martes, 24 de junio de 2008

Forastera en Jerusalén

Queridas, queridos Hnas. y Hnos, les comparto una experiencia escrita hace unos meses y lo tenía guardado, estos dias en la oración sentí la invitación de Jesús quien me pidió les comparta.

Resistencia y cerrazón de oscuridad había invadido mi vida unos años atrás ante la propuesta de un cambio sorpresivo. Luego de un largo proceso de discernimiento acepté la invitación de Jesús manifestada a través de mis hermanas, acontecimientos y situaciones sorprendentes, fuera de programa, en donde escuché el llamado de Dios En este momento pongo mis palabras en tu boca Jer. 1,9. Este mensaje vivo de Dios me colmó de fortaleza y tomándome de la mano de María sentí el impulso de abandonar el hogar y la comodidad a la que estaba apegada. Me sentía a gusto, amada y mimada en él. Era el lugar adecuado según mi proyecto.
Acercándose Jesús con mamá Maria me animaron a emprender viaje. Apresurada yo ultimando los detalles para el viaje, inusitadamente se asomaron a la puerta ante de abandonar el hogar y con insistencia ambos me repitieron “ven sin nada, ven sin nada”, en ese momento sentí palpitar en el corazón un fuerte runrún y me dije: lánzate, no temas ir a Jerusalén, el Amado va contigo”, en ese momento no se me ocurrió preguntar ¿a dónde vamos? Solo sentí un impulso interior de “ven con nosotros” el Padre nos confía la Misión. A continuación recibí la gracia de experimentar en la compañía de Jesús y mamá María seguridad y protección, sintiéndome envueltas en las entrañas maternas de Dios Madre.
Avanzada nuestra caminata por el largo trayecto, en subidas y bajadas se traspuso unas franjas de oscuras sombras provocando cierto temor, especialmente al sufrimiento y a que “mi yo muera”. Supliqué, Jesús oh Amado mío y conocedor de lo que ocurre en lo más profundo de cada corazón, siento resistencia a seguir dando pasos, las pisadas se entorpecen y el anochecer se acerca, a prisa invaden las dudas y las confusiones ligeramente empezaron a marcar el ritmo. María encendió la lámpara y colocándose a mi lado replicó: Ánimo, eres la predilecta de mi Hijo, no vaciles, Él está con nosotros. Jesús captó en mi rostro y asombrosa mirada lo que estaba aconteciendo. Sin más se introdujo en nuestra conversación con este breve pasaje “no tengas miedo, estaré contigo para protegerte Jer 1, 8. Asombrada y sobrecogida comprendí aquella petición “ven sin nada”, resonó nuevamente en el corazón “acércate sin expectativa, sin prejuicio, sin alforja. “SOLO AMA, y crea que yo AMO en ti”.
Hoy después de trascurrido unos años de la vivencia, reconozco en compañía del Amado que aún quedan brotes de resistencia en “dejar que Él viva en mi” experimenté la necesidad de ser podada, confiada di permiso al Señor diciéndole “Padre corta todas las ramas no productivas, auque esto produzca dolor, ahora, será para un mayor crecimiento”.
Entrando en Jerusalén pretendí explorar “por mi cuenta lo acontecido en aquella majestuosa ciudad”. Fue cuando vivencié momentos de soledad, de desolación, costándome conectar con Él en la oración. Los ruidos de los carros del activismo, el trote ligero y brusco de las caballerizas por las callejuelas de la ciudad me llevó a reconocer nuevamente que sin Él mi vida, nuestras vidas valen poco o nada. Experimenté vivir en un ambiente de hostilidad, pero la gente sencilla del pueblo se miraban unos a otros y en esas miradas se entrecruzaban preguntas, dudas, silencio, asombro; prevaleciendo la esperanza en la presencia de Dios siempre nuevo y eternamente antiguo. Observé desde la distancia en los gestos arrogantes de las autoridades y jefes de los sacerdotes confusión, orgullo y temor a perder sus prestigios ante los hombres de la sociedad, fundamentalmente cegado por la ambición del poder planearon hacer desaparecer al Hijo del Hombre, pero el poder amoroso del Padre es mucho mayor, con la pascua del Hijo nos regaló a todas y todos la salvación.
