En el corazón del Padre

El Espíritu de Cristo Resucitado me invita a compartir lo que El vivencia en mi, parte de su pueblo santo, este tiempo de experimentar fuertemente su presencia salvadora, unida a su pueblo santo, pueblo de su propiedad, redimida por El.

Estos días santos han sido de estar con Jesús junto a María, acompañarle en su pasión de manera vivencial acoger en fe el proceso de crecimento costoso y doloroso que El realiza por pura compasión del Padre. Ha sido intensa la experiencia de vivir de cerca junto con los jóvenes de la comunidad parroquial la pasión y resurrección del Señor. Una vez mas disipar el alcance de la maldad humana ,la capacidad de destrucción que todos tenemos, la hondura del pecado y la debildidad del hombre a dejarse atrapar por el mal, guardar la apariencia, la estima y vanagloriarse a expensa de los mas débiles, pero tambien he tocado la firmesa de Dios manifestado en Jesús en su obediencia radical al Padre, su fe inquebrantable y su adhesión total a la voluntad del único Dios, Dios nuestro.

Palpar en la propia vida la injusticia, la humillación y la compasión del Señor, es pura Gracia. Reconocer que existe un pueblo que peregrina y siente que paso a paso es acompañado y guiado por su Creador, aunque en muchos momentos tropiece tras las tentaciones del maligno, las seducciones de enemigo invitando a no padecer con amor y entrega sino a dejar todo, a cansarse, a hartarse, y sobre todo dejar de confiar, de creer, de esperar... es un momento de adhesión en fe oscura y esperanza, de acoger con firmeza la promesa del Señor quien ya pagó por nuestras debilidades y pecados. Asumir que la pasión se hace vivencia cuando le dejamos a El padecer en nosotros, en las mentiras, flasfemias, insultos...en lo cotidiano . Cristo es ultrajado, una y otra vez con nuestras incoherencias, faltas de fe y correspondecia a tanta gratuidad con la que El se derrama en Gracia. Vivenciar hondamenta un gozo interior profundo porque mi nombre esta escrito en su corazón y eso basta!!! en su corazón esta su pueblo santo y El está Resucitado, lleno de gloria y alegría espirtual merecida después de tanto sufrimiento. Es necesario morir para vivir, pasar por la cruz para resucitar, es Cristo el Señor en nosotros. Experimento que Jesús es pura entrega, adhesión y confianza en su Padre y me invita a vivirme asi en cada momento, en cada situación, a cada instante, unirme a su pueblo de dejarme descansar en El como racimo de uva agradable ante sus ojos, pan compartido entre sus pequeños y obediente a sus insinuaciones cotidianas. El Señor termirá lo que ha comenzado.

Un fuerte abrazo en Jesús Resucitado, Aleluya, Aleluya!!!
Blanca Patricia