jueves, 5 de abril de 2007

Inicio y nacimiento de una gran novedad del Espíritu...1 de abril, 98

Mis queridos Hnos en la fe : Paz y Bien!
Simplemente les comparto esta parte de mi historia, porque hoy es un día muy especial para mi, es el día de la vida, vida que mi Dios me regaló y ... también la vida que EL escogió para mi, y por pura gratuidad me unió a ustedes. Con un corazón muy agradecido a Dios por su compasión, le comparto lo que hizo en mi vida, lo que me ha revelado en aquel primer retiro que tuve en el 98 con el Paí Carlos. Allí está el centro de mi historia humana y que mi Señor lo convirtió en historia de fe muy amada por El. Les comparto como parte de aquello que es importante: conocer y dejarnos conocer por la comunidad. Es parte de la identidad de la CAFA. Unidos en el corazón de Cristo.

LA COMPASION DE DIOS POR MI ME DIO A CONOCER MI VERDADERA HISTORIA DE FE, TAMBIEN ME REVELÓ MI IDENTIDAD Y ME HIZO RE-ENCONTRAR AL AMOR DE MI VIDA: JESÚS.

Después de casi dos años de intenso pedido al Padre Carlos para tener un retiro acompañado por él, se dignó un día decirme que sí sin la menor espera. De mi parte había un total desconocimiento de cómo es su acompañamiento en el retiro. Muchas personas al enterarse de lo que tanto deseaba me decían: no tienes idea de lo que estás pidiendo pero insiste y lo verás. Y para ser sincera no esperaba nada. Simplemente deseaba un encuentro con el Señor, pues era intensa la búsqueda que sentía en mi corazón. Y fue tan inesperada que una tarde al finalizar la Eucaristía en Santos Mártires me dijo el Paí Carlos: Hermelinda, si quieres mañana inicias tu retiro. Para mí fue una bomba, aunque tenía diez mil cosas jamás desaprovecharía semejante oportunidad. Pues al día siguiente acomodé todas mis cosas ayudada por mis hermanas de fraternidad y ya para la noche estaba “al pie del cañón” esperando TODO DE MI SEÑOR.

Entrada
al retiro.
Esa misma noche, mi Señor me hizo esta pregunta. Hermelinda, ¿cómo estás? ¿Qué te pasa? ¿Qué sientes?. Silencio,… luego surgió de muy dentro y le contesté: Señor, tú mejor que nadie lo conoces, pues en momentos de soledad contigo, generalmente descubro tu invitación, tu deseo para mí. También confesarte que las idolatrías siguen dando resistencias al querer tuyo. Capto que son muy sutiles; a mi sentido común doy mucha importancia y no dejo que Tú actúes a tu manera porque yo quiero asegurar todo. En una palabra no doy cabida - espacio a tu Espíritu. Ah, y con una fuerza tan extraordinaria me dejo llevar por mis sentimientos - emociones. Pero en lo más profundo de mi ser siento que Tú me llamas a la radicalidad, no puedo volverme indiferente a este pedido, no entiendo nada. Es verdad Señor, aún no he puesto toda mi vida de una manera total en tus manos. No siento que rechazo las Gracias, sino ¿cómo colaborar o cómo dejar que sean en mí? ¿cómo dejarte a que seas Tú en mí? ¿cómo desmontar estos bloqueos, barreras para tu obrar en mí? Señor, Tú sabes que muy fuertemente vine experimentando de que las gracias me revelan lo que Tú quieres de mí. Como antes no puedo más responder a las exigencias de mi trabajo en la formación, en el apostolado. Hasta físicamente he perdido mi ritmo, ni puedo controlar más al tiempo como lo hacía antes. Al terminar de decirle esto, mi Señor finalizó este momento con estas palabras: Hermelinda, “estás en camino, Yo te he invitado a ser peregrina, a ser mujer de fe. Yo sé lo que te conviene, pero entrégate a la experiencia”.

