Al llegar a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Así es que no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado de una lanzada y al instante salió sangre y agua. El que lo vió declara para ayudarles en su fe, y su testimonio es verdadero. El mismo sabe que dice la verdad.
Juan 19, 33 - 35
Juan 19, 33 - 35