martes, 10 de julio de 2007

El Gozo del Reinado del Padre en mí

Mirando contemplativamente la sociedad, el mundo donde vivo, la actitud con respecto a Jesús, siento que se repite el rechazo al Proyecto del Padre, revelado en Jesús, con la misma fuerza con que lo experimentó el Señor.
La sociedad opta decididamente por otros proyectos que le dan dinero, placer, consumo, poder y dice no a la opción de vida de Jesús, incluso muchos que van a al templo no aceptan todo el Evangelio, solo alguna parte.

Al ver esta realidad, siento una moción fuerte del Espíritu de, por lo menos en mí, dejar al Padre Reinar. Una súplica de Jesús de dejarle a El, en mí, vivir el Reinado del Padre. Vivir el Evangelio del Reino en integridad y radicalidad. Dejarle, en mí, expresar el Amor del Padre a la humanidad.
Y, con la fuerza del Espíritu, le digo: hágase, te entrego plenamente mi libertad.

Es tiempo de asumir el Sí de Jesús al Padre, en mí.

Este Hágase, de Jesús en mí,
se me está haciendo camino de intimidad amorosa con El, en la peregrinación en la fe,
asumiendo sus consecuencias en lo concreto del día a día,
donde Jesús dice en mí: no lo que Yo quiero, si no lo que Tú, Padre, quieres.

Ese sí, libre y determinado, va resituando mi sensibilidad; afectos; deseos; actitudes,
en esa Voluntad del Padre, en el momento a momento:
ante un relacionamiento, ante un contexto; ante una palabra; ante tantas circunstancias del día, vivido en comunidad en Misión, y siendo extranjera.

Ese, hágase de Jesús, siempre es un sí a lo que al Padre le agrada, al Reinado del Padre en mí. Concretizado en la obediencia de fe a las insinuaciones del Espíritu, a la Palabra, a lo que Jesús vive en mí, desde su ser en el Padre,
que supone vaciamiento, abnegación de mí misma, despojo de todo lo que no son “las disposiciones de Cristo Jesús” en mí.
Y experimento al Señor, entregándoseme en el Perdón en la ofensa; en la Paz en el dolor; en el Silencio en la incomprensión; en la Prontitud en la entrega; en la Esperanza en la misión; en la Gratuidad en el amor; en la Alegría de que el Padre Reine.

El Gozo del Reinado del Padre en mí, me hace experimentar,
Fidelidad del Padre,
Cumplimiento de la Promesa: “vendremos a él y haremos morada en él”.
Anticipo de lo que será la Plenitud del Reino.

Esta es mi tarea y proyecto apostólico, hoy:
dejar que el Padre reine en mí, dejándome llevar, momento a momento, por el Espíritu de Jesús.


Lo anterior, va quedando como etapas en la peregrinación en la fe, donde levanto un altar de acción de gracias en cada una de ellas.

Esto es lo que les puedo compartir de mi momento. Cuento con sus oraciones. Gracias.
Mª Carmen

4 comentarios:

Blanca Patricia dijo...

Querida Ma. Carmen: tu deseo es :
dejar que el Padre reine en ti, dejándote llevar, momento a momento, por el Espíritu de Jesús. y al orarlo lo experimento tambien mio.y solo me nace pedirlo con insitencia que El sea en nosotros y podemos quedar sueltos en su amor y ternura.
Cuenta con mis oraciones y union con Jesús.
Blanca stj

Mónica dijo...

Querida Mari Carmen:
Gracias por tu compartir.
Dejar a Dios ser Dios en tu vida es un regalo del Señor. Esta disposición nos la EL pues somos su creatura y por lo tanto nada podemos desde nosotras (os). Mucho ánimo pues el asumir lo concreto de cada dia supone mucha fe, ánimo en esta apertura al querer del Padre: dejarle ser Dios. En este constante "hágase" Jesús va obrando en ti, especialmente su amor gratuito. Te animo en esta peregrinación, en discernimiento y docilidad a la acción del Espiritu, El nos va guiando, conduciendo para dejar que Jesús obre como quiere en nosotros. Gracias hermana por dejar que Dios "decida en ti". Cuenta con mi oración: Fraternalmente desde estas tierras de Asia: hna. Mónica.

Carolina dijo...

Querida Mari Carmen:

Que sea alabada la Gloria del Padre, porque Cristo el Hijo Amado, única PALABRA digna de ser expresada, vive en ti cada vez con mayor integridad, con mayor radicalidad, el Reinado del Padre, porque El te ha sellado con el Espíritu Santo prometido, al elegirte desde toda la eternidad como miembro de su Pueblo Santo para alabanzas de su Gloria.

Comparto contigo la dicha de ser hija en el Hijo, para que se lleve en nosotras por pura gracia este proceso de divinización.

Pido a María Santísima que te acompañe a vivenciar en Cristo la Tarea y el Proyecto Apostólico que se te ha entregado.

Unidas en la oración,
Carolina

Fidelina dijo...

Querida Mary Cármen

Me ha llegado tu compartir, la súplica de Jesús de dejarle a Él que viva el reinado del Padre en nosotros. Me alegra que te conduzca por este camino. La vida del Señor conmueve nuestro espíritu y nos remite al Amor entregado hasta la cruz. "Estamos escondidos en Cristo". Desde esta experiencia pascual se va completando lo que falta del reinado del Padre en el hoy de la humanidad. Como dices Cármen todo se reubica en Él.

Le pido al Señor que siga haciéndote una con Él, apasionada por solamente su voluntad. Y con gran acogida al amor crucificado que te va regalando como Él lo sabe hacer.

Que en esta nueva etapa de peregrinación podamos seguir levantando altares para agradecer la misericordia de nuestro Dios.

Un abrazo en el Amor de Cristo
Fide