Primer
día.
Desde el fondo de mi corazón pedí que El tuviera compasión por mí. Más que nadie El sabe lo que siento. Y me dijo: “deja que Yo sea en ti, Yo conozco todo de ti, tus debilidades, tus falsos dioses pero Yo estoy por encima de ellos. No te avergüences de Mí, tus idolatrías no tendrán fuerzas sobre ti, no serán más que Yo, te promete que Yo tendré compasión de ti pero en su momento. Yo Soy el único que puede cambiar tu vida.
Historia de fe. Tantas veces ya fui a mi historia y otras tantas veces me mandaron. Pero esta vez, hay una diferencia porque ahora es el mismo Señor el que me lleva y me cuenta lo acontecido. Yo sólo le di mi mano y fuimos. Me llevó hasta mi mamá, me hizo entrar en el vientre de mi mamá con El, allí me hizo escuchar las voces, los sufrimientos de ella, su inseguridad ante su embarazo posible. El mismo Señor me decía: al enterarse tu mamá de que sí era cierto su embarazo, le comentó a tu papá y él le contestó que ahora mismo era difícil casarse y llevarle a su casa teniendo tantos hermanos puesto que tu mamá era muy joven, y peor aún asumir compromiso como la de tener una criatura. Así fueron pasando los días, hasta que en otra oportunidad de nuevo tu mamá buscó cómo encontrarse con tu papá pues cada vez se tornaba difícil seguir ocultándote; la respuesta de tu papá ante la noticia fue ésta: que no había otra manera de salir del problema sino que la solución es no dejarte que nazcas. Cuando mi Señor me dijo esto me abrazó tan fuerte y me dijo: ¡No temas! y me abrazó fuertemente por El.

Hermelinda, necesito seguir contándote más sobre tu historia pero quiero alzarte en mis brazos. Allí me dijo: Ves allí está tu mamá. Ella, en su soledad y con el miedo de sus padres y hermanos, ha decidido eliminarte, aunque no quiere, su sufrimiento es enorme. Mira allí está sobre la mesa, totalmente preparada para eliminarte, ves allí están las pinzas, la aguja para inyectarse, la palangana preparada y finalmente el basurero. En aquel entonces, vos pensaste que era el final de todo. Tan fuerte en ese momento me tomó mi Señor y sus ojos puesto en mí me dice: Hermelinda, vos pensaste que era el final de tu vida sin embargo es el comienzo de algo que, desde el momento de tu gestación he optado y decidido por ti. Te aseguro que desde el momento de tu gestación mi Padre y Yo hemos cuidado de ti, inclusive antes de que tu mamá misma se enterara de tu existencia mi Padre y Yo sabíamos de ti. No temas, Yo no quise que sea el final de tu vida, pero también es cierto que desde ese momento tu mamá comenzó a angustiarse. En aquel mismísimo momento, Yo hice que tu mamá pasara su mano sobre su panza y en eso Yo le hice sentir por primera vez tu presencia dentro de ella de esa manera. Y allí mismo gritó fuertemente y dijo a la enfermera: no, no haré y allí tu mamá recibió insultos de la enfermera. Todo esto tu mamá lo guardaba muy bien pero su sufrimiento era enorme, hasta que... de nuevo se encontró con tu papá. Allí tu mamá le contó su experiencia y él le contestó que no asumirá nada. Eso bastó a tu mamá y comenzó a enfrentar su realidad pues al contar lo que estaba pasando con ella automáticamente era marginada por su familia.

Sabes, Hermelinda, Yo fui y Yo seré siempre tu Padre, Yo te engendré a ti, mi amor por ti es más grande y fuerte que todo. Nunca olvides de que Yo te engendré porque te amo. Tu vida es importante para Mí, con el tiempo te iré explicando más, ¿me entiendes?. Cuando me dijo todo esto, no aguanté más y le abracé con toda mi fuerza y comencé a llorar, a llorar como nunca y en ese llorar sentí que soy importante y valiosa para mi Señor desde el vientre de mi madre. Al final de este momento me dijo: Yo tu Dios conozco todo de ti y te lo estoy enseñando y te iré enseñando todo.

