confianza, abandono, dejar que El obre, disponibilidad y acogida, con la experiencia escuchada de Etel, se me confirmaba esta invitación de escucha profunda al querer del Padre, a la configuración con su Hijo y a pasar por donde El pasó. Experimentaba que el Señor a través de la gracia de la fe nos introduce a esta gracia más allá de la muerte, del pecado, de nuestra humanidad, está la vida en la fe que nos trasciende y nos introduce al misterio de nuestra salvación.
Captaba que era el querer del Padre, al cual yo guardaba silencio reverencial, sobrecogimiento y escucha, porque así te pareció bien, sentía que la muerte de Etel nos introdujo al más allá, donde el Señor se mantiene presente siempre. Comunión en el espíritu.
Más allá
Más allá de todo, de todo lo que vivo, de todo lo que palpo en mi humanidad, en mi realidad de mujer pecadora, más allá de esta palabra se esconde el Misterio de la fe, que trasciende nuestra existencia y nos conecta con el totalmente Otro.
Más allá, está la gracia que nos configura con y en Jesús, algo que no entendemos del todo y que acogemos por la fe.
La fe nos introduce al más allá, al Misterio, a una vida que le pertenece a Dios, al totalmente Otro que va entretejiendo con su presencia en nuestra vida.
La fe nos impulsa a acoger la voluntad de Dios y nos prepara a acoger el misterio de la salvación en nuestra vida.
Cómo no alabarte Padre, por tu mirada amorosa, por fijarte en mí más allá de mi humanidad pecadora, donde ella por la gracia se sobrecoge humildemente a tu voluntad.
Gracias Padre por la gracia de la que nos dispone a entrar en tu Misterio.

MA. DEL CARMEN: Motivada por el compartir previo de esta mañana y el canto en el que reconocimos a Jesús como el camino, la luz, el que lleva al Padre, me dispuse a orar con el texto de Pedro. Al leer el primer versículo me quedé admirada con esa bendición: “bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús Nuestro Señor…” esta bendición me llevó a reconocer la ACCION DE DIOS, su protagonismo en la vida de Etel. Me llevó a reconocer cómo Etel fue conducida por Dios y se dejó hacer por El, fue un dejarse hacer que le significó pasar por la prueba del fuego del dolor, de la resistencia, de la rebeldía, de la acogida. Si Etel llegó a ser lo que fue, ha sido gracias a la acción de Dios en ella y a su dejarse hacer por El. El Señor le fue regalando esa capacidad de búsqueda, de entrega, de solidaridad. Le regaló una comunidad, unos amigos que estuvieron a su lado, le regaló el despojo de su salud, le hizo vivir la soledad y la comunión. La fue preparando lentamente para hacerla digna de El y cuando llegó el momento la llevó consigo. Me ha impresionado mucho reconocer en su vida el protagonismo de Dios y por eso he repetido la frase de Pedro: “Bendito sea Dios que en su gran misericordia le regaló la herencia que estaba reservada para ella: la Vida Nueva en El”.

CAROLINA: Me uno a Pedro (1Pe 1, 3-9) para dar gracias al Padre que en su designio amoroso escogió a Etel como su hija amada en Cristo por la santidad de la fe; esa fe radical despojada, probada en su peregrinar terreno y como dice Pedro, ahora es motivo de Alabanzas, de Gloria y de Honor al Padre por haberle puesto a Etel en su Hijo para administrar en El su vida temporal y su muerte, por pura gracia.

La expresión final de Etel: “Ya le entregué todo” cae por la fe en el marco de la expresión final de Cristo “Todo está cumplido”, “En tus manos encomiendo mi espíritu” donde el mismo Jesús toma el don del Padre en Etel y le da el pleno cumplimiento; ésta, es también la plenitud de la CAFA, escuela de santidad personificada en Etel, comunión en Cristo. Misterio hondo imposible de expresar. Es la riqueza de Cristo que no vemos pero que es objeto de nuestra fe y que en este momento nos hace experimentar esa alegría celestial indescriptible que Etel reflejó a pesar del peso de la cruz en su vida y su muerte y que todos nosotros gustamos con ella en la certeza de que permanecemos en comunión en el Espíritu de Cristo, nuestro Camino y Verdad y Vida.

No me queda más palabras sino alabar y glorificar al Padre en Cristo con la fuerza de su Espíritu unidos a todo el Pueblo Santo por los siglos de los siglos, por generaciones y generaciones, Amén.

OSCAR: Fue un momento tranquilo de oración, muy agradecido por la vida de Etel. Leí el texto con la conciencia de que era la comunidad CAFA quien lo hacía. Para ello traje a la memoria al grupo y me detuve a contemplar en el espíritu a la vida de Etel entre nosotros. Me fue fuerte su rostro, normalmente sereno y sonriente, incluso en momentos de mucho sufrimiento, soledad o incertidumbre.
Lo que más me brotaba era la alabanza, al igual que Jesús bendice y alaba al Padre. En Jesús, nacemos de nuevo a la vida en El y Etel se nos adelantó para vivirla plenamente. Reconocía en la fe su vida totalmente injertada en el Padre. Y esto con los adjetivos que Pedro expresa en el texto: “la herencia que no decae ni se mancha”, que “no se marchita” “reservada en el cielo para nosotros”. También agradecí mucho la frase: “Que gracias a la fe estamos custodiados por la fuerza de Dios”. La sentí todo un regalo, alimento para vivir de desde ella. Y que Etel ya la vive plenamente.
NORMA: Realmente agradezco a Dios por permitirme compartir la fe con Etel.
Para mí ella fue un testimonio de alegría y entrega al Señor. Su experiencia de cruz la vivió desde el Señor y veía como un compartir su dolor con Él.
Sentía en ella a una persona muy cercana y siempre preocupada por los demás, muy acogedora, es decir ejerció la maternidad espiritual con nosotros.
El día de su muerte yo la sentí a ella con Papá Dios feliz, fue una experiencia muy linda que me confirmaba que ya estaba gozando del cielo.

TERESITA: Lo que quedó grabado en mi corazón fue de un compartir de Etel más o menos con estas palabras: “Me siento llamada a colaborar con la obra misteriosa de Jesús, viviendo colgada de la cruz. Me admiro de la gracia de Dios en mí. Ya no le pregunto al Señor el por qué ni para qué de mi enfermedad, simplemente vivo lo que me toca vivir en el día a día”.

En la última interiorización la vi tan débil con mucho dolor, que casi no podía moverse, pero con una sonrisa tan radiante y agradecida por cualquier servicio que se le ofrecía. Esa es la imagen que se me queda de Etel y me viene lo de San Pablo: Mientras nuestro exterior se va destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando día a día. (2Cor. 4,16)

Durante mis EE, EE la sentí muy cercana con esta sonrisa y animando a la CAFA a seguir peregrinando...Vale la pena llegar a la meta!

Unidos en el Señor y agradecida por la vida de Etel.

Les saluda con cariño. Teresita