domingo, 14 de diciembre de 2008

Como pueblo santo en diáspora

Queridas-os hermanas-os

Hace más de dos meses que El Señor me ha hablado al corazón en medio del "desierto". Su Espíritu viviente me da una vida interior, que me permite subsistir ante las adversidades cotidianas. Y a la misma vez me conduce hacia la historización de vivencias, que son como frutos que permancen. Los frutos del Amor, la humildad, la fe y la obediencia.
Siento la llamada de ejercitame en el amor, en todo momento, especialmente en la comunidad, de abrazar el perdón y disponerme en actitud de servicio constante.
Experimento una contínua necesidad de orar, estar con el Señor en intimidad, dejar que El me purifique, me fortalezca y haga madurar mi fe en El.

Ante la realidad de la Iglesia católica copta (católicos de Egipto) El Señor me van quitando espectativas que tenía, de lo que he vivido como Iglesia en Paraguay y me ubica en su vivencia en Nazareth. De entre los que seguían a Jesús, algunos acogen y viven la Buena Nueva y otros no reconocen los valores del reino que Jesús proclama con su propia vida y palabra. En el origen de la iglesia egipcia, algunos de los apóstoles y discípulos que vivieron con Jesús llegaron a estas tierras para testimoniar lo visto y oído junto al Mesías, el Dios hecho hombre. San Marcos ha sido uno de los primeros evangilizadores de las comunidades cristianas de Egipto. También San Antonio "el grande" (el primer monje que se retiró del mundo al desierto buscando volver a la pureza de la vida evangélica) dejó sus huellas entre los cristianos, especialmente en la vida religiosa.

Reconozco que apenas estoy entrando en esta nueva realidad, sin embargo me habla mucho de mi identidad de pueblo santo en diáspora, desde los orígenes del pueblo de Israel. Me siento en búsqueda y a la misma vez en espera, aún sin hechar raíces. A veces tengo la tentación de apresurarme y quiero buscar otras iglesias donde participan las personas más pobres, con quienes pudiera compartir por lo menos la celebración eucaristíca, porque en la iglesia de nuestra parroquia asisten los fieles de una clase social distinguida.
Lo que más me ayuda es escuchar el susurro del Espíritu y ante el que hacer díario priorizar las llamadas del Señor, poniendo los medios que me ayuden a la práctica de la voluntad de Dios en primer lugar. Todo esto con mucha paciencia conmigo misma y con mayor realismo.

Este proceso no es fácil, a veces la soledad quiere imponerse y es cuando en lo profundo de mi ser siento latir mi identidad honda: "Eres mi pueblo santo, muy amado a quien Yo sostengo".
La experiencia más fuerte que estoy viviendo, en mis primeros contactos con católicos ortodoxos y musulmanes, es la actuación libre y soberana del Espíritu Santo en medio de sus pequeños. Apenas unos chispazos, pero que me resultan familiares. Me refiero a las familias de la iglesia ortodoxa que vienen del Alto Egipto (algunos vecinos nuestros) y del barrio "Charabeia" uno de los grandes barrios marginales del Cairo, donde en su gran mayoría son musulmanes. Los sábados voy al dispensario que está en ese barrio para escuchar el árabe hablado e intentar pronunciar algunas palabras con los trabajadores y enfermeras.

Y que decir de los diferentes grupos católicos de ritos: greco, armeniano, sirio... etc. que a pesar de "los envoltorios" (expresión litúrgica) experimento con ellos una comunión de fe.

Cuento con sus oraciones
Abrazos
Fide

4 comentarios:

Mónica dijo...

Querida Fide:
Gracias por seguir compartiendo con nosotros (as) el obrar de Dios en vos.
Querida Hna. tu compartir me ha llevado a alabar al Padre por tu obediencia, tu docilidad al obrar del Espíritu.
En tu nueva realidad en la que Dios te ha enviado siento que debes esperar y continuar discerniendo el querer, el modo, el momento en el que Dios quiere manifestarse en vos, porque es una nueva cultura.
Te animo a seguir en docilidad las diversas mociones del Espíritu, seguir dejando que Dios exprese en vos su amor gratuito, perdón...
Sigo orando por vos.
Un fuerte abrazo.
En Jesús: S. Mónica

Mari Carmen E. dijo...

Querida Fide:
Tu compartir me hace sentirme una con esos hermanos nuestros que caminan en la fe en Jesús, aunque con distintos ritos litúrgicos y en culturas diferentes a la nuestra. Te escucho con atención la novedad que supone para vos, y para mi ese mundo donde el Señor te ha colocado.
Te comprendo cuando sientes añoranzas y soledad y doy gracias a Dios que te sostiene y no deja que la sensibilidad te pueda.
En esa caminada hacia el Padre, Jesús crucificado es tu único apoyo, y Señor, refúgiate en El.
Las vivencias básicas en las que te mantiene y convida a vivir, amor, humildad, obediencia, perdón, servicio, son los frutos de su Espíritu en vos.
No estás sola, somos PS, Cuerpo de Cristo y tenemos su Espíritu que nos hace decir: Papito.
Vive de esta gracia inmensa del amor y elección del Padre en Jesús.
Un abrazo grande
M.Carmen

Teresa Inés dijo...

Querida Fide:
Gracias por tanta expresión de amor y fidelidad del Señor contigo expresado a través de tu compartir. Me toca hondamente sentir y contemplar cuánta apetura de tu corazón que se abre a escuchar el susurro del Espíritu regalándote su propia VIDA,sostenerte, mantenerte en fidelidad y firmeza radical de fe al compartir contigo su misma misión, por caminos insospechados; nuestro Dios no deja de regalarte, de embellecerte con las gracias que tú necesitas para seguir adelante y con radicalidad pendiente para que el SUEÑO DE DIOS se realice sobre ti y ese pueblo a quien El te envió.
Gracias por entregarnos tu testimonio de fe y fidelidad al Señor, a sus proyectos sin titubeo, por entregarnos el testimonio de aquellos que vivieron y dieron testimonio del Mesías por esa tierra por donde también tú recorres por la fe que el Señor te ha regalado para su misión. Gracias por la certeza de tu fe,de tu búsqueda y espera que me transmite mucha fuerza. Estoy contigo en comunión de encuentro en el Señor. Un abrazo grande en el misterio de amor del Señeor. Teresa Inés.

Marisa dijo...

Querida Fide
Agradesco a Dios por tu vida, tu experiencia de fe, como decimos nosotros che py´a hory ha opytu´u al leer tu compartir. me conmueve el sentido de pertemencia que tenes con el PS. EL DISCERNIMIENTO, Y OBEDECER AL ESPIRITU, animo que esta gracias necesitamos todas, y muchas añoramos el vivir con fuerza esta gracia como pueblo, dar testimonio del amor de Dios como comunidad y como pueblo elegido. muchas gracias por tu compartir. unidas en la coracion
Marisa