Segundo día.
Mi Señor sigue diciéndome: el amor que te tuve desde el momento de tu gestación es más fuerte que la muerte, es más fuerte que los planes del hombre, mi amor no tiene límites. Sinceramente aquel momento que sentí como final se me tornó GRACIA. El era mi único apoyo, mi única verdad. El mismo se encargó de mí. Al final de esta experiencia me llevó donde mis padres, me hizo rezar por ellos. Luego me dice, tengo que seguir mostrándote otro aspecto de tu vida.

Hermelinda, de nuevo te manifiesto que mi amor por ti fue desde el vientre de tu madre... En aquel momento de tu vida camino a la muerte Yo cuidaba de ti, yo te trataba como persona, Yo te daba vida, estaba contigo. Escúchame bien, poco a poco comenzaste a ser grande y ya comienzas a llevar vos la vida ya no recurrías más a Mí, ya no tenías más necesidad de Mí. Ya no te recuerdas de los días de tu vida en el vientre de tu madre, Yo te di la vida. Ahora tomas las cosas y a las personas a tu manera bajo tus criterios, te impacientas e inclusive hablas en nombre de mi Voluntad. Cuando el Señor me decía todo esto me sentía tan mal pero no podía decir nada porque veía que era así, todo era cierto.
Déjame decirte más. Y ahora que eres grande ya no soy tu único apoyo sino estoy en el último lugar. Has inventado muchas seguridades. Tantas veces intentaste manipularme en tus planes y proyectos, tantas veces intentaste imponerme tu modo de ver la realidad, a veces tus gustos, caprichos. Yo, tu Padre permití que nacieras, Yo te di la vida, te enriquecí con mis dones; pero después de un tiempo empezaste a confiar demasiado en ti misma y comenzaste a utilizar mis dones a tu manera, olvidaste que eres criatura mía y allí iniciaste a regir tu vida a tus antojos. Hermelinda, te vi recurrir a tantas personas, cosas menos a Mí. Yo te di la vida. En aquel entonces fui Yo tu único apoyo sin embargo vos empezaste a fabricar tus propios apoyos, tu propio baal, porque mientras te llamaba más te alejabas de Mí. ¡Yo soy tu Dios! ¿Me conoces? ¿Te acuerdas de Mí? Todas estas palabras de mi Señor sentía que me destrozaban por dentro, no podía decir nada. Era impresionante que todo lo que decía era tan cierto, tan real. Sentí todas sus palabras no como acusación sino con tanto amor al decirme mi verdad.
Sabes, mi corazón se conmueve y se remueven mis entrañas por ti. ¿Cómo voy a dejarte abandonada, a quien Yo creé por amor?. Desde lo más profundo grité por su compasión por mí.

De nuevo vino a mi encuentro y me dice: aún me falta decirte más cosas sobre ti. Al inicio sentí que ya no quería más pero su mirada impedía que haga lo mío. Esta vez me hizo subir en un cerro, no sentía fuerza para subir pero El me ayudó a hacerlo. En fin llegamos al lugar, me invitó a sentarme y dijo: “mírame Yo Soy, Yo Fui y Yo Seré”. De mi parte no entendía nada. Hasta que empezó a hablar así: Hermelinda Yo fui quien te llamó a la vida, Yo no permití que murieras, Yo te cuidé y te comuniqué la vida. Yo te di aquel abuelo y en él te amé y te deseé siempre lo mejor. Yo puse en tu corazón aquel deseo de entregarme tu vida, (10 años) de darme a Mí, nada hiciste vos, nada fue mérito tuyo. Yo te conduje a aquella familia religiosa, Yo te di todo, nada fue fruto de tu esfuerzo. Yo te iba mostrando por donde caminar o crees que vos lo hiciste. Nada.
Lo que yo percibí y vi que era así, que es cierto. Allí mismo parecía como en una película me mostró y me hizo sentir los momentos que yo andaba sola, simplemente yo le ignoré de mi vida. Allí me tomó de la mano, luego pasó su mano sobre mi rostro y me abrazó fuertemente y sentí que su Espíritu dejó en mi algo. Experimenté su paciencia, su misericordia. Sentí deseo de avanzar aunque totalmente desarmada y desnuda me dejó.