Extenuada, sin más senté a orilla de una estrecha y antigua escalinata, cerré los ojos dejándome envolver por la brisa suave y poco a poco fui entrando en profundo silencio, entonces escuché una voz conocida, abrí los ojos y encontré a Jesús sentado a mi lado, y con esa sencillez y dulzura que le caracteriza inició el proceso de dialogo, desvelando una dimensión muy importante, la contaminación de “mi yo” por la razón, el querer tener todo claro y ser la protagonista en solucionar las situaciones adversas con respuestas rápidas y limitadas en criterios e intereses personales. Nuevamente la sorpresa increíble del Señor permitiéndome visualizar a lo lejos una pequeñita lumbrera, la presencia maternal de María, y acercándome más a ella me recordó: hija escucha, contempla, ora y haz todo lo que Él te diga, entonces sentí estremecerse en mis entrañas la novedad transformadora del Espíritu y envuelta en un rocío de misericordia me condujo a revivir aquella experiencia; “la PRESENCIA en la AUSENCIA vivenciada en el desierto”.
Renovada y fortalecida reconocí que en diversas ocasiones la impotencia de enfrentar conflictos produce en mi fuerte movimiento y centrada en mi orgullo, intento “querer huir de la dura realidad”.
En una de las caminatas vespertinas dirigiéndome a la capilla para compartir la eucaristía, distante a un kilómetro y medio de la casa, me sorprendió la aparición del Jesús Buen Pastor, éste se acercó y tomando en brazos me consuela, acaricia y limpia las heridas, derramándola el ungüento de su amor lleno de misericordia y compasión. Ya descansada junto a Él, lentamente nos dirigimos a beber las aguas frescas del manantial de la VIDA, Jesús tomando la Palabra, leyó el texto del salmo 22, una pausa de profundo silencio, luego, con la mirada puesta en mi ser, exclamó: “Sari, Yo Soy tu esposo, amado y pastor, no temas, Yo siempre estoy contigo, vivo, amo y perdono en ti”. Sentí palpitar en tu corazón necesidades vitales, cautivado por tu sencillez decidí entregarte una buena ración de pastizales verdes de sosiego, serenidad, paciencia, esperanza y profundo gozo; lo suficiente para seguir creciendo en amor incondicional.
Verdaderamente en Él experimenté ser fortalecida e invadida por la gracia del sobrecogimiento, quedé sin expectativa, una vez más la revelación de Dios en Jesús expresión de ternura y de gran firmeza; siempre tratándose del amor gratuito y cause de su inmensa misericordia. La presencia viva del Jesús Buen Pastor me reafirma la fe en un Dios fiel; confirmándome que la iniciativa emerge siempre primero de la bondad y amor de Dios Madre/Padre.
En actitud contemplativa de la vida, de la sociedad, de la Iglesia y de la Vida Consagrada, con todo lo que implica vivir en esta histórica ciudad; permaneciendo unida a Jesús, sentí y escuché nuevamente el llamado y clamor de Dios a través de sus palabras, enseñanzas y testimonios; al despojo de las vestiduras viejas y rotas carcomidas por las polillas de las falsas expectativas, las mezquindades y la razón, y el dejarnos revestir por las vestiduras del amor y del perdón, “… sus muchos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que demostróLc, 7,47
Reunidos en comunidad de discípulas y discípulos compartí mi Credo: creo en la fuerza renovadora del Espíritu, que rompe toda esclavitud y nos introduce al proceso de liberación, sólo Él es capaz de derrumbar nuestra ley interior, los proyectos personales elaborados a nuestro gusto y medida, nuestros “poderes y ostentaciones”, el creernos ser los mejores, ocupándonos más bien de nuestros propios intereses. Jesús nuestro Guía y Maestro, nos desvela en la Palabra su ocupación esencial, “Yo vine a ocuparme de los intereses de mi Padre; quien es también Padre de ustedes”. “Yo no busco mi voluntad, sino de aquel que me envióJn, 5,30Yo no vine a ser servido sino a servir; hagan ustedes lo mismoCf.Jn 13,13-17.
