domingo, 29 de agosto de 2010

La Promesa sigue vigente...

Queridos hermanos/as de la CAF en dispersion, les comparto la recogida de algunas de las oraciones que hice durante unos dias de retiro con jovenes, dirigida por el padre Adel S.J.
Después de mi experiencia en Alto Egipto (un mes y medio) y a la luz de este mini retiro, me siento abierta y disponible ante un próximo discernimiento de misión en Egipto como Compañia de Maria. Nos preguntamos donde y como hechar raices en esta sociedad árabe caracterizada por la convivencia estrecha entre varias iglesias cristianas (ortodoxos, protestantes y católicos), de diversos ritos y una interrelación cotidiana con una gran mayoria de gente de religión musulmana (en Egipto aproximadamente el 94 % del total de la población son musulmanes).

1. El sacrificio de Isaac: Génesis 22; 1-19

Después de disponerme para la oración, entregando todo al Señor, mi mente, razón, deseos, voluntad, afectos… pedí la gracia de que sea su propio Espíritu, quien orase en mí. En medio de una gran paz y confianza profunda experimenté la presencia del Señor; quien fue tocando e iluminando mi falta de fe.
El primer tiempo de oración fue como escuchar del Señor mi historia de fe de varios años, me recordó algunos momentos importantes de mi peregrinación en fe como pueblo santo, guiada por la Promesa y cómo a cada paso me fue mostrando su voluntad.

Reconocí que en mi historia pasada me he agarrado a su Proyecto “Haré de ti una nación grande y te bendeciré…” (Gen. 12:2 a). “He bajado para liberarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una tierra que mana leche y miel”. (Ex. 3; 8). La promesa tenia que ver con: un Pueblo Santo, que pertenece a Dios y que se deja conducir por El. Un pueblo que testimonia el Amor del Padre a través de las maravillas que El obra, un pueblo pobre y humilde que pone su confianza solo en Dios, un pueblo que vive el Reino de Dios teniendo a Jesús como único Tesoro y única PROMESA.

Lloré porque me sentí desvelada delante del Señor, porque huyo de la cruz; de la frustración y del fracaso humano. Sin embargo en medio de mi realidad experimenté ánimo, fijé mi mirada en Jesús crucificado quien asumió primero la cruz, la frustración y el fracaso. Fijé también mi mirada en la obra de Dios, como hoy trabaja el Espíritu Santo en el corazón de la iglesia y va formando su Pueblo Santo.
Me sentí llamada a seguir creyendo en la PROMESA, comprometiendo y entregando mi vida a la escucha de su Espíritu.

2. La entrega de María ante el Proyecto de Dios: Lc. 1; 26-38

Al dejar reposar en mi el texto, me detuve en las palabras del ángel como si me lo estuviera diciendo a mi personalmente: “Jesús será Rey, reinará sobre el pueblo de Israel por siempre”. Me quedó resonando el Reino de Dios como PROMESA, de nuevo sentí una confirmación en la misión que hoy el Señor me entrega.
En un momento de la oración me vino a la mente la película de la madre Teresa; que había visto el día anterior y tuve la tentación de ponerme ya a trabajar, a hacer algo concreto e inmediato, me proyectaba hacia un trabajo de voluntariado con las hermanas de Teresa de Calcuta. Me veía atendiendo a los mendigos, haciéndoles el aseo y ayudando en lo que hiciera falta en la casa de las hermanas de Calcuta.

Esto de la Promesa, me parecía tan indefinido, que exigía de mi muchísima fe, espera y paciencia sin ninguna garantía de frutos en el futuro. Sin embargo tuve una claridad del Espíritu que hoy mi misión es caminar sin ver claro, estar en escucha constante al Espíritu, ser fiel a las llamadas e iniciativas del Señor en cada momento y ser constate en los intentos.
Sin ninguna duda se me presentaba el estudio del árabe dialectal y clásico como la misión del hoy (“bas”: palabra árabe que quiere decir nomás, es esto y ya), tuve la certeza de que ésta es la pequeña luz que tengo hoy delante de mi y recién después de dar este paso podré ver lo que viene detrás.
Al mirar este tiempo sentía una llamada a ser coherente con el estudio del árabe y no descuidar el servicio de superiora de la comunidad. Cuidar a mis hermanas, estar atenta y vivir el servicio con amor y cercanía.

3. La Promesa: Rom. 4; 13-25

« La promesse a été faite a cause de la foi, a fin que ce soit un don gratuit de Dieu. Abraham a cru et espéré, alors que tout espoir semblait vain, et il devint ainsi l’ancêtre d’une foule de nations, selon ce que Dieu lui avait dit : Tel sera le nombre de tes descendants ».
Experimente entrega de toda mi persona, pidiendo la gracia de ordenar todas las dimensiones de mi vida. Sentí la llamada a estar siempre atenta a no dejarme llevar por los engaños del enemigo y a tiempo enmendarme con la gracia del Señor.
Dos vivencias me resuenan en lo profundo del alma: alabar a Dios y vivirme como hija. El corazón se me estremece ante tanta gracia recibida. Me da mucha alegría agradecer a Dios y ser puesta ante El como criatura, ante mi Dios y experimentar la ternura de un padre que no deja de amarme y consolarme.
Estas vivencias se me fortalecen ante el Santísimo Sacramento, Jesús presente en el Pan, mi Dios, mi Papa y mi amado.

