jueves, 31 de enero de 2008

El Espiritu sopla como brisa suave

Al dejarme estar simplemente abandonada en el Señor experimento en fe su presencia, como el viento que sopla con suavidad y a la misma vez con firmeza. En este tiempo mi vida va siendo conducida por caminos insospechables, desconocidos y totalmente nuevos para mi. Encuentro la gracia en saber gustar, alegrarme y abrazar con amor la dinamica del Espiritu. Una gran confianza y amor en el Padre es mi fortaleza; ya que me siento como una niña pequeña que le gusta jugar, reir y ser sostenida en los brazos de su padre-madre.

Los llamados del Señor van siendo para mi sorpresas inesperadas; que las recibo como nuevos regalos. La consolacion es profunda y estable sin dejar de vivenciar con Jesus sus sufrimientos por la humanidad que espera su redencion. Pues, aunque se nos dio el Espiritu como un anticipo de lo que hemos de recibir experimos los dolores de parto (como dice San Pablo a los romanos Rom 8; 22-23).
Es para mi tambien tiempo de conversion y apertura desde mi identidad de Iglesia; pueblo santo y vida religiosa. Una vez mas cobra sentido el : "deja, anda, yo te mostrare", el Señor me invita a ser su instrumento con otras hermanas, dentro de mi misma familia religiosa de la Compañia de Maria. Voy a colaborar en la formacion de las hermanas jovenes durante la etapa intensiva de la Tercera Probacion (tres meses de preparacion para los votos pertpetuos). El viento suave me situa frente a un grupo de jovenes de diferentes paises y lenguas que van a dar su si definitivo al Señor en una congregacion religiosa donde la educacion de la fe es una prioridad.

Este es mi momento acutal, de acogida y disposicion interior para ir respondiendo a la voz de Dios. Mientras tanto sigo en Francia estudiando el frances y gestionando mis documentaciones para mi ida a Egitpo.
Cuento con sus oraciones
Unidos en un mismo Espiritu de Jesus.

Fide