Dentro de esta hermosa y esplendorosa ciudad nos tropezamos cotidianamente con el riesgo de ser presa del individualismo, el egoísmo y orgullo quienes imponen un acomodamiento a estructuras frágiles y efímeras que muchas veces aceptamos con tal de pasar bien teniendo cierto bienestar, seguridad y cumpliendo las leyes impuestas.
Compartiendo la cena pascual con la gente en casa de Pedro, Jesús el Hombre de corazón puro y mirada limpia, sin prejuicio, echando una palmada en el hombro de cada uno de los que les acompañábamos, replicó: “ustedes son llamados a amar y a dejarse amar por mi Padre. “Yo les he amado a ustedes como el Padre me ama a mi; permanezcan en mi amor Jn, 15,9. Ustedes no me escogieron a mí, soy yo quien los escogí a ustedesJn. 15,16 Irradiados todos por las enseñanzas de Jesús y fundamentalmente por el anuncio de la Buena Nueva al Pueblo Esta Buena Nueva del Reino será proclamada por todas partes del mundo para que la conozcan todas las nacionesMt. 24,14. Experimentamos sobrecogimiento, gozo, atracción, consuelo y mucha paz, animándonos a no lamentarnos por tonteras, lo importante es permanecer junto a él En realidad, una sola es necesaria. María escogió la parte mejor, la que no le será quitadaLc. 10,42.
La semana preparatoria a los días santos acompañé a Jesús en su Misión de anunciar a todos, que el Reino de Dios está ya presente; y se hace presente en el reencuentro diario y relaciones con las gentes del barrio, en los acontecimientos que me llevan a revivir en la oración, en la Palabra y en cada mirada, sonrisa, abrazo, o un simple decirnos buenos días, buenas tardes; descubrí PRESENCIA y CERCANIA. Me ayudaron a ahondar en el proceso de cómo Jesús fue revelando las facetas del Padre encarnado en la cultura de su pueblo, nuestro pueblo. Conecté con la dinámica pedagógica y desde ahí comprendí con un sentido diferente la bondad de Dios para con todos; confirmación que en el corazón amoroso del padre entramos todos, y confirmación una vez más; Él nunca excluye a nadie. “Nuestro Dios es enteramente bueno
El día de la Pasión acompañé al amado en la soledad; momento asombroso y significativo fue cuando Jesús me pidió le acompañe también al huerto junto con María, Pedro, Juan y Santiago, y antes de retirarse a orar, nos dio esta recomendación “estén vigilando y orando”, ha llegado la Hora. La experiencia más fuerte de unir al dolor de Jesús el dolor de la humanidad, y la fortaleza interna de permanecer en esta aventura dejándome purificar por la sangre brotada del costado, el manantial de la vida, empapada sentí fluir energía de vida renovada, que disipó todo dolor, insatisfacciones y complejos. Juntos estrenamos un nuevo amanecer y un brote de firmeza en que el Padre ya nos dio la Salvación a tod@s en el Hijo.
A diario convivo con estas realidades y muchas otras situaciones y circunstancias que emergen en el proceso de crecimiento en la fe y seguimiento en fidelidad a Jesús. Conmovidas por las actitudes del amado al entrenar cada amanecer pido la gracia de dejar que Él ame en mi, y “no hacer nada por cuenta propia” esta vivencia de amor gratuito siento que va liberándome del orgullo a medida que lo dejo soltar.
Asombrada de cuanto Dios respeta nuestras libertades en especial nuestro libre albedrío; su fidelidad y capacidad de amar es eternamente sin tasa, me llena de ternura.
Últimamente entrenándome a contemplar el rostro de Dios madre y padre en especial en los ancianos y ancianas del barrio varones y mujeres luchador@s, luchan por ser considerados dignos, conciente que sus hijos son herederos de esa dignidad. Y releer en ellas/os el rostro misericordioso de Dios Amor.
Finales de la primera semana de pascua, nos trasladamos a Galilea, allí después de una amena conversación con una persona amada en el Corazón del amado, el Padre nos regaló a la comunidad de discípul@s la presencia de Jesús resucitado en medio nuestro con su tradicional saludo “La paz sea con ustedes” Jn 20,21, esta vez desbordada de amor y gozo opté renovar el compromiso de ser anunciadora del gozo de haber gustado de cuan bueno es el Señor.
Abrazos cargados de cariños para cada uno - una.
Sarita