Unidos/as en la oracion
Fide

5 comentarios:

Carlos dijo...

Querida Fide:

Leí con gran alegía el fruto de tu retiro. No puedo sino confirmarte que precisamente lo que el Señor te presentó como misión es lo que dará fruto.

La tentación a la inmediatez - con las religiosas de la Madre Teresa - es éso: tentación para que te desvíes del plan misterioso que Dios tiene para vos y la Compañía de María en Egipto.

No conocemos los caminos del Señor, pero jamás por eso vamos a dudar de su Promesa. Surgirá en Egipto ese pequeño pueblo que acepte ser propiedad de Dios. Los tiempos y los modos no son asuntos nuestros, solamente el Señor los dispone según a Él le parece bien.

El Señor ya te clarificó tu labor del hoy: aprender árabe dialectal y clásico y cuidar de tus hermanas de comunidad desde su amor a ellas.

No sé si verás con tus ojos el fruto de este esfuerzo de tu parte. A lo mejor el Señor lo tiene reservado para otras. Vos, sin embargo, echa los cimientos del proyecto misterioso de Dios sobre roca sólida. Acoge las palabras de Pablo sobre su esfuerzo como dirigidas a ti: "Yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer. Y no cuentan ni el que planta, ni el que riega, sino Dios que hace crecer." (1-Cor. 3,6-7)

Con mucho cariño en Jesús,
Carlos

Beatriz dijo...

Muy querida Fide: Gracias por permitirnos acercar a la artesanía que el Señor va obrando en tí.

¡Qué bueno es "hacer memoria" del paso del Señor por nuestras vidas; de nuestro caminar en fe permaneciendo en ella, por pura misericordia y compasión Suya, unicamente porque El es Fiel a su promesa.

Doy gracias al Señor porque te hizo reconocer tu miedo y rechazo a la cruz, a la frustración, al fracazo humano. A mí también me regaló vivir esa experiencia, sé lo que duele, pero es indecible el gozo profundo cuando se lo reconoce y se acepta Su querer.

Personalmente cuando veo se me enturbia la paz me preguntó ¿a qué le tengo miedo, de que huyo? y reconozco que a la cruz.

Muchas son las gracias que el Señor te regaló esos días, te quiere pobre, sencilla, desasida de todo, entregada a El en tus hermanas de comunidad, sin más "que hacer" que amar y seguirlo desde la penumbra, hasta que a El le parezca bien, apoyada unicamente en su Fidelidad.

Gracias por tu fidelidad, es fuerza de vida para todos.

Le pido a María sea tu gran compañera en este peregrinar.

Seguimos muy unidas EN EL.

Un abrazo grande
Beatriz stj

Mónica dijo...

Querida Fide:
Muchas gracias por compartir con nosotr@s las gracias que Dios va derramando en tu vida.
Resuenan en mí las expresiones: tentaciones "de miedo a la cruz, al fracaso", porque muchas veces aparecen en mi vida, especialmente cuando me aparto del camino de la FE.
Sobre las palabras de Pablo, Jesús me invita, me hace recordar que esta es SU OBRA, SU MISION, solo espera que le DEJE OBRAR A EL, me invita a soltar mis intereses y a dejarle obrar a EL sin yo entender pero "confiada en su promesa para nosotr@s" los simples, los pobres...a quiénes JESUS ha regalado estas gracias tan especiales.
Orando un@s por otr@s te saluda con cariño en Jesús:
H. Mónica

Teresa Inés dijo...

Muy querida Fide:Inmenso gozo experimenté al rezar con tu compartir, gracias por permitirme saborear y agradecer contigo al Señor por el proceso duro pero maravilloso con el que Dios va marcando tu caminar,admiro y alabo al Señor por la grandeza de su amor y compasión en tí.Te permitió experimentar tu fragilidad,pero te demostró que El confía en tí regalándote vivir desde su promesa en vista a un pueblo Santo en el que reinará y conlleva apoyarte solo en El, con la fe que también El regala y entrega con la misma confianza. Esta lluvia de gracia pido al Señor se fortalezca en tí, tu disponibilidad, apertura a la escucha del Espíritu en fidelidad con la mirada centrada en la Promesa, la única que no falla. Gracias por tu compartir que siento me fortalece profundamente. En comunión de oración,un abrazo grande en el amor del Señor que nos une.Teresa Inés.

Mari Carmen E. dijo...

Quyerida Fide: Me ha tocado muy profundamente tus oraciones, màs en este momento que estoy en esa tierra donde juntas como CAF escuchamos la Promesa del Señor de hacer nacer un P.S.
Puedo ver un pequeño Resto que se ha guardado el Señor para El y que le va dando su propia Vida y hacièndole caminar confiando solo en El.
Tu misiòn ahora es la de aprender un idioma, como parte de una inculturaziòn, que harà posible la inculturaciòn de la fe, donde parece todo àrido como el desierto.
Una vida de comunidad, donde el Señor pueda expresar a travès tuyo, su Amor a nuestras hermanas.
Y esperar contra toda esperanza, la Promesa, confiada en la fidelidad de Dios.
Estamos unidas en el Señor, en su Amor y Fidelidad
Un abrazo grande M.Carmen