martes, 23 de diciembre de 2008

"Todo mi ser celebra a mi Dios"

Mis hermanos y hermanas.

Con este profundo sentimiento de gratitud a mi Dios, me siento impulsada a compartir hoy y no mas tarde, el gran regalo del Señor en este lapso de mi peregrinación: Mi retiro personalizado, como expresión del amor compasivo y amoroso de Dios para conmigo, tanto tiempo soñado y esperado.
En el proceso de mi retiro en el que me acompañó el Padre Cristino, el Señor me ha regalado a su Madre para caminar conmigo, y su intervención me ha conmovido y llenado de asombro, es el motivo por el que siento que debo compartir este proceso en clave de alabanza y gratitud, siento que ella me ha enseñado de este modo. Por el insondable misterio de su amor y commpasión siempre fluyente para su criatura, hoy , todo mi ser celebra la grandezeza de mi Dios, que ha fijado su mirada en la pequeñez de su criatura llenándola de amor, ternura e infinita compasión.
Porque contempló conmigo el camino recorrido demostrándome su fidelidad y su promesa por el amor que me tiene. Por su gran amor y compasión me entregó a su Madre en el proceso de mi retiro, me confirmó como madre en el amor de su Hijo:"Teresa, mi Hijo te quiere mucho y quiere que te identifiques con él".
Por su fidelidad y compasión me mostró el camino recorrido, cargó con el peso de mi cansancio, contempló mi corazón destrozado y acogió para sanarlo. Con el celo de su amor derribó a mis enemigos sanando mis heridas con misericordia y ternura. Porque con con delicadeza y mucho amor entró conmigo a mi casa, la vació haciéndola toda nueva y estableció allí su morada.
Hizo brotar de su pecho manantiales de agua viva, que me tenía preparado desde hace tiempo, y me dio a beber de él con frescura y gozo, entregándome en vasija nueva. Por el amor que me tiene se entrgó de nuevo en la Cruz, y con María a mi lado hice ofrenda de mi corazón; me bañó con el agua que brotara de su costado y lavó mi historia con el río formado de su agua. Selló mis manos que se abre hacia El con su sangre y pactó conmigo en nueva alianza.
Con María a mi lado me sacudió su inmenso amor, sintiendo su llamada a identificarme con él y su Madre me confirma:"Teresa, nadie podrá separte de su amor".
Porque por ese mismo amor, por Maria me entregó la cruz, lo abracé con amor y con asombro sentí que también El me abrazó con su cruz.
Me dio el gozo de su salvación siendo testigo de su muerte y resurreción y me confirmó con su Espíritu a llevar su gozo y su paz confirmándome en la misión , en el Nazareth donde estoy.
Con abrazo fraterno , en Jesús Luz del mundo junto a María y José. Teresa Inés- CIC Venezuela.