domingo, 22 de junio de 2008

Nada es imposible para Dios

Mis queridos @ hermanos @ en Jesús:
Quiero compartirles mi experiencia de mi último retiro.
El Señor me mueve a realizarlo a pesar de tener varios inconvenientes, uno de ellos era Skype, pues queria hacer mi retiro con Carlos, pero pensaba, si he aprendido otras cosas tengo que aprender esto tambien.
Con gran disposición de encontrarme con Jesús empezamos: Poco a poco con las acertadas orientaciones que cada dia me iba dando Carlos, el Señor me fue mostrando mi realidad, mi verdad: descubrir los engaños del mal: ver que no estaba caminando en fe radical, esto fue doloroso... luego fue apareciendo mi fuerte esclavitud: sensibilidad espiritual, tuve un dia una fuerte lucha interior pero suplicando grandemente a Jesus me libre de esta atadura, el Señor me fue liberando.
La lucha interior seguia pues el Señor me iba abriendo los ojos: Con esta esclavitud no podia agradar a Jesús porque me he estado buscando a mi misma, no caminando en fe, luego un grande dolor invadió mi corazón, mi interior y seguia suplicando a Jesús que compartiera su FE conmigo, una profunda tristeza me invadió y pensaba, nada vale en este mundo, solo la FE EN JESUS, y asi entre muchas lágrimas de dolor y siguiendo los textos y orientaciones que Carlos me daba , con gran confianza y abandono seguia suplicando al Señor me regale el don de la FE en EL.
Uno de los textos: Gen. 12,1-5 el Padre me fue iluminando y EL me regala el don de la Fe en EL, luego lloro mucho al experimentar esta gran compasión del Padre por mi, era experimentar mi gran sed de Dios, mi sed de caminar en Fe y recibir este inmenso regalo...
Con Hebreos 11,1-12, Jesús me transformaba en mujer de FE, EL confirma este don, EL COMPARTE SU FE CONMIGO. Despues de esta oración una profunda e intensa paz inunda mi interior que invade todo mi ser.
Con Gálatas 3,23, el Señor me invitaba a agradecerle este inmenso don y donde El me hacia descubrir mi nueva realidad: Ahora no soy esclava sino hija de Dios. Luego seguia agradeciendole con el Salmo 118, oraba con Jesús alabando al Padre por sacarme de esta esclavitud, le alababa por su obrar en mi en este retiro.
Hermanos @, gracias por sus oraciones, especialmente en mis dias de retiro. Los tengo muy presente a todos en mis oraciones. Les pido me ayuden ahora, orando para que pueda conservar este gran don de la Fe radical en Jesús.
Un abrazo grande en el Señor.
Desde Filipinas les saluda fraternalmente: S. Mónica

sábado, 21 de junio de 2008

CAFA, JUNIO 2008

CAFA, JUNIO 2008

I- ORACIÓN INICIAL:

Canto: Néi Espíritu Santo eju
Lectura de las resonancias al compartir CAFA del mes de Mayo:
De: Teresa Inés, Mónica, Fide y Mari Carmen

Canto: “Yo soy el Camino firme…”
Texto: Mc.12, 38 -44.
Canto final: “Madre de los creyentes que siempre fuiste fiel…”

II- ORACIÓN PERSONAL:

CONOCIMIENTO INTERNO DE JESÚS QUE EXPRESA LA SANTIDAD Y MISTERIO DEL PADRE (Cf. Iluminación del P. Carlos de la Cruz a la CAFA en Octubre del 2005)

TEXTO: COL.1, 15-20.

¿Cómo el Señor ha hecho proceso en mí como sujeto CAFA en ese conocimiento de Jesús que expresa la Santidad y Misterio del Padre?

ALGUNOS ASPECTOS DEL PROCESO

1- CONTEXTO DE RELACIONAMIEMTO INTIMO :

Para crecer en este conocimiento de Jesús pongámonos en el contexto de relacionamiento íntimo con Jesús, donde El vive en mí y yo soy conciente de eso en la fe y la presencia es real en la fe, no es imaginativa, ni sensible y en mi proceso esto ha sido importante.

Este proceso no crece sin que nosotros disminuyamos, si tú quieres ser el oga jara, el dueño de tu vida. El que sabe responder desde sí, el que sabe las vivencias necesarias para ayudar a los demás, no va ir muy lejos. Jesús no crece en las personas si no crean un vacío en sí con la gracia de Dios. Para que Jesús crezca en tu persona, hay que pasar por muertes dolorosísimas, pérdidas, que son necesarias para el conocimiento de Jesús, y mucha gente no quiere aceptar eso, quieren ser los que todo lo pueden.

