CRISTO JESUS; EL PAN QUE ALIMENTA, QUE DA FUERZA Y VIDA

Queridos/as Hnos/as en el Señor:
Los textos de la liturgia del día me animan a compartirles lo que estaba vivenciando en estos días: Antes que nada reconozco que mi proceder es humano pero estoy en la carrera de dejar que Cristo sea mi vida, donde en medio de mis debilidades por pura GRACIA, el comparte conmigo su fe, su vida, su misión. En la misión en que me puso, justo cuando la liturgia celebró el episodio de Jesús con el endemoniado de Gerasa Mt.8, 28-34, me tocó vivir en El esta experiencia, El se enfrentó en mí, o yo en El al mal en forma de varios espíritus Mc.5, 9 (mentira, hipocresía, deshonestidad, corrupción, prepotencia, odio…) y tuvo prácticamente el mismo desenlace y eso ya hemos compartido lo que fue para mí el ser testigo de la verdad del Padre. Jn. 18,37
Hoy sin embargo experimenté dolor al contemplar a la Vida Consagrada que se deja estar y ser en una gran superficialidad, y desde aquí hay una indefinición, una indeterminación vivencial ante la verdad del Padre. Realmente no es posible ser testigo de la Verdad del Padre hoy, sin una adhesión radical vivencial a la fe de Jesús, porque el ponerse en El ante situaciones concretas donde impera el mal, te lleva a vivir su pasión. La Vida Consagrada en estado de mediocridad se resiste a que la gente le pida que abandone su Región Mt. 8, 34, se resiste a ser rechazado, calumniado, difamado…entonces se opta por la indefinición, la indeterminación, hasta ponerse en situación de mezclarse con estos espíritus múltiples, pero no enfrentarse como Jesús. Está en juego la imagen, el temor a correr la suerte del Señor y la vanidad…En esta experiencia dolorosa, mientras subo la montaña de la manifestación plena de mi Dios y de mi nada absoluta, el PAN que alimenta, que da Fuerza y Vida es CRISTO JESUS que ya me dio alcance por pura compasión.
En el amor de Jesús les amo a todos y les abrazo de corazón.
Carolina