sábado, 25 de junio de 2011

ENCUENTRO CAFA, ABRIL 2011


Diosnel: Al ver las gracias que se hacen vida en nosotros siento y vivo desde la interiorización la gracia fundamental de la presencia de Dios en cada uno. Soy CAFA y todo a la vez, llevo esta gracia y vivo desde ahí. Tomo conciencia de esta gracia, caminando con Él. Mayor conciencia con mi familia, especialmente en este tiempo de muchos enfermos. A veces me levanto a las dos de la mañana para atender a los enfermos y las tentaciones están ahí, pero me siento agradecido al Dios Trinitario. En cada acción de gracias siento que es una acción del Espíritu Santo como CAFA en mí.
Siento alegría y presencia de Dios en nosotros, también siento cuestionamiento, gozo ante la presencia de Dios en nosotros. Doy gracias a la CAFA por esta presencia en cada uno, por hacerme consciente de que Dios está en cada uno de nosotros. Gracias.

Digna: para mí fue corto este tiempo, me quedé desde la lectura gustando interiormente el compartir de cada uno de los miembros. Era el Señor hablándonos desde la vivencia de su obra en cada uno, mucha admiración de esta obra de Dios en la CAFA. Me admiraba de como Dios respeta nuestra libertad, no nos fuerza para entrar en su vivencia, sino nos invita. Mucha paz, descanso, sosiego en Él. Gustar tantas gracias recibidas.
Sentía de nuevo esta comunidad tan regalada por Él, su presencia, habitada por El. Llamada a estar atentos a no caer en el protagonismo. Se nombraba la llamada de atención, estar vigilantes, no caer en esa tentación. Colaborar con el Señor, hasta que Cristo diga que es Él quien vive en nosotros. Colaborar, dejarle a Él totalmente que nos conduzca en el día a día, en la comunidad, en la escuela y llevar esa presencia suya. Eso se nota en el día a día, con los hermanos, los niños. Me invitaba a seguir colaborando desde la apertura, como decía el compartir de muchos. Me dejó un gusto interior el volver a leer todas las vivencias, ver como Dios obra en cada uno y cada una, una sensación de pequeñez. Nuestro Dios se ha fijado en este pequeño resto porque a Dios le pareció bien. Agradecida al Señor por pertenecer, ser miembro de la CAFA como comunidad. Me quedó gustando, centrándome de nuevo en las vivencias del compartir de mis hermanos.

Ili: la lectura fue de mucho gozo. Las gracias que cayeron, me sentía ubicada en mi lugar, la CAFA. Un regalo, sentirme bien en esa casa, espacio. Ser uno con el Misterio Trinitario, uno en mí y en nosotros ¿Cómo lo vivo en el día a día? Después de leer y dejar resonar, sentía un asumir una nueva misión, esta gracia se expande y no a través mío, es la gracia de la CAFA. Ser Escuela de Santidad nos lleva a otras estructuras: el ISEF, lo de Fátima con las hnas. Vicentinas, el trabajo en el barrio, las Teresas, nos regala estructuras. Esta gracia de ser uno con el Señor alcanza a muchos. Ésta es la Escuela de Santidad, sin saber, sin caminos previos ni establecidos. El amor de Dios descubrimos y llega. Alegría interior de que Dios está haciendo su obra, esto me queda.

Cristino: lectura reposada, tranquila, volver a refrescar lo escrito. Al principio veía si me quedaba en una parte, luego fui leyendo desde una lectura pensada. Después de leer todo, con la CAFA pedí la gracia de poder nombrar la vivencia de cada día ¿cómo estoy viviendo estas gracias día a día? Me vinieron tres gracias. Una, la unidad en el Espíritu, la vivencia en el día a día, reconocer que vivo intensamente esto, en el trabajo, en la misión, en la casa y no lo vivo solo, sino como CAFA. Tomar conciencia de la gracia de sentirnos administradores de la Gracia.
Otra gracia CAFA, vasija de gracias; no individual, lo veo con más intensidad. La CAFA vasija y ubicarse ahí, certeza profunda. Y la tercera gracia la CAFA Escuela de Santidad. Tomar conciencia de esta escuelita, gente débiles y desde ahí es la escuela de fe de aprendizaje, desde la debilidad. Personas pecadoras, pero ahí está la fuerza de Dios. Sentía el momento corto, pero me sentí bien, muy agradecido.