Este vacío es obra del Señor, y si el Señor ha decidido darte la gracia de crecer en su conocimiento personal, tú vas a ir muriendo y encontrando tu nada delante del Señor, una inhabilidad para dar respuestas desde ti. Podemos llamarlo poda, muerte, desolaciones, fracasos. Si tú vas acogiendo esa poda en vos, vas creando espacio para Jesús. Si luchas contra la poda, luchas contra el mismo Dios. Una de las primeras reacciones es rebeldía, porque no gusta.

¿Por qué Señor? Ya es suficiente, yo quiero ser yo mismo. Desde el hombre viejo surge una rebeldía, no acogemos la poda con naturalidad, pero claro, mientras el Señor no nos dé la luz que mientras yo no muera, El no puede vivir en mí; el Señor tiene que decirme: si no hago esto, es imposible la vida en el Espíritu. Mientras más vacío de ti misma, más presencia de Jesús en ti. Mientras menos vacío de ti misma y más presencia tuya, menos presencia de Jesús.

Aquí como dice Ignacio hay que ir en contra, no te dejes llevar por reacciones humanas. Si sientes rebeldía ante podas, pides más podas. Dejarte llevar por lo que el Señor ha dicho: Mueres a ti mismo, Yo vivo en ti. Hay una gracia que hay que pedir: Pódame Señor aunque me duela. Cuando viene la poda, vas a sufrir, porque somos seres humanos, pero hay que ver que es necesario para que el Espíritu obre en ti.

 LA VIDA CRISTIANA ES UN COMBATE ESPIRITUAL

El Reino se conquista vaciándote, haciéndote pequeña. “No temas pequeño rebaño, al Padre le pareció bien regalarte el Reino.” -Lc. 12, 32. Esto no es parche, esto es un combate espiritual. La identidad de la CAFA trae poda, transformación, en un nuevo sujeto que se llama Cristo Jesús que te habita. Hay muy poca gente que quiere esto, la gente quiere parche, ser un poquito mejor.

Decía Pablo: “No me avergüenzo del Evangelio. Es una fuerza de Dios y salvación para todos los que creen…” –Rom. 1, 16. Acoger el Evangelio, implica violencia y eso a fuerza de evangelio. Evangelio, tómenlo como la persona de Cristo Jesús, la Buena Nueva del Padre. El Evangelio en primer lugar es una persona. El Evangelio en segundo lugar es un mensaje. A fuerza de Cristo Jesús, a fuerza de Evangelio, Dios regala el Reino a la Vida Consagrada. En Cristo, Dios tiene toda la de ganar, y en nosotros toda la de perder, todo lo que impide que Dios sea en nosotros.

Aquí está surgiendo una nueva metodología, muy incipiente que es la de dejarte hacer violencia por Dios y olvidar pretender el futuro. Conocemos la gracia prometida, eso basta, esto yo lo veo como un rasgo que debe definir a la CAFA, pero sin una determinación deliberada no vamos a ir a ningún lado, hay que comenzar por aquí. Si no te dejas vencer por Dios, no se comienza, y la violencia tiene que surgir de un amor recibido. Dios te tiene que seducir, así tienes plena confianza en Aquel que te amó primero. -1ra Juan 4, 19. “Me has seducido, Yave, y me dejé seducir por ti. Me tomaste a la fuerza y saliste ganando…” –Jer 20, 7. Seducido por el amor de Dios y entonces hay una nueva creación. Jeremías, no es Jeremías, es el profeta en el que Dios se manifiesta en vida y palabra.

La CAFA tiene que dejarse seducir y dejarse hacer violencia. El que no se siente llamado a esto, no es para la CAFA, y, quien no es llamado a esto, no es para la Vida Religiosa, Vida Religiosa auténtica.

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él.” -Mt. 11, 12. La conquista empieza con dejarte que Dios haga con vos lo que se llama poda. El árbol que se poda, se tiene que dejar hacer esa violencia. Los más decididos…los que se dejan que Dios les haga violencia, que sea más fuerte que ellos, esos se apoderan del Reino porque el Señor se los regala. El que no se deja podar, que se olvide del Reino. El que le pone límites a las podas, que se olvide del Reino. El que no tenga determinación deliberada, una decisión irrevocable, para que Dios haga lo suyo en él o en ella, que se olvide del Reino. Ante todo esto te sobrecoges, no te pones a luchar en contra, ni te pones a hacerte ñembota…tonto, sino hay correspondencia de tu parte, no pienses que Dios lo va a hacer todo.

