viernes, 27 de noviembre de 2009

Mi caminar hasta hoy

Agradezco al Señor por esta oportunidad de acceder a la página, y poder compartir desde la vivencia de estos tiempos hasta hoy y agradeciendo la gran compasión amorosa de mi Dios, su fidelidad, su amor que lo voy percibiendo que no cesa de regalarme, percibiendo cuánto abunda en medio de mis fragilidades y tentaciones. Es una etapa en la que el Señor me ha dejado experimentar mucho asombro, anonadamiento ante las manifestaciones de su amor, me he sentido asumida y redimida en todo mi ser con todo lo que soy para El.
Me he sentido un poco más atenta y centrada a la escucha de su voz en el día a día, en el encuentro con mi Dios, conmigo mismo, en el encuentro con su pueblo.
Me ha regalado percibir la exigencia de aquello que ha permanecido insistente, en la experiencia de sentirme amada ,en el don del su amor para los que El ama y a quienes siento me ha enseñado a amar con amor preferencial a aquellos a quienes me va conduciendo por el camino.
En medio de mis fragilidades, en este lapso me permitió la experiencia de su confirmación en su amor, y me sentí descubrir que se ha impuesto como fuente de mi fortaleza, el agua viva en mi caminar. Pecibí con mucha fuerza la exigencia de que debía compartir como proyecto de misión, con mi comunidad, con mi párroco,sabiendo que puede ser acogida o rechazada. Pecibí en mí una dura resistencia, pero que debía romper con ella. M e condujo al encuentro conmigo mismo, me que dé asombrada descubrir mi cobardía, me ha sacudido la percepción sobre ella, al acoger que se ha constituido de barrera al Espíritu por mucho tiempo.
Hoy siento que mi corazón alaba una vez más al Señor,se goza en El, por que con ternura y firmeza ha derribado una vez más el muro de mi cobardía para que su amor se haga presente junto a aquellos que El ama y atrae hacia sí, porque para Dios na hay imposible, y su promesa está allí, esa es mi fuerza y mi valor, el que me conduce a colocarme en su mano con gozo, y paz, con libertad y total confianza. Mientras estoy alli siento que nada temo y su amor me envuelve por doquier. Un abrazo grande en el amor irresistible de nuestro Dios y Salvador. Teresa Inés.