"QUIEN ME VE A MI, VE AL PADRE"

No había captado el sentido hondo de esta expresión de Jesús hasta que el Señor me concedió vivir por experiencia la gracia de la revelación del Padre en Jesús. Ha sido una experiencia espiritual que El me regaló en el camino hacia la Pascua.
Con Jesús fui siguiendo paso a paso su Camino de Pasión y Cruz y allí me fue "revelando y des-velando" el rostro del Padre. En cada paso, en cada gesto, en cada hecho fui encontrándome con el Padre de Jesús, con Aquél que me entregó lo más suyo, lo más íntimo de su Ser que es su mismo Hijo y al entregarme a su mismo Hijo, El se ha entregado a mí.
En la humildad y el servicio de Jesús en el Lavatorio de los pies, en el amor máximo de entregar su vida en la Cruz, me he encontrado con el mismo Padre viviendo en Jesús la humildad, el servicio, el amor, la entrega. Esta experiencia de encuentro me ha impactado sobremanera, me ha consolado, me ha sobrecogido, me ha emocionado, me ha cambiado internamente la imagen de mi Dios.
El Señor me concedió hacer vida eso que dijo un día a su discípulo: "Quien me ve a Mí, ve al Padre". En Jesús pude ver al Padre en su Pasión y puedo seguir viéndolo ahora, en los signos concretos de la Resurrección, de la VIDA NUEVA que hay en mí y en la CAFA. El gozo del Padre es mi gozo, el Gozo del Hijo es mi gozo. Su Vida es mi Vida, es NUESTRA VIDA!!!
Aún me resulta difícil expresar en palabras lo inexpresable, aún me resulta difícil contar lo incontable. Pero quería compartir con ustedes algo, del regalo del Señor en mi vivencia espiritual.
Carmen de Dios.