Tercer
día.
Hermelinda, “sólo mi amor por ti hizo que no perecieras, que no murieras”. No podía comprender, sólo contemplé, admiré, agradecí, lloré no porque perdí algo sino porque gané algo sumamente para mí extraordinario: sentí el amor de Dios en mi vida, en mi historia. Sentí una inmensa gratitud por la vida de mis padres, por haberme planeado matarme. De nuevo sentí como gracia aquel momento de mi muerte.

El Señor trasformó mi historia humana en historia de fe, además amada y querida por El antes que yo misma naciera y conociera. Aquella situación de dolor y sufrimiento hoy realmente es una GRACIA, conocida, acogida, aceptada y amada por mí; es más agradecida por mí. Aquí fue como una confirmación para mí que cuando no pasa por el Señor mi miseria nada cambia, nada perdura todo es inútil y pasajero. Sentí que el mismo Señor me lo recuerda diciéndome: “ahora que inicias una nueva vida Yo seré allí tu DIOS, hemos de caminar a mi manera y de acuerdo a lo que Yo tengo proyectado para ti. Ahora que eres una criatura nueva, un ser nuevo hice de ti porque de lo pasado, de lo antiguo ya no me recordaré. Ahora que te purifiqué, renové mi alianza en tu vida. Ahora es el momento, antes no, ahora pondré mi ley en tu interior, escribiré en tu corazón y Yo seré tu Dios”. Aquí de nuevo experimenté la gran compasión de Dios, sentí que el espacio es de El, que todo es diferente en mí y cómo cambian las cosas, su sentido, su valor. ¡Es novedad!. Más deseaba estar con El.

En ese desear más y más estar con El, increíble. El texto del Cantar de los cantares 2, 10-16, me dejó maravillada y asombrada, pues cómo el Señor llegó a mi corazón y llenó todo mi ser de mujer. Y allí me imaginé el encuentro de dos enamorados, que cuando se encuentran se olvidan de la hora, y de tantas otras cosas más, me reí de mí misma pues así me pasó; tenía ganas de correr, saltar, grita, cantar. El Señor me hizo sentir plenamente mujer y mujer consagrada de El y para El. Entre mí decía tuve que pasar por tantas cosas para este momento. Increíble sentía su voz que decía pon tu confianza en Mí. Allí expresé: Cómo cambia cuando El lleva el proceso. No me sentí escondida de El, sino más bien influenciada por su Amor, llena de gracia y en eso deseé responderle con estas palabras: Mi amado es para mí, y yo para mi amado.

Este ha sido una parte del inicio de todo lo que El en su gran compasión ha vivido en mí, es más aún va haciendo en mi por medio de ustedes. Aún hay mucho que podar en mí, por eso me les pido sus oraciones.
Muy agradecida. Hermelinda

6 comentarios:

Carlos dijo...

Herme:
Lo que has compartido es una belleza del obrar de Dios en ti. Creo que si tu compartir no mueve a la gente a cuestionarse y acercarse a Dios, ningún otro compartir lo hará. Seguramente estás agotada después de revivir tu experiencia al nombrarla de nuevo. A mí me tocó profundamente. Ojalá en otro tiempo puedas compartir los otros días de ese retiro tan marcante en tu vida.
Con mucho cariño en el Señor,
Carlos

Lourdes dijo...

