domingo, 11 de noviembre de 2007

Fragilidad y gracia, Amorosa compasión de mi Dios

Mis hermanos y hermanas. Tomo conciencia de que pasaron bastante sin mi compartir en la página con muchas excusas valiosas, al hacerlo hubiera querido sintetizar bastante lo vivido en este tiempo en la que me sentí navegar en el mar compasivo de mi Dios, misterio de amor con su criatura."Fragilidad y gracia en el agua de la amorsa compasión de mi Dios", siento que ha dejado su sello en mi cotidiano vivirir en un tiempo minado de de múltiples exigencias, y desafíos propios, necesidades personales profundas que requiere de espacio, tiempo fuerte de encuentro con el Señor, aún cuando continúan siendo sueños, añoranzas. Sin duda se trata de tiempos de mucha corrida, de gracia y salvación, de fragilidad y compasión del Señor en el corazón de de un pueblo que vive su fe y su esperanza en medio tantas situaciones difíciles, de impotencia, de signos de muerte. En este tiempo, el Señor no ha cesado de invitarme y no me deja en paz hasta yo me de por convencida de que necesito parar con El: Teresa, "vamonos de aquí en un lugar tranquilo". Cuánto gozo descubrir el celo amoroso de mi Dios,sentirme protegida, envuelta en abrazo amoroso por su fidelidad y compasión. Descubrirlo que camina conmigo, que no me ha abandonado en ningún momento, que respeta mis pasos y está allí vigilante en el peligo de dar un paso en falso ante las tentaciones que emergen de mi propia personalidad. Me ha impresionado contemplarme al borde del abismo , ante la boca amenazante del activismo y me ha asombrado contemplar a mi Señor abrir los brazos e interponerse libándome dar un paso más. Percibí a mi Señor como el amado que se enfrenta al enemigo de su amada y lo vence. Me descubrí haberme lanzado ante los desafíos del momento con entusiasmo y confianza en la gracia, sin medida, en la certeza de la promesa inagotable:"Yo estaré siempre contigo". Descubrí en mí una gran fuerza viva como fuente de reserva nutriente que da sabor, sensación de plenitud y gozo a mi ser y hacer, pura gratuiddad del amor de mi Dios. Me sentí haber desafiado a este don en la atracción por el hacer siempre desafiante que solo me induce a restar y restar poco a poco tiempo y espacio de volver y beber de la fuente de mi Señor. Experimenté mi nada, mi fragilidad ante la grandeza de su amor y compasión. El ha estado grande conmigo en este proceso de fragilidad y gracia, y no hay otra fuente fuera de El. Me sentí conducida por su compasión a volver a la fuente, beber de ella como fuente de amor y salvación, percibí correr en mi y por mí el agua de su misericordia amorosa, sumergirme como niña en el mar de su inagotable compasión en el gozo de saberme amada y recreada por mi creador, impotente y estremecida ante su amorosa acción. Cómo no sentirme amada, cómo no gozar en el amor compasivo de mi Dios en mi fragilidad, cómo no dejar que el corazón palpite en el amor de mi Dios. Cómo no sentirme enviada a llevar el abrazo amoroso de su amor y compasión a su pueblo al descubrir que lo que es para conmigo es para su pueblo santo a quien me debo y he sido enviada. María en mi camino como madre y maestra: ...Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen". Mi sentimiento humano siente como humillación, y ante mi pregunta a María de qué ella siente ante la expresión de Jesús me dio a comprender que contiene un gran misterio de amor y salvación, conduciéndome a contemplar, abrazarr y dejarme abrazar por ese gran misterio, estremecerme, gozar de su ternura, de su amor de la centralidad en su Hijo, lo más importante para ella y quiere para mí. Pero su Hijo tiene el Proyecto de su Padre que pasa por el misterio de la cruz con esta confirmación a la que me siento invitada a compartir: "Estamos subiendo a Jesrusalén... y el Hijo del Hombre será burlado, maltratado...., tú, compartes conmigo... Este paso de Dios en mi vida es al tiempo de un proceso de discernimiento y ha confirmado en mí la hondura del proyecto de su Padre por el que se apasiona. No ha sido facil dejarme vaciar de intereses personales y escuchar la respuesta del Señor ante el reclamo de mi familia: Teresa, te necesitamos, cuándo vienes a quedarte, y la búsqueda de respueta según el Espíritu: Señor, qué quieres de mí,qué debo hacer conforme a tu voluntad. En diciembre estaré con mi familia en Paraguay, será si Dios quiere hasta el cinco de febrero, espero encontrarme por lo menos con algunas de ustedes. En comunión en el mismo Espíritu en el amor gratuito de nuestro Dios un gran abrazo. Teresa Inés.