Marisa: al volver al leer la recogida me impresiona la gracia como CAFA, Escuela de Santidad, aprender a ser administradores de las obras de Dios. Dejarnos conducir por el Espíritu de Dios. Mirar el día a día a partir de esto. En la interiorización, el Señor nos fortaleció en la comunión, la gracia de la comunión más profunda desde el interés por el otro. Me quedaba el deseo y vivencia de Dios, el Amor gratuito que recogía todo.

Sara: me ayudó mucho la lectura de las experiencias de cada uno en el compartir. Sentía mucha sintonía y fui dejando resonar en el corazón estos compartires y confirmación de muchas gracias, que la CAFA recibe. Contemplar a la CAFA sencilla, acogedora, que se deja conducir y está en camino. Salió fuerte la Escuela de Santidad, estar en permanente aprendizaje de la vida de Cristo. Abiertos a lo que Dios nos regala, a la fidelidad de Dios en la CAFA. Y esto lo que nos hace fieles, comunión en la universalidad, se va extendiendo. La gratuidad y la comunidad que se alimenta en el amor. Me sentía más fortalecida. Sentí paz y acogida a estas gracias. En el día a día me impulsa a dejar hacer al Señor en mí.

Reina: al releer, al retomar me remitía al encuentro de la CAFA y me quedaba mucha paz, serenidad. Experimentar los tres días de compartir, sentidos y vividos. Retomando desde ahí veo que el Señor me llevó por ahí. Fue una gracia reconocer la Escuela de Santidad. Me ayudó a dejar resonar que implica, desear y entrar en esta gracia. Se me une a este tiempo de cuaresma, de conversión y pedí la gracia que Él conduzca.

Teresita: me ayudó mucho la lectura, hizo brotar gratitud y sobrecogimiento ante las gracias. La mayor gracia en la vida diaria, el Espíritu Santo donde nos llamó porque le pareció bien. Todos, pertenencia de Él, pequeños para aprender a amar y ser amados gratuitamente. Dejar que Cristo, el único santo viva en nosotros y administre las obras. Necesitadas de permanecer en él y ser luz donde nos llame. Tomarnos en serio y colaborar con las gracias recibidas. Empecé con las primeras interiorizaciones hacia la oración como CAFA.
La CAFA no se reduce a esta vasija, se va extendiendo. Me encontraba con un río de gente en la misión que estaba realizando. Es una gracia que no merecemos, aceptar que es obra de Dios y no nuestra.

Mary: gratitud al Señor, no pude estar en la interiorización. Un regalo al retomar el compartir. La vivencia más fuerte es que yo no salí nunca de esta CAFA, estuve desde el principio, me fue trayendo por etapas. El Señor ha hecho nacer la CAFA, es obra de Él, le agradecía la fidelidad de Dios que le dio vida, algunos llegan, otros salen pero sigue poniéndonos en caminata de fe. No estoy sola, ni siquiera con mis hermanas de comunidad, la fuerza que tiene la presencia de todos ustedes. Nos va llevando al seguimiento de Jesús a las familias, congregación y todo esto genera comunión, que se mantienen en el tiempo, no somos nosotros es Él, algo que se me escapa estoy tocando. Dejar a Dios ser Dios, llamada latente. También el que sea en mí y en nosotros, desapareciendo nosotros.
El Señor hace camino para que se historice la gracia. Sentirme administradora y colaboradora. Soy administradora inútil, de pequeñez y debilidad. Cuando yo no puedo él puede y esta vivencia es de la CAFA. El Señor me ha hecho experimentar y gustar. Es un aprendizaje en mi comunidad local que se amplía en la CAFA grande. Le daba gracias por sentirme una parte pequeñita en la CAFA, esto es luz para la iglesia paraguaya. La presencia de Fide me muestra lo macro, donde estamos, estamos en comunión. Le doy gracias al Señor.