domingo, 21 de junio de 2009

Mensaje a la CAFA

Queridos hermanos y hermanas:

He leído lo dos aportes de la CAFA publicados, el de mayo y junio. Veo que siguen con gran entusiasmo participando en sus reuniones y aportando adecuadas reflexiones sobre la realidad nacional y sobre la santidad de la CAFA. Pero hay algo que no se me ajusta en el resumen publicado del aporte de junio de este año.

Cuando leí el resumen sobre la realidad nacional, sentí que en general estaban compartiendo lo que les había tocado hondamente y habían vivido. Percibí dolor, esperanza, frustración, fe. Es decir, pude compenetrame con ustedes a pesar de la distancia y dejarme tocar por sus experiencias.

No experimenté lo mismo al leer el aporte de junio. Acá leí muchas reflexiones sobre la CAFA, su santidad y la vida a la que Dios la llama. Mas, aunque compartieron vivencias, sentí que lo que más se compartió fue lo que estamos llamados a ser. Al leer el resumen me pareció que estaba participando de otra interiorización en la que intentamos descubrir el querer de Dios para nosotros. No digo que esto no sea de provecho, pero ¿no hemos tenido ya suficientes interiorizaciones sobre la Santidad? Una más no va a ayudar tanto. Recuerden que desde el 2005 estamos reflexionando sobre la Santidad. Creo que lo que más les ayudaría sería compartir fe-vida-misión de santidad, fe-vida-misión de santidad de la CAFA. Por ejemplo, no digamos más que Dios nos llama a tener vida en Cristo, compartamos en vez nuestra vida en Cristo.

Y, esto es un aparte, si sustituyen santidad por compasión acabaríamos adorando a un ídolo, ya que la santidad es lo que hace a Dios totalmente otro y de donde fluye el misterio absoluto de su amor, su sabiduría - que el hombre no está privilegiado a conocer y su libertad soberana. Esto por decir algo sobre el Dios Santo, aunque en realidad no estoy diciendo nada.

Espero que estas breves líneas en algo hayan ayudado.

Con mucho cariño en Cristo Jesús,
Carlos