Queridas hermanas y hermanos de la peregrinación en fe
La gracia mas reciente que he recibido de la Trinidad, ha sido la participación en comunión con los santos, del conocimiento del Espíritu Santo; tercera persona, anunciado por Jesús y entregado por el Padre.
“Ahí viene el cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo”
“Y Juan dio testimonio: he visto al Espíritu bajar del cielo como paloma y quedarse sobre Él”. (Jn 1, 32). Experimenté un encuentro con Jesús, camino a la crucifixión, nos unía un gran amor y en Él encontré a muchos otros, comenzando por los más pobres, los niños y ancianos que han padecido y sufrido mucho, antes de morir. Ellos estaban vivos y felices. Entre ellos y nosotros no había tiempo ni lugar, como si ellos me dijeran que la Santidad del Hijo les disfrazó, de tal manera que el Padre se dejó engañar y los recibió en el cielo con un gran abrazo de Padre. Sinceramente me atraía mucho la sonrisa y alegría que tenían, pero sabía que mi misión no había terminado. Me preguntaba ¿y porqué no? ¿De que misión se trata? En esto experimenté la presencia de Santa Juana, quien me invitaba ir a Egipto ¿Cómo van a conocer a Jesús si nadie les da a conocer? Sentí por dentro una gran fuerza interior en prepararme con los EE.EE. y el francés como instrumentos para estar con los jóvenes del Cairo. También María me abrazó como madre y me sentí animada en esta misión.
La imagen en la estampa es de varias familias japonesas mártires, a quienes les he tenido de intercesores estos días en que voy siendo testigo de la acción de Dios en una hermana japonesa, dos mexicanas, una brasilera y una colombiana.
Cuento con sus oraciones, ellas están ahora en la segunda semana y terminaran este final de mes de agosto.
Desde Roma, unidos en la oración
Fide
La gracia mas reciente que he recibido de la Trinidad, ha sido la participación en comunión con los santos, del conocimiento del Espíritu Santo; tercera persona, anunciado por Jesús y entregado por el Padre.
“Ahí viene el cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo”
“Y Juan dio testimonio: he visto al Espíritu bajar del cielo como paloma y quedarse sobre Él”. (Jn 1, 32). Experimenté un encuentro con Jesús, camino a la crucifixión, nos unía un gran amor y en Él encontré a muchos otros, comenzando por los más pobres, los niños y ancianos que han padecido y sufrido mucho, antes de morir. Ellos estaban vivos y felices. Entre ellos y nosotros no había tiempo ni lugar, como si ellos me dijeran que la Santidad del Hijo les disfrazó, de tal manera que el Padre se dejó engañar y los recibió en el cielo con un gran abrazo de Padre. Sinceramente me atraía mucho la sonrisa y alegría que tenían, pero sabía que mi misión no había terminado. Me preguntaba ¿y porqué no? ¿De que misión se trata? En esto experimenté la presencia de Santa Juana, quien me invitaba ir a Egipto ¿Cómo van a conocer a Jesús si nadie les da a conocer? Sentí por dentro una gran fuerza interior en prepararme con los EE.EE. y el francés como instrumentos para estar con los jóvenes del Cairo. También María me abrazó como madre y me sentí animada en esta misión.
La imagen en la estampa es de varias familias japonesas mártires, a quienes les he tenido de intercesores estos días en que voy siendo testigo de la acción de Dios en una hermana japonesa, dos mexicanas, una brasilera y una colombiana.
Cuento con sus oraciones, ellas están ahora en la segunda semana y terminaran este final de mes de agosto.
Desde Roma, unidos en la oración
Fide
4 comentarios:
Querida Fide:
Glorificado sea por siempre la Trinidad Santa por el conocimiento que te ha dado de la comunión en El de todos los que por la fe estamos pegados al Corazón de Cristo, por todos los siglos, por todas las generaciones; que en “Aquel que Es, que era y que ha de venir, el Señor del Universo (Ap.1, 8), el eterno presente somos comunión de amor.
Por la misericordia del Todo Santo, El Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, nos hace participar aquí de su vida y misión. Me alegré mucho con tu experiencia de la comunión con los que lavaron y blanquearon sus vestiduras en la sangre del Cordero (Ap. 7, 9 – 17)
Y agradezco inmensamente al Señor por el conocimiento que te ha dado de la misión que te confía en el presente, dándote ánimo para adherirte plenamente a su voluntad.
Con Jesús pido “Que se Haga la Voluntad del Padre en la tierra como en el Cielo” “Que se haga en Fide y en todos nosotros la voluntad del Padre aquí en la tierra como en el Cielo”
Unidas en el amor de Cristo,
Carolina
Muy querida Fide: No te imaginas la alegria que me da encontrarte y constatar las maravillas que el Padre continúa haciendo en tí.
Es verdad "EL SEÑOR NO ABANDONA LA OBRA DE SUS MANOS!
Doy gracias a la Misma Trinidad, por la experiencia tan profunda que te regaló del Espíritu Santo... por lo que te deja "ver con los ojos del alma", por acoger tu misión totalmente desde la Fe.
Es maravilloso que el Señor te regale vivir así, NADA sin El tiene sentido.
No dejes de compartirnos, a mi me da una profunda alegria y me trasmites tu fuerza. Siento que desde la pequeñez, conectamos.
Un abrazo inmenso.Siempre unidas EN EL.
Beatriz
Querida Fide:
El diseño y tu experiencia me han tocado hondamente.
Al escucharte siento esa atracción interior del amor de Jesús a todos, especialmente a los más pequeños,
atracción que se me hace invitación, suave y fuerte a la vez, de, sígueme, voy a la cruz por vos, por todos ellos,
quiero que donde esté Yo, estén ustedes también,
voy al sacrificio que me hace Santo y les hace santos a ustedes, un PS para alabanza y Gloria del Padre.
Su invitación es irresistible y le digo Sí, aquí estoy Señor, dispuesta a pasar, con tu gracia, lo que Tu pasaste, para que puedas levantar en mí y conmigo PS,
en este rincón del mundo donde me has colocado.
Y ahí nos encontramos, Fide, en la Misión del Señor, vos en el Cairo, yo en Brasil, pero unidas en el Espíritu de Jesús, en la comunión de los santos.
Abrazadas por María y Santa Juana.
Recibiendo gracia tras gracia la santidad del Hijo, Jesucristo.
Un abrazo de hermana
M.Carmen
Querida Fide:
Gracias por tu profundo compartir, donde Dios nos regala en ti esa honda experiencia espiritual de la comunión en Jesús con todos sus santos, esa profunda experiencia de la Stma. Trinidad, de María, de Sta. Juana.
Gracias por tu docilidad a la acción del Espíiritu, donde has podido dejarte guiar, iluminar y conducir por EL para afianzarte - confirmar tu misión de ir a Egipto.
Gracias por mostrarnos a esos intercesores mártires Japoneses.
Viene a mi mente lo que un día me dijo Carlos: " graba en tu corazón que la misión no es tuya, es la misión de Jesús que El lleva a adelante en ti y contigo ".
Orando unos por otros (as) te saluda con cariño en Jesús:
S. Mónica
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