Hermelinda: Lo primero que brota de lo más profundo de mi ser es: GRACIAS DE CORAZÓN.
A medida que iba leyendo tu compartir sentía que pisaba "tierra sagrada" y que de verdad es toda una lección de vida para aquel que se acerque a ella. No dejo de sentirme profundamente tocada por todo lo que nos compartes y DOY GRACIAS AL SEÑOR QUE EN SU INFINITA MISERICORDIA SIEMPRE NOS RESCATA.
Todo esta HISTORIA DE VIDA NUEVA, anima a mi propia vida, me impulsa a dejarme cada vez más en el Señor, de dejarle que tome todo lo que soy, y a tener la certeza de que sólo Él tiene el poder sobre nosotros si le dejamos y aún así, cuando nos salimos con la nuestra, no deja de buscarnos.
GRACIAS HERMELINDA, por tu sencillez, por tu confianza, por abrirnos la puerta a tu experiencia de Dios y permitir que nos enriquezcamos con ella.
Que el Señor te bendiga y LE DEJES SEGUIR siendo tu DUEÑO. Con inmeso cariño de hermana agradecida a Dios y a vos.

Mónica dijo...

Querida Hermelinda: gracias por tu valioso compartir: es de alabar a Dios su gran amor y compasión por nosotros, especialmente manifestado por esas fuertes experiencias del amor de Dios por vos, sí desde el vientre materno nos amó y en tu compartir se ve claro. En este proceso de fe te animo a seguir en esa apertura a descubrir cuánto amor, cuánto compasión tiene Dios con sus hijos (as)que desde nuestra gestación está cuidándonos y todo lo permite para nuestro bien, incluso saber cómo sufrió tu mamá y vos, pero la mano de Dios se ve clara en todo tu caminar. GRACIAS POR TU COMPARTIR Y CUENTA CON MI ORACIÓN. Con cariño en Jesús: Hna. Mónica

Beatriz dijo...

Muy querida HERMANA: Hago un silencio profundo porque la verdad que tu compartir me ha llegado muy hondo.
¡Qué entrañable el INMENSO AMOR que Dios Padre te tiene! ¡Eres la NIÑA DE SUS OJOS! y quiere radicalmente ser tu TODO y TU UNICO.
El seguirá su obra, es eternamente fiel, deseo en el alma y le pido a Jesús cada día te haga más semajante a El, para que el Padre pueda disfrutar siempre contigo y seas su descanso.
Un abrazo muy grande y gracias por tu compartir.
Beatriz

Paola dijo...

Querida Hermelinda Alabo al Señor por su obrar en tu Vida y unida a las palabras de MARÍA EL SEÑOR HA HECHO EN MI MARAVILLAS. Gracias por tu compartir profundo y me ayuda mucho en mi vida, experimentar a ese Dios que nos ama desde mucho antes de nacer y su gran cuidado por sus hijos, me anima muchísimo a dejarle ser Dios en mi vida y que el haga lo que le parece bien, que indage todas las areas de mi vida y esperar su momento, Experimento mucha gracia en tu compartir, un compartir lleno de Vida y me resuena Yo SOY el Camino, la Verad y la Vida, nadie va al Padre sino por mi,es una verdad tan grande a donde podemos ir si EL es la novedad en nuetra vida.EL SEÑOR SIGUE OBRANDO Y PODANDO ESA RAMA PARA QUE DE MAS FRUTO EN EL.
CARIÑOS Y UNIDA EN ESTE PEREGRINAR LLENO DE NOVEDAD.

Iliana dijo...

Querida Herme: Gracias por compartir esa novedad tan nueva!, El amor de Dios!, realmente me ha ayudado mucho captar una vez más la compasión de Dios por cada uno, en especial en tu historia humana, historia de FE. Me impresionó y sentí que realmente el Señor hizo que te manifiestes al pasar tu mamá su mano. En mí simplemente se produjo acogida, acción de gracias y petición para que te mantengas siempre abierta a ese “amor”, y que a la vez puedas entregar a tus hermanos que tanto necesitan. Vivencia de Salvación que se transmite. Gracias y unidas en Jesús y María: Ili