Si el Espíritu no empieza a definirte desde la transformación que hace en vos, y vos no colaboras, olvídate del Reino, no lo vas a conquistar. No es violencia física, es esa violencia que hay que dejar que Dios haga en nosotros: “fuiste más fuerte que yo y me venciste...” --Jer. 20, 7; esto es evangélico.

 OSCURIDAD ESPIRITUAL:

Hay que interpretar las vivencias desde el Señor, no desde uno mismo. Definirse desde la gracia, es lo más vivo que le define a uno, es desde el designio de Dios, que El se manifieste, esto exige una gran muerte a lo que yo sé, a lo que creo, por eso les hablé de esa necesidad de crear el vacío interior. Yo me defino desde lo que el Señor me regala, y si no me defino desde la gracia, soy nada. Oscuridad es una experiencia de vaciamiento. No es alejamiento de Dios, sino acercamiento de Dios, en su Misterio Absoluto. Esto te dice la fe, no la sensibilidad. La fe tiene que definir tu oscuridad. Dios viene en total oscuridad al hombre, El es Misterio Absoluto. Ahora, si experimentas eso y te desanimas, estás siendo engañada. La persona que no acepta la vivencia de oscuridad, como una manifestación del Misterio Absoluto en ella, no avanza en la santidad; es que tenemos nociones infantiles de Dios. Creemos que cuando le sentimos a Dios, El está presente; es lo opuesto, en la fe la sensibilidad calla.

Dios es totalmente Otro, la sensibilidad no puede captar al Misterio Absoluto que se recibe en fe, y Dios cada vez está queriendo empezar a llenarte y tú diciendo: me has abandonado. No estás interpretando correctamente.

Primer punto: La Santidad es rasgo esencial de la Divinidad, sólo Dios es Santo. Para el ser humano Dios es Misterio Absoluto, entonces, cómo vas a decir desde tus capacidades Dios está aquí, Dios no está aquí. El ser humano que se deja amar porque a Dios le pareció bien, va a ser podado, vaciado y ese vaciamiento implica oscuridad, que hay que acoger en fe, como signo de su presencia en él o ella. Si no acoges en fe caes en una frustración tras otra y no avanzas.

Ante esta oscuridad, el hombre de fe se sobrecoge y dice: Amén. No cuestiona. No pregunta, y acoge en una experiencia de admiración del obrar de Dios y esto sólo la fe te lo dice y cuando viene la poda y la oscuridad, la fe me dice, qué amada/o soy de Dios, ha decidido habitarme. Esta es la respuesta de uno ante el Misterio, entonces avanzas. Cuando acoges la oscuridad en fe, el amor de Dios empieza a manifestarse amando a los demás.

Tenemos que ir adentrándonos en la vida en el Espíritu, ser gente que come carne sólida y no leche de niños que maman. Estás en buen camino y el enemigo te hace pensar que te desvías.

Creo que hemos avanzado mucho en un consenso de fe vivencial. Hemos dejado que ese Misterio de Dios, sea Dios. Y si es a base de amor y poda, que sea para que El sea todo en nosotros, eso es un comienzo de la santidad. No se vayan a desanimar por la fragilidad humana, porque lo que buscamos, lo buscamos como personas imperfectas. Si hay momentos en que fallaste, el Señor te levanta, y si piensas que vas a caminar intachablemente, estás equivocada/o. Esto se vive entre caídas y levantadas. No nos podemos dar el lujo de desanimarnos, desalentarnos por las caídas. Deja que la experiencia de Pablo te anime: “No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un “perfecto”, sino que prosigo mi carrera para conquistarla, como yo ya he sido conquistado por Cristo. No, hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que está adelante; y olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta, con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial, que es llamada de Dios en Cristo Jesús.” –Fil. 3, 12-14.

2)- ESTE CONOCIMIENTO DE JESÚS TIENE QUE SER ATEMÁTICO. La persona que comienza en el conocimiento de Jesús, siempre comienza con un conocimiento temático: el Señor que me ama, el Señor que me ilumina, el Señor que dio su vida por mí, el Señor que me invita a seguirlo…siempre hay una motivación que subyace en el conocimiento de Jesús y es importante al comienzo para correr la carrera. Veo que algunos están todavía muy en el comienzo.

Esto es obvio, hasta aun en las mismas uniones íntimas, amorosas. Un matrimonio de 50 años, no dice: amo a mi esposa por esto, sino, amo a mi esposa, sin necesidad de tener una razón para amar, no hay necesidad de razones. Cuando hay razones, estás justificando la acogida, porque no te entra. Conozco a Jesús en su persona, no necesito motivaciones, razones. Acojo a Jesús en su realidad personal, atemáticamente. En esto, veo necesidad de crecimiento en la fe.

Se crece cuando no hay razones para creer, esperar, amar. Si hay razones, no se crece. Algunos están en procesos más avanzados, otros tienen que crecer. Entonces comenzando por lo que dije al principio, creo que fue muy positivo el compartir, pero les repito: el conocimiento de Jesús es para una santidad que es misión y el conocimiento de Jesús no llega a ser pleno, mientras no sea desde una comunidad y la razón es obvia porque el agente más cualificado que tiene la Iglesia es la Comunidad, no la persona.

III- PRECONSENSO SURGIDA DEL COMPARTIR LA ORACIÓN PERSONAL

 Hay un reconocimiento de la primacía del señor en la CAFA. Acción de gracias por su presencia y actuar en la CAFA. Reconocimiento concreto, nombrado de pecados personales al mirar a Cristo que revela al Padre, nuestro impedimento y la necesidad de la poda. El llamado a la conversión. Actitud de entrega y abandono. Hay docilidad de la CAFA ante lo que El Señor nos está mostrando. Sentimos un ánimo espiritual que empuja para adelante a la CAFA. Paz, certeza de la presencia y acción del Espíritu. Humildad al reconocer que nada está garantizada desde nosotros, sin la acción del Señor en esta conversión que El nos está pidiendo.

 Certeza grande que hay proceso de fe. Cada uno con diferentes palabras fuimos compartiendo nuestras idolatrías y más como CAFA, y allí le permitimos al Señor, vivir la santidad cotidiana, el vaciamiento interior que va en proceso, como fruto del amor gratuito. Gracia que vamos viviendo, el sentido de comunión como CAFA grande, de nuestros hermanos que también siguen nuestro proceso. El gustar de nuestra nada, ya que allí la grandeza del Señor resplandece. La CAFA está dispuesta a lo que el Señor va pidiendo. El Señor habita en la CAFA.

 Certeza profunda de la presencia de Dios CAFA, con los compartires se capta, llamado a la humildad, sentirnos nada pero muy amados. Deseo de dejarnos conducir, hay una búsqueda. Queremos que el Señor conduzca nuestras vidas como CAFA. Conversión en la vida cotidiana, invitación a estar atenta, cómo estoy en este proceso.

 Llamado a ahondar en el vaciamiento personal para que el Espíritu fluya por el conducto CAFA. Destrancar a Dios, hacerle ese espacio que no está teniendo, sin violencia. Estate atenta CAFA, no te detengas. Ensayarme a vivir plenamente desde y para el Padre porque la comunidad es el ámbito cualificado de la iglesia. Como niña pequeña dejarme conducir.

 Deseo de profundamente permanecer en el querer de Dios. Vivencia de la gratuidad. Necesidad de que Dios nos habite a nivel personal y comunitario, un más en el Señor. Vivencia sentida de CAF cualificada en la iglesia. Leer las pobrezas humanas desde Su mirada.

 En la CAFA es donde aprendemos la poda aunque sea dolorosa, es una poda de amor, procede del amor infinito de Dios hacia nosotros.

 Estar atentos a esa presencia de Dios en nosotros en la cotidianeidad, la unidad, la comunión desde el amor gratuito. Gracia de gustar nuestra pequeñez, para agarrarnos más de El y dejarnos conducir, el Señor nos llama por allí. El material que nos envían con anticipación para orar, nos ayuda a prepararnos de otra manera para el encuentro.

 Vivir el momento presente que Dios regala y no dejarnos engañar con el pasado o el futuro.

IV - VIVENCIA COSENSUADA

Reconocimiento de la primacía del Señor en la CAFA. Acción de gracias por su presencia y actuar. Reconocimiento concreto, nombrado de pecados personales al mirar a Cristo que revela al Padre. Ánimo espiritual que empuja para adelante a la CAFA. Paz, certeza profunda de la presencia y acción del Espíritu. Hay proceso de crecimiento en la fe. El vaciamiento interior que va en proceso, como fruto del amor gratuito. El gustar de nuestra nada, ya que allí la grandeza del Señor resplandece. La poda aunque sea dolorosa, es una poda de amor. Leer las pobrezas humanas desde su mirada. Llamado a ahondar el vaciamiento personal para que el Espíritu fluya. Estar atentos a la presencia del Señor en la cotidianeidad. Conversión en la vida diaria.

viernes, 6 de junio de 2008

Recogida de gracias

Querid@s tod@s:

Con profunda admiración y humildad agradecida,
Contemplo lo vivido en este tiempo, ya largo,
y puedo captar algunas transformaciones en mí.
Pura acción del Espíritu,
pues de mí solo salen obras viciadas y pecado.
A Dios la gloria y alabanza por los siglos.

Esa acción del Espíritu, en lo posible, les trato de compartir:
Se va dando en mí, el pasar de un saber que todo es gracia
a un ir viviendo todo como Gracia,
como una contemplación para alcanzar amor.
Y lo que me brota de ahí, es un continuo”tomad Señor y recibid…
en una entrega en fe radical, despojada, sin saber ni ver.
La vida se me hace obediencia amorosa, en el día a día,
en la comunidad, en la misión, aunque las cosas no respondan a mis expectativas, a lo que yo quisiera y desearía.
La voluntad de Dios va siendo para mi, existencialmente, lo único importante.
Los “fracasos” de la misión, no me quitan la paz, ni la alegría interior, es más fuerte la experiencia de la fidelidad de Dios.
Experimento una confianza grande en el poder transformador de la Palabra.
En la Fuerza del Espíritu, convencida de que El es el que transforma desde dentro.
Yo soy una sierva inútil.
Cada día me siento más pecadora, una pecadora más en esta humanidad pecadora, pero confiada en el amor del Padre en Jesús “que me amó y se entregó por mi”.
Elijo, al discernir las propuestas que se me hacen, todo lo que me une más con Jesús pobre, humillado y crucificado.
Estos son algunos signos, que puedo captar de la obra del Espíritu en mí.

Unidas en la caminata en la fe, con los ojos puestos en la Promesa.
Un abrazo fraterno
M.Carmen

miércoles, 4 de junio de 2008

Gracias, Señor

Hace tiempo que ando en silencio, sí, es la experiencia que tengo de mi Dios ySeñor, que me vive la paz, con alegrìa interior, con gozo, aunque mucha soledad y sequia en la oracion, me ha llegado el tiempo de la sequedad, llevo meses vivenciando el silencio de Dios, y aunque no es gustoso ni placentero, le he ido tomando el gusto poco a poco, acostumbrandome a un nuevo modo de relacionarme con El, que va desde la certeza de su compañia, su compasión, su fe en el Padre, no puedo hablar de sentimientos, solo de convicciones profundas para mi y va siendo un asidero en la cotianeidad donde vivo situaciones muy complejas en la misión, en eso poco que puedo ofrecer de lo El me encarga, los pequeños del colegio, los jóvenes que buscan un sentido por el cual jugarse la vida, los pobres, rostros concretos que a diario tocan la puerta de nuestra comunidad esperando una palabra de aliento, un pan que comer, una ropa que vestir y sobre todo una mirada de llena de amor, respeto a su persona y cultura, pues muchos indígenes y en ellos encuentro a Dios.
Reconozco que El me ha llevado en sus brazos, llenandome de protección y contagiandome la vida para entregar a los demas, lo vivo fiel y cercano, con un fuerte llamado a vivirme enteramente entregada a El que me consagrò a su servicio por puro amor y compasiòn, por Gracia inmerecida, por que le parecio bien.
Doy infinitas gracias al Señor del Silencio que una vez mas me confirma su fidelidad en mi pobre persona necesitada cada vez mas de su compasiòn, pues sin El quien soy yo?
Gracias por los detalles de certeza y convicciòn, por su si cada día, gracias a Ti, mi Señor.
Unidos en la oracion, con afecto